En la misma semana, mataron a un indultado que había salido de la cárcel y a cuatro personas que se decían exmilicianos, pese a que las Farc no los reconocieran como tales. Alteración del orden público e inestabilidad política agravan la situación.
De nuevo en el puerto nariñense sobre el Pacífico se prenden las alertas sobre la implementación del Acuerdo de Paz, pues allí parece que el pacto entre las Farc y el Gobierno es sólo de papel, pues no ha contribuido a ponerle fin a la violencia que agobia a sus pobladores. Por el contrario, la situación se agudiza más por culpa de las disputas entre grupos armados ilegales que pretenden quedarse con las rentas de los negocios ilegales.
Esa violencia desbordada comenzó a impactar a los mismos guerrilleros de las Farc. El pasado 16 de abril fue asesinado en el corregimiento La Guayacana de Barbacoas, pero muy cerca de Tumaco, Luis Alberto Ortiz, guerrillero del Frente Daniel Aldana conocido dentro de las filas de las Farc como ‘Pepe’ y quien hace dos semanas salió indultado de la cárcel Villa Hermosa en Cali.
Ortiz, indígena de la etnia Awá de 26 años de edad y con seis de pertenencia a las Farc, era uno de los cuatro insurgentes que han sido excarcelados para trasladarse a la zona de concentración de Tumaco, según le confirmó a VerdadAbierta.com Henry Castellanos, conocido como ‘Romaña’. Un defensor de derechos humanos que pidió la reserva de su nombre precisó que ‘Pepe’ pidió no estar dentro de la zona para vivir con su esposa y sus dos hijos.
A través de un comunicado las Farc denunciaron el hecho y responsabilizaron a un hombre identificado con el alias de ‘Renol’. Al preguntarle si él pertenecía a algún grupo armado, ‘Romaña’ respondió que son las “estructuras paramilitares” ubicadas en el corregimiento Llorente, de Tumaco. “Todo el mundo sabe dónde están, qué comen, dónde duermen. No son estructuras nuevas”, señaló el jefe subversivo, quien está encargado de la Zona Veredal del puerto nariñense, donde un grupo de insurgentes se preparan para retornar a la vida legal.
El defensor de derechos humanos consultado aseguró que en las calles de La Guayacana ‘Renol’ se hace pasar como miembro del Eln y se le atribuyen por lo menos otros cinco asesinatos de civiles.
Pero ‘Pepe’ no es el primer guerrillero que ha estado en la mira desde que las Farc se concentraron en las dos zonas veredales instaladas en Nariño. A finales de marzo, el turno fue para Idelber Rengifo, un miliciano del Frente 29 que sufrió un atentado en Samaniego. En un comunicado, las Farc se refirieron a él como un dirigente de masas de bajo perfil.
“No hay amenaza contra nosotros directamente, pero esto se constituye en una generalizada pues si eso pasa con compañeros que tienen poca visibilidad, ¿qué pasaría con quienes son más visibles”, dijo ‘Ramiro’, comandante del Frente 29, quien está concentrado en la zona veredal de Policarpa.
Por su parte, ‘Romaña’ explica que en Tumaco los guerrillerosque están dentro de la zona sí han recibido algunas amenazas, además de ciertos panfletos con los que pretenden intimidar a quienes integran allí la sede local del Mecanismo de Monitoreo y Verificación, y a algunos líderes sociales.
Ante la pregunta de por qué hay guerrilleros por fuera de las zonas veredales si el Acuerdo de Paz estipula que las milicias también se debían concentrar, ‘Romaña’ sostuvo que en el caso del indultado él podría regresar a su casa según lo acordado y que algunos milicianos tienen permiso de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
“En el acuerdo se estipuló que las milicias de reserva y las milicias populares no ingresan a las zonas veredales”, indicó el jefe guerrillero. Sin embargo, al hacer una revisión de lo pactado, se contrasta que esto realmente no está contemplado ni en el Acuerdo de Paz ni en los protocolos de seguridad que crearon el gobierno nacional y las Farc para la seguridad de las zonas de transición. Pese a esto, fuentes de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz afirmaron que al no ser guerrilleros en armas, los milicianos podían estar por fuera haciendo trabajo político.
Disputa entre grupos armados
Además de los casos de estos guerrilleros, otro hecho ocurrido revela la magnitud de la confrontación entre ilegales. El pasado 15 de abril fueron asesinados por lo menos cuatro miembros de un grupo armado que en enero le escribió a la alcaldesa de Tumaco para solicitar ayudas en la dejación de armas.
En su momento, voceros de este grupo disiente aseguraron que habían sido miembros de las Farc, mientras que la guerrilla sólo reconoció a 12 de ellos como exmilicianos.
Grupos armados ilegales de Tumaco, en un callejón sin salida
“En horas de la noche, en la vereda Bajito Vaquería […] asesinaron a cuatro hombres con edades entre los 19 y 29 años de edad, miembros de un grupo armado aún sin identificar”, alertó la Diócesis de Tumaco mediante un comunicado.
Por su parte, la Diócesis detalló que entre enero y marzo de este año han ocurrido 30 asesinatos en el puerto nariñense. Y es que tal como lo explica, desde la desmovilización de los paramilitares en 2005, Tumaco se llenó de toda clase de grupos armados ilegales que varían de nombre, hasta el punto de que en este año se ha escuchado hablar de Clan Úsuga, Clan del Golfo, La Empresa, Clan Pacífico, Gaitanistas y Gente de Orden.
Para agravar la situación, el fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, reconoció el pasado miércoles ante el Congreso de la República que el cartel mexicano de Sinaloa también hace presencia en el puerto, situación que los tumaqueños conocen desde hace por lo menos un año. De acuerdo con el funcionario, esa organización criminal “ha empezado a asentarse allí al punto que en los operativos que hace la Fiscalía se han llevado a cabo capturas significativas de ciudadanos mexicanos”.
En los corregimientos de Llorente (Tumaco) y La Guayacana (Barbacoas) han circulado panfletos de la autodenominada ‘Organización Sicarial del Pacífico’ y también del Frente de Guerra Comuneros del Sur, del Eln. A ello se suma la proliferación de grafitis de este grupo guerrillero.
“En la segunda semana de marzo de 2017 pintaron ‘Eln’ en muchas viviendas desde la comunidad el Pailón hasta El Diviso, incluyendo las de familias indígenas Awá ubicadas en el Predio El Verde (km 102 al km 110)”, indicó la Diócesis. Sin embargo, ‘Romaña’ descartó de tajo que algún guerrillero del Eln haya asesinado al indultado
Lo que sí es indudable es que los grupos armados ilegales que hacen presencia en Tumaco se disputan cada vez más a sangre y fuego el poder sobre las áreas dejadas por las Farc, tal como lo ha advertido la Defensoría del Pueblo.
“La situación de riesgo se fundamenta en el interés de otros grupos armados ilegales como las Agc (Autodefensas Gaitanistas de Colombia) y el Eln por cooptar a jóvenes que retornen a los barrios y puedan tener experiencia en actividades delictivas, así como otros que por sus condiciones de vulnerabilidad están expuestos a las ‘ofertas’ de beneficios económicos y réditos para sus familias por parte de esas estructuras”, advirtió el Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría en un informe de riesgo de inminencia que conoció VerdadAbierta.com y enviado a la Gobernación de Nariño el pasado 6 de abril.
Otra mirada es la que tiene Eduardo Álvarez, coordinador del Área Dinámicas del Conflicto de la Fundación Ideas para la Paz: “Se dice que alias ‘Pepe’ siguió en contacto con todos los milicianos que nunca se unieron al proceso pues para nadie es un secreto que en las zonas veredales de Nariño, especialmente en Tumaco, siguen en contacto como amigos porque se conocen hace mucho tiempo y siguen manteniendo negocios”.
De acuerdo con Álvarez, este hecho también muestra que las Farc están divididas, pese a que lo niegue el Secretariado, por la cantidad de desertores y de inconvenientes que han tenido con los exmilicianos.
Además, este investigador resaltó que pese a que la grave situación de Tumaco se ha advertido desde hace tiempo, el Estado todavía no ha tomado cartas reales en el asunto: “No hay una respuesta integral por parte del Estado más allá del Plan Victoria, que es sólo militar, no se piensa en cómo seguir el trayecto de grupos armados en el escenario de posdesmovilización. Además, se parte de la base de que todos los grupos funcionan igual en vez de crear una estrategia de milicias, otra de desertores y así, cosa que no existe”.
Inestabilidad social y política
Además de la fuerte confrontación armada entre estructuras criminales, el puerto tumaqueño ha estado afectado por intensas manifestaciones de cultivadores de hoja de coca para uso ilícito que se oponen a la erradicación forzada adelantada por el Ejército y reclaman una política de sustitución realmente efectiva.
En carta enviada al presidente Juan Manuel Santos, el pasado 17 de abril, el gobernador de Nariño, Camilo Romero, califica la situación de Tumaco como critica: “Es un territorio donde sus habitantes, además de tener los mayores porcentajes de necesidades básicas insatisfechas del departamento y el país, tienen la mayor cantidad de hectáreas de cocasembradas en Colombia y el mundo”. Se calcula que allí hay por lo menos 17 mil hectáreas afectadas por esos sembradíos.
En su mensaje a Santos, el gobernador nariñense solicitó la creación de una comisión estatal de alto nivel para atender los problemas que afronta Tumaco “con el fin de articular una estrategia integral que permita avanzar satisfactoriamente en la consolidación del posconflicto en el territorio y la lucha contra los cultivos ilícitos”.
En medio de ese ambiente convulsionado, el pasado domingo también fueron asesinados en diferentes hechos tres indígenas: dos en Tumaco y uno en Barbacoas. Al respecto, la Asociación de Autoridades y Cabildos Tradicionales Indígenas Awá, emitió un comunicado en el que señala que esas muertes se suman a la innumerable lista de víctimas que han tenido que padecer en una guerra que parece no tener fin, y que les “da tristeza ver cómo, el proceso de paz que para nosotros significó la posibilidad de volver a vivir en armonía, en la práctica, ha significado el incremento al exterminio físico, cultural y espiritual de nuestro pueblo”. Por esas muertes y las de otros tres nativos en Chocó y Cauca, Amnistía Internacional se pronunció y le pidió al gobierno nacional garantías para implementar el acuerdo de paz.
Bajo este agravamiento del orden público, los tumaqueños se aprestan a acudir a las urnas este domingo en unas elecciones atípicas, para elegir alcalde luego de que la titular de ese cargo fuera destituida por el Consejo de Estado tras concluir que estaba inhabilitada para ejercer toda vez que tenía una relación marital con quien fuera un alto funcionario del hospital local hasta días antes de su elección, en octubre de 2015.
Grupos armados ilegales, economías criminales y corrupción administrativa hacen de Tumaco un escenario de confrontación donde reina la violencia, sin que las soluciones a mediano y corto plazo se concreten.