Violencia de género en el conflicto

      

genero habana“No es cierto que las Farc son un abortadero todo el tiempo”

Con un total de 17 mujeres de una comisión de 30 negociadores de las Farc y tras incluir en el acuerdo de participación política una claúsula especial que garantice el enfoque de género y el liderazgo de la mujer en un escenario posconflicto (según la guerrilla por los menos hay 37 propuestas en ese sentido), no son pocos los temas que sobre la violencia contra esta población están sobre la mesa.

Más aún cuando Elda Neyis Mosquera García, alias Karina, ex comandante del frente 47 de las Farc quien se acogió a la Ley de Justicia y Paz, ha revelado ante la Fiscalía su participación en 218 crímenes, algunos de ellos contra mujeres, al tiempo que ha detallado políticas de la guerrilla que incluyen el aborto y la planificación forzada.

Para las delegadas muchas de las confesiones de ex guerrilleras a quienes ellas consideran ‘traidoras’, “hacen parte de libretos fabricados por el enemigo para deslegitimarnos, para que nuestro pueblo crea que somos un poco de locos dementes sin causa”, se defiende Diana Grajales una de las guerrilleras más jovenes en esta delegación (27 años) y que hace parte de ese 42 por ciento de mujeres que componen las Farc.

“Yo he estado en el bloque más grande (el Oriental) y no he visto eso que dicen, que las Farc son un abortadero todo el tiempo”, asegura el hombre que hoy organiza “hangouts” y participa en los videos de las Farc en su asevera mientras detalla las directrices de la guerrilla sobre el tema, en las que el aborto es una salida casi mandatoria..

“Personalmente nunca he estado embarazada. Primero hay una responsabilidad individual, luego del compañero que uno tiene, luego del enfermero y de toda la escala del mando, desde el comandante de la Escuadra, hasta el de la Compañía y el del Bloque, es una responsabilidad colectiva. Todas planificamos con mesigyna, cyclofem, con la T (dispositivo intrauterino). Yo tengo Norplant y me dura 5 años, hay un control llevado por planillas”.

“Como en todo lo humano hay un margen de error, y las guerrilleras que lleguen a quedar embarazadas deben abortar. Para eso hay compañías de medicina especializadas y si hay riesgo de la vida de la madre es mejor que tenga su bebé, porque en las Farc reconocemos el derecho al aborto pero no lo asumimos de manera irresponsable”.

Tanto Diana como Victoria Sandino (48), decidieron no tener hijos pues consideran que es una irresponsabilidad criarlos en los campamentos por el constante asedio militar que viven, “las bombas de 500 libras que nos tiran… es algo que se asume al decidir ser guerrillera, es muy difícil ser madre”, dice Grajales.

Sandino reconoce que estas medidas de planificación son producto del desarrollo mismo de la confrontación, pues “en un periodo de la tregua del año 84 al 90, los campamentos guerrilleros parecían jardines infantiles porque como había una especie de calma, las parejas tenían sus familias. Había una organización social para asistir a los menores hijos de los combatientes, muchas compañeras nuestras tienen sus hijos ya mayores de 20 años. Pero en esta lucha muchos compañeros han muerto con sus criaturas en los brazos, como se dio en la UP, a las guerrilleras las capturan, las matan cuanto van a tener sus criaturas, les toca tener a sus hijos en las cárceles, son unas condiciones muy adversas, es por eso que es obligatorio planificar”.

Según Sandino si no se puede entrar un médico para practicar el aborto, la guerrillera sigue en el monte hasta cuando tenga 4 o 6 meses “con todos los riesgos que eso conlleva y se busca sacarla para que tenga su criatura y la deje con un familiar, para que se reintegre a la vida guerrillera”. “Muchas veces no se puede volver a tener contacto con la familia o la criatura porque hay una persecución, a los niños cuando están grandecitos les empiezan a decir su mamá es guerrillera, es una matona, les ofrecen plata para que entreguen a sus padres”.

No obstante la dureza de los relatos, tanto hombres como mujeres de la delegación insisten en que la guerrilla es una sociedad igualitaria en que todos tienen los mismos derechos y deberes. “Las relaciones de pareja son determinadas por la mujer, no hay un espacio en donde el hombre ponga las condiciones, ningún hombre puede unirse a una mujer porque le ofrezca plata o empleo o perspectiva de trabajo o estudio, porque todo eso se tiene garantizado en la guerrilla”, explica Andrés París, quien niega que en las Farc hayan violaciones contra mujeres combatientes o civiles.

Pero no solo son las confesiones de Karina las que tocan este puntiagudo tema sino abundantes estudios de organizaciones como SISMA, ONU mujeres y la Ruta Pacífica, que dan cuenta de esta violencia de género que si bien ha sido realizada de manera sistemática y masiva por paramilitares, no excluye a las Farc de responsabilidades, según detallan testimonios de mujeres sobre todo en comunidades indígenas.

“No digo que no se presenten cosas hacia la población, es posible que se hayan presentado cosas porque en todos los grupos sociales y humanos hay ese tipo de fenómenos, nuestro comportamiento no es homogéneo, pero para eso hay las reglas internas”, asevera Sandino. Respecto a sus propias filas reconoce que seguramente “hay expresiones machistas” pero que a las Farc se les cuestiona como si la sociedad colombiana fuera una cosa completamente distinta, cuando en la práctica no lo es.

“No nos cabe en la cabeza que a una guerrillera la maltraten y que no pase nada, porque hay unas normas y principios que no posibilitan eso. Hay condiciones distintas, somos seres distintos en el sentido de que la guerrillera tiene manera de defenderse tiene un arma, el arma es su propia vida y su propia integridad, no es posible que alguien te venga a agredir, cuando tienes con que defenderte”, puntualiza.