“No estamos dispuestos a pedir perdón”
Si hay un resultado de la polémica Ley de Justicia y Paz, que permitió el escenario para la desmovilización de los paramilitares, fue conocer una parte de la verdad del gran daño que esa estructura armada le hizo al país, con la consecuente puesta en escena de sus comandantes pidiendo perdón. Y si hay algo que las Farc no quieren repetir, son precisamente esas escenas que califican de “fachada e hipocresía”.
Aunque las reveladoras declaraciones de alias ‘Pablo Catatumbo’ en noviembre parecían alivianar una posición intransigente de las Farc a la hora de reconocer por ejemplo que “prolongar el secuestro fue un error” y que “sin duda ha habido crudeza y dolor provocados desde nuestras filas”, ninguno de los miembros de la guerrilla ha hablado puntualmente de pedir perdón, ni siquiera él.
“Nosotros no vamos a responder por lo que el Estado tiene que responder y que la sociedad ha venido reuniendo pruebas fehacientes de que los responsables son ellos. Nosotros no vamos a hacer reconocimientos unilaterales de victimarios, porque nosotros, como lo dijo Marulanda fuimos las primeras víctimas”dijo Andrés París en conversación con este portal.
Para los delegados en su conjunto, la solución a este álgido tema está en la mentada comisión de Revisión y Esclarecimiento de la Verdad de la Historia del Conflicto Interno Colombiano que permita complementar el informe del Grupo de Memoria Histórica, que con frecuencia citan como una fuente confiable y que reveló que entre 1958 y 2012 la guerra dejó por lo menos 220.000 muertes, la mayoría civiles, de los cuales por supuesto la guerrilla tiene una alta cuota de responsabilidad.
Para los farianos en La Habana, de la constitución de esta Comisión y su desarrollo, depende la dosis de verdad que recibirán las víctimas de su violencia, de la que se harán responsables una vez se pase revista a todo lo que le compete alEstado, las Fuerzas Armadas y hasta Estados Unidos.
“Estamos dispuestos a crear comisiones que esclarezcan elementos puntuales, pero rechazamos de antemano cualquier imputación que nos exija auto-incriminarnos o aceptar que en una mesa de diálogo, las cargas son iguales para los que estamos sentados ahí… Es el Estado el que tiene las fuerzas armadas y recibe la doctrina militar y la plata. Ahora después de la publicación del Washington Post (que reveló que la CIA ayudó a matar jefes guerrilleros) debe esclarecerse cuál es el papel de los norteamericanos en el conflicto. Lo vamos a convertir en un inamovible para que haya paz: sino se va la CIA de Colombia no va a haber paz porque ellos son los principales instigadores de la violencia”, dice París.
“Yo no lo he hecho nada a nadie, los principios por los cuales yo ingresé a la guerrilla y los objetivos de Farc no son en contra del colectivo de los colombianos, como organización no le vamos a pedir perdón a Santo Domingo porque un día se le quemó un camión, ellos son la burguesía, no vamos en contra de las mayorías ni de las pobrerías”, asevera por su parte Diana Grajales perteneciente al Bloque Jorge Briceño, señalado de ser uno de los mayores responsables del secuestro en el país.
Y es precisamente sobre este flagelo, considerado crimen de lesa humanidad y que en la jerga de las Farc, ellos llamas retenciones, donde existen las mayores controversias. Las Farc sostienen que desde que en febrero de 2012 dijeron que no iban a hacer más “retenciones económicas”, han cumplido, que se han liberado unilateralmente a todos los secuestrados y que en sus manos no han caído ni pobres, ni campesinos.
De hecho desconocen los reclamos de la sociedad civil que en masivas marchas han pedido por el fin de secuestro y el regreso de familiares desaparecidos: “esa gente que se moviliza que aparece como víctima de la guerrilla, son paramilitares organizados por las brigadas del Ejército, sectores bien trabajados y financiados”, dice París. No obstante el grupo de Memoria Histórica en otro informe recoge que en el periodo de 1970 y 2010 las Farc fueron presuntas autoras de 9.447 plagios y autoras confirmadas en 3.325 casos.
“Hay unos desaparecidos que no sabe donde están que nos están reclamando las fuerzas militares” reconoce Calarcá. “Bueno, vamos a hacer una Comisión con presencia internacional, institucional y fariana y a resolver esos casos, vamos a buscarlos si es el caso, ha habido escenarios donde por los combates ha sido imposible recuperar cadáveres abandonados por las fuerzas armadas oficiales”.
De lo que sí han hablado las Farc es de reparación y correctivos. Tras la tregua unilateral que decretó la guerrilla entre el 15 de diciembre y el 15 de enero, que abrió y cerró con atentados, el de la plaza principal de Pradera, Valle, con una bicicleta bomba que dejó un muerto y 50 heridos obligó a las Farc a condenarse públicamente: “Hemos indagado durante varios días acerca de su autoría, razón de nuestra tardanza en pronunciarnos, llegando a la conclusión de que en efecto la orden partió del mando de una de las unidades que componen el Bloque Móvil Arturo Ruiz de las Farc-EP, situación que conduce a nuestro reproche abierto y a la aplicación de los correspondientes correctivos disciplinarios”, leyó Iván Márquez desde La Habana.
Toda una novedad si se tiene en cuenta que todavía hechos deplorables como la masacre de Bojayá que dejó 119 víctimas en 2002 y la masacre de 17 indígenas Awá en Nariño en 2009, no hacen parte de sus mea culpa.
La guerrilla menciona con frecuencia que tiene su propia juridicidad en los llamados “consejos verbales de guerra”, compuestos por un número no precisado de subversivos que votan por un castigo contra quienes infringen las vidas o intereses de los civiles, y que incluyen fusilamiento. Según Zamora, esos son casos excepcionales, tiene que ser delitos muy graves como el asesinato o una violación, pero “tenemos cómo demostrar que no han quedado impunes”.
En su concepto y a la luz de las penas que se les pueden atribuir al final del proceso, sobre las que por cierto desconocen el “marco jurídico para la paz” y pretenden crear nuevas leyes en la mesa, “los delitos de lesa humanidad no se le pueden atribuir a las Farc, porque nosotros no somos Estado, sino rebelión armada”.
“Nosotros nunca hemos hecho un plan para matar a unos civiles, que vamos y hacemos una acción y mueren unos civiles, eso es otra cosa, eso ha pasado, y vamos a responder puntualmente, pero no vamos a decir que nosotros estamos dedicados a tomarnos pueblos para matar gente, es mentira que estemos metidos en violaciones al DIH”, añade Calarcá.
En la Habana las Farc han venido ubicando en el hotel El Palco, una especie de museo con elementos que les han hecho llegar víctimas de todo el país, como objetos, prendas y cartas que según dicen son un testimonio que se hará público cuando se llegue a negociar este punto, uno de los últimos en el Acuerdo General.