El desaparecido jefe paramilitar tenía dos estructuras en Meta: laboratorios de producción de cocaína y grupos de autodefensas. Aunque independientes, compartían territorios y la droga financiaban las armas.
Vicente Castaño tenía negocios de droga en los Llanos. Foto Semana |
Varios exjefes paramilitares de los Llanos Orientales explicaron cómo se financiaron en los primeros años que delinquieron en la región. Quedó claro que los grupos de autodefensa y el narcotráfico eran dos estructuras ilegales separadas, sin embargo en la región las dos pertenecían a Vicente Castaño, alias ‘El Profe’.
Las revelaciones las hicieron en una versión libre conjunta Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’, Jesús Emiro Pereira, alias’ ‘Alfonso’ o ‘Huevo de pisca’, Manuel de Jesús Pirabán, alias ‘Jorge Pirata’, Iván Gaviria, alias ‘Fiscalía’, Dumar Guerrero, alias ‘Carecuchillo’, José Pérez, alias ‘Eduardo 400’, entre otros.
Los exparamilitares insitieron que eran negocios separados y que las autodefensas no se dedicaban a cuidar los labortatorios de los ‘narcos’ aliados con Vicente Castaño. “Yo no protegía las cocinas (laboratorios de cocaína), sino que toleraba su presencia y les cobraba dinero. Por eso cuando Antinarcóticos hacían operativos, las autodefensas no se oponían”, dijo ‘Matías’, uno de los jefes presentes en la audiencia.
‘Fiscalía’ señaló que “la recomendación de Carlos Mauricio García alias ‘Rodrigo Doble Cero’ era que no nos metiéramos con ‘narcos’, los conocíamos pero no les prestábamos seguridad”.
Sin embargo gran parte del dinero que servía para financiar los hombres del clan Castaño en los Llanos venía de narcotraficantes, muchos de ellos aliados con Vicente Castaño.
‘Eduardo 400’, otro de los veteranos de la Casa Castaño, señaló que “cuando llegábamos a esta tierra de la guerrilla, en común acuerdo con ‘Rodrigo 00’ y Vicente Castaño, vimos un potencial (en la coca) para recoger finanzas”.
Uno de sus cómplices, Jesús Emiro Pereira, alias ‘Alfonso’, era el puente entre paramilitares y ‘narcos’ para cobrar el dinero de los ‘impuestos’ sobre los kilos de base de coca y cocaína que se producían y transportaban en la región.
Yesid Nieto y Néstor López, alias ‘El Enano’ era dos de los narcotraficantes que trabajaban en alianza con Castaño. Para vigilar la calidad de la droga, ‘El Profe’ había enviado a otro de sus secuaces, Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’, que después se volvió uno de los jefes del Bloque Centauros.
‘Don Mario’ dijo que “yo estaba pendiente de la coca, como se procesaba y despachaba y pagarle a las autodefensas de 70.000 pesos por kilo de coca”. También señaló: “A Emiro (alias ‘Alfonso’) le pagué 50 millones de una cuota, que le tocaba pagar a Nestor López por Paratebueno (municipio de Cundinamarca), cada cuatro meses pagaba 50millones que le mandaba ‘El Enano’”.
Según artículo de la revista Semana, Yesid Nieto llegó a Boyacá en 2002 e
invirtió millonarios recursos en La Pita, una de las minas que más
esmeraldas produce en el país. En 2005 se desató una guerra entre los
socios de La Pita y Nieto, tras sobrevivir a un atentado en su
apartamento en Bogotá, fue asesinado en octubre de 2007 en Guatemala
(Ver artículo de Semana “De
verde a rojo fuego“).
El exjefe ‘para’ añadió que “yo recibía (la droga) en San Carlos de Guruoa (Meta) para despachar eso, era un negocio secreto de Vicente Castaño”.
Otros ‘narcos’ que presuntamente le pagaban a los paramilitares eran Arturo Cristancho ‘Cediel’, alias ‘Caliche’, que era un comerciante de repuestos de Villavicencio, alias ‘Carlos Leder’, que había cogido el nombre del capo del Cartel de Medellín, alias ‘Pedro Chulo’, Orlando Poveda, entre otros.
‘Alfonso’ dijo: “Los conocí y me pagaban personalmente, Ellos buscaban la forma y llegaban donde uno. Se arreglaba cuánto se pagaba por kilo trabajado y si no estaba de acuerdo se iba a otra región”.
El desmovilizado también señaló que “el contacto con los ‘narcos’ era para efecto de cobro” y que tenían un hombre que se encargaba de verificar las cantidades que producía cada laboratorio para cobrarles.
‘Alfonso’ también viajaba a Bogotá, donde lograba controlar parte del tráfico de cocaína que venía de los Llanos. Allá vigilaba la oficina de Miguel Arroyave, alias ‘Arcángel’, que en ese momento era conocido como el capo de los químicos, pues le vendía insumos a narcotraficantes para transformar la base de coca en cocaína. Unos años después Arroyave se volvió el jefe principal del Bloque Centauros.
El trabajo de ‘Alfonso’ con Arroyave era de verificar a quién le vendían químicos, para poder así cobrarle a los traficantes de drogas ‘impuestos’. Dijo en la audiencia: “Yo me mantenía mucho allá, viendo quién compraba líquidos (químicos) y yo estaba pendiente para cobrarles”.
Estas cuentas, según dijeron los ‘paras’, se hacían en la oficina de Arroyave en el barrio El Batán, un barrio en el norte de Bogotá.
Sin embargo numerosas fincas del Meta que se volvieron bases de paramilitares o residencias de sus jefes también tuvieron laboratorios. Es el caso de Guamerú, Casa Roja, Santuario, que han sido mencionadas en versiones libres pasadas.