El ex jefe del Bloque Calima contradijo el testimonio de uno de sus hombres, quien lo señala de haber sostenido reuniones con la senadora Dilian Francisca Toro. Además, reconoció que los buscaron para desacreditar a la Corte Suprema.
“Nunca me reuní con esa señora, nunca la conocí”, respondió el paramilitar Éver Veloza García, alias ‘H.H’, al ser interrogado por fiscales de Justicia y Paz sobre su presuntos vínculos con la ex presidenta del Congreso, Dilian Francisca Toro, y que habían sido denunciados por Armando Lugo, alias ‘El Cabezón’, postulado del Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).
Dicha afirmación la hizo desde su sitio de reclusión en los Estados Unidos durante la realización de una versión conjunta programada por las fiscalías 18 y 40 de Justicia y Paz para esclarecer los vínculos de políticos y empresarios del Valle del Cauca con el paramilitarismo.
En esta audiencia, que duró tres días y terminó convertida en una sesión de descalificaciones, negaciones y recriminaciones mutuas entre antiguos miembros de este bloque que operó en el occidente colombiano, Éver Veloza García también reveló haber recibido propuestas por parte Antonio Lopez, alias ‘Job’, para que enlodara a la Corte Suprema de Justicia y así, desacreditar los procesos que la Alta Corte adelantaba por parapolítica.
En la diligencia participaron los postulados Armando Lugo, alias ‘El Cabezón’; Elkin Casarrubia, alias ‘El Cura’; Mauricio Aristizábal, alias ‘El Fino’; Yesid Enrique Pacheco, alias ‘El Cabo’; José Manuel Mestre Santamaría, alias ‘Romario’; José de Jesús Pérez Jiménez, alias ‘Sancocho’; Pablo Peinado y Alejandro Ortega Herrera. Al final lo único claro es que, frente al tema de Dilian Francisca Toro y otros políticos vallecaucanos y su apoyo al proyecto paramilitar, son más las incoherencias que las revelaciones.
La “verdad” del ‘Cabezón’
El 30 de julio de 2010, Armando Lugo, conocido como ‘El Cabezón’, le contó a fiscales de Justicia y Paz una historia reveladora: a finales de septiembre de 2001, la entonces senadora Dilian Francisca Toro y su esposo, Julio César Caicedo, llegaron hasta el estadero El Porvenir, ubicado en el municipio Calima Darién, Valle del Cauca, donde se encontraban varios paramilitares, entre ellos alias ‘H.H’, alias ‘El Fino’ y alias ‘El Cura’.
En esa reunión, en la que ‘El Cabezón’ dijo estar presente, tanto Dilian Francisca como su esposo supuestamente le pidieron a alias ‘H.H’ que asesinara a dos hombres con los que tenían dificultades. Efectivamente, ‘H.H’ ordenó a un paramilitar apodado ‘El Gato’ ultimar a Oscar Pérez, inspector de Policía del Calima Darién, quien fue sacado de su residencia por losparamilitares junto con su sobrino, John Fredy Gallego Sánchez.
Ambos fueron asesinados y enterrados en una cancha de fútbol ubicada en zona rural del municipio, en inmediaciones de una escuela de entrenamiento que había instalado allí el Bloque Calima. Semanas después, y por orden del propio ‘H.H’, los cuerpos fueron desenterrados y llevados a otro lugar, según la versión en ese entonces ‘El Cabezón’: “Esa señora le pidió a ‘H.H’ que sacará al inspector y su sobrino. La verdad no sé que daño le habrá hecho ese señor. Entonces ‘H.H’ dio la orden a los urbanos. Y después me tocó desenterrarlas después por orden de (alias) ‘Buche-pájaro”.
Esta no fue la única referencia hecha por un exmiembro del Bloque Calima sobre Dilian Francisca. El 24 de agosto de 2010, el paramilitar José Manuel Mestre Santamaría, en versión libre rendida ante fiscales de Justicia y Paz, confesó haber participado en el asesinato de dos personas en zona rural del Calima Darién en septiembre de 2001.
“Uno de ellos era un inspector de Policía y otro se decía que era su sobrino. A estas personas se les quitó una pistola, se les interrogó y se les torturó. Por orden de (alias) ‘H.H se les dio muerte. En ese interrogatorio se les preguntó si conocían a la doctora Dilian Francisca, pero ellos dijeron que no tenían problema con ella”, señaló Mestre Santamaría ese día.
Pero lo que la Fiscalía creía como un hecho ya esclarecido, con evidencias claras para adelantar investigaciones contra la ex senadora del Partido de la U, resultó no ser tal. Desde su sitio de reclusión en los Estados Unidos, Éver Veloza manifestó que no existió reunión alguna con Dilian Francisca Toro ni mucho menos orden de asesinar a alguien por petición de ella o su esposo.
“Yo nunca me reuní con esa señora ni en el (estadero) Porvenir, ni en otra parte. Si esa señora hubiera mandado a matar a esas personas, de seguro ya lo habría contado acá. Yo nunca di orden de matar alguien por encargo de esa señora”, declaró el ex paramilitar, a quien no le faltaron adjetivos para calificar a su antiguo lugarteniente: “creo que (Armando) Lugo debería hacerse un examen psiquiátrico, porque es impresionante la capacidad que tiene para inventar mentiras”.
Lo que dice ‘H.H’
Pero pese a que alias ‘El Cabezón’ no dudó en ratificarse en lo dicho esa mañana del 30 de julio de 2010, detalles aportados por los postulados asistentes, desconocidos hasta este entonces, aumentaron el nivel de confusión y desconcierto entre los fiscales casi del mismo modo en que crecían los insultos y agresiones entre los ex paramilitares declarantes.
Uno de esos “detalles esclarecedores” fue el constatar que los muertos señalados por alias ‘El Cabezón’, y que presuntamente fueron ordenados por la líder política del Valle, no corresponden al inspector de Policía y su sobrino; se trataba de dos personas cuyo crimen fue ordenado por alias ‘El Fino’ por supuesta indisciplina social.
“Sí hubo unos muertos en la cancha de fútbol, pero no son el inspector de Policía y su sobrino. Y esas personas de la cancha sí se desenterraron, pero Armando Lugo no estuvo ahí (…) yo me enteré de la muerte del inspector de Policía días después que a ellos los matan, y todo porque me llaman a preguntar por esas muertes porque esas personas trabajaban con alias ‘Chupeta”, dijo Éver Veloza.
Quien también negó su relación o participación en reunión alguna con la senadora Dilian Francisca Toro fue Mauricio Aristizábal, alias ‘El Fino’: “esa reunión que dice (Armando) Lugo con la Senadora pues tengo que decir que no la hubo. Él estuvo ahí por espacio de unos quince minutos, esperando a que yo le entregara un dinero para comprar unos camuflados. Pero ahí no estaba ni la señora Dilian ni Éver Veloza”.
La versión inicial de Lugo, quizás uno de los testimonios más importantes con los que contaba la justicia para investigar a la dirigente política, era puesta en entredicho por sus propios compañeros de armas que, para colmo, comenzaban a acusarlo de extorsionar a políticos vallecaucanos a cambio de no mencionarlos en Justicia y Paz y de ofrecer dinero a varios ex paramilitares para que enlodaran a dirigentes gremiales y miembros de la Fuerza Pública.
Por lo menos así lo dejó claro Jairo Manuel Mestre Santamaría, quien inesperadamente se retractó de lo dicho en agosto de 2010, aduciendo que todo obedeció a presiones de alias ‘El Cabezón’. “Yo estaba en (cárcel) Cómbita (Boyacá) y cuando me postule a Justicia y Paz me mandaron a (cárcel) Palmira. Entonces me recibe ‘El Cabezón’ y me dice que estaba muy duro, que nos consiguiéramos ‘cualquier pesito para pagar el canazo’. Yo la verdad estaba mal y dije lo que dije, pero después me arrepentí y pedí que me trasladaran a Itagüí, no quise ni recibir la plata”, manifestó Mestre Santamaría.
Su versión fue secundada por Pablo Peinado, quien añadió que “en abril de 2009, cuando yo llegué remitido de la cárcel de Barranquilla a Palmira, el señor (Armando) Lugo me dijo que había una platica si ‘aventábamos’ a un exalcalde de (municipio) Florida. Inclusive, ese señor me dijo: ‘qué político tenés por ahí pa’conseguite una platica”. Para completar el cuadro, Alejandro Ortega Herrea agregó que “estando en Palmira, ‘El Cabezón me dijo que hundiéramos al senador (Luis Fernando) Velazco”.
Si bien Armando Lugo intentó defenderse de las acusaciones de sus excompañeros, nuevas incongruencias fueron conociéndose a lo largo de la diligencia judicial que no jugaron propiamente a su favor. Una de ellas guarda relación a una supuesta reunión entre alias ‘H.H’ y el senador Juan Carlos Martínez, denunciada por Lugo en versión libre del 19 de agosto de 2010 según la cual, ambas personas se reunieron en marzo de 2002 en una finca de la localidad de Rozo, Valle del Cauca, para acordar el cobro del gramaje a narcotraficantes del Norte del Valle.
“Yo nunca me reuní con el señor Martínez. Todos los contactos con el senador se manejaron a través de (alias) ‘Fernando Político”, declaró Éver Veloza, quien nuevamente dejó ver su molestia por las declaraciones de Lugo al manifestarle: “hermano, usted definitivamente le está haciendo daño al proceso de Justicia y Paz”.
Reunión con Job
Lo que sí reconoció el ex jefe del Bloque Calima fue haber recibido antes de su extradición a Estados Unidos varias visitas de Antonio López, alias ‘Job’, desmovilizado del Bloque Cacique Nutibara y vocero de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’.
El motivo de los encuentros fue influenciar al ex paramilitar para que enlodara a la Corte Suprema de Justicia.
“Mientras estuve en la cárcel de Itagüí recibí varias visitas de (alias) ‘Job’. Me dijo que había una guerra entre el Gobierno y la Corte Suprema de Justicia, que a ‘Don Berna’ le habían dado garantías de no extraditarnos si hablábamos a favor del Gobierno de (Álvaro) Uribe”, señaló Veloza García.
Agregó que alias ‘Job’ le solicitó en un par de ocasiones enlodar al investigador auxiliar de la Corte Suprema de Justicia, Iván Velásquez: “me dijo que teníamos que sacar del medio a Iván Velásquez, que lo ‘enconchinara’ para poder meterlo a la cárcel. Un día me pidió el favor para que yo dijera que él tenía vínculos con las Autodefensas, pero yo le dije que no”.
Y continuó: “Un día, Rocío Arias me pidió el favor, por intermedio de (alias) ‘Job’, que dijera que nosotros habíamos apoyado a la doctora Dilian Francisca (Toro) en el municipio de Cartago y en el norte del Valle. Pero está demostrado que el Bloque Calima no hizo presencia ni en Cartago ni en el norte del Valle”.
No obstante la gravedad de su afirmación, lo ocurrido durante los tres días de audiencia conjunta llevan a que la declaración sea tomada con beneficio de inventario por parte de los investigadores judiciales. Después de todo, será la justicia y el tiempo quienes determinen, al final de cuentas, quiénes dijeron la verdad, y quiénes no.