En este municipio de Caquetá votaron en contra de los proyectos de minas y energía, pero no es el único sitio del departamento donde se oponen.
Caquetá es una de las promesas petroleras nacionales. Tanto que la cuenca Putumayo – Caguán, donde se encuentra este departamento, es una de las cinco zonas más ricas en hidrocarburos en todo el país, según la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH).
Este panorama era completamente diferente en 2008 cuando la riqueza energética de este departamento ni siquiera se ofertaba en las rondas de concesiones realizadas por el gobierno nacional. Pero ahora que la situación ha cambiado, subieron las expectativas de las empresas petroleras y, al mismo ritmo, la inconformidad de las comunidades.
El rechazo más emblemático ocurrió en 2015, cuando campesinos de Valparaíso hicieron un plantón en contra de que la multinacional Emerald Energy buscara hidrocarburos en el departamento. En la movilización, que duró cerca de dos meses, hubo tres heridos graves en los enfrentamientos con el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía Nacional. Las protestas en este municipio se reactivaron en marzo de este año y continúan.
También se expandieron a El Paujil, El Doncello, Milán y Morelia, donde, incluso, algunos alcaldes estuvieron departe de la comunidad para rechazar los proyectos mineros y energéticos. En El Doncello, además, amenazaron a siete de los 13 concejales justo después de que asistieran a un evento donde discutieron la exploración de hidrocarburos en ese municipio, como contó VerdadAbierta.com.
“Les llegó la hora por no dejar trabajar”
Además, el pasado 3 de junio cerca de 19 mil caqueteños marcharon en todo el departamento para mostrar su inconformidad con la búsqueda de petróleo, como lo recordó Mercedes Mejía, coordinadora de la Mesa Departamental por la Defensa del Agua y el Territorio.
“Las protestas no son solo en un municipio sino en el Caquetá entero, incluyendo a la capital pues de Florencia protestaron cerca de 6.000 personas”, detalló.
Los temores aumentan
Ahora el turno de la oposición a la explotación petrolera es para Solano, el municipio más extenso del Caquetá, con un área de 42.486 kilómetros cuadrados, que representan cerca del 48% de todo el departamento; a su vez, es el segundo más extenso de Colombia. De acuerdo con datos del Plan de Desarrollo 2016-2019, su territorio está habitado por 23.663 personas, de las cuales solo 1.944 están en la cabecera municipal y 21.719 en la zona rural.
La preocupación de sus pobladores radica en que un gran porcentaje de sus tierras hacen parte de la Zona de Reserva Forestal de la Amazonia, creada bajo los lineamientos de la Ley 2 de 1959, y del Parque Natural Nacional de Chibiriquete, un terreno selvático inexplorado y virgen.
Esas inquietudes fueron incluidas en el plan de desarrollo que se ejecutará en los próximos cuatro años: “Los territorios selváticos están en situación de peligro por las cantidades de químicos nocivos para la vida que se utilizan en la explotación de minerales e hidrocarburos. La fauna, la flora y la vida de las comunidades indígenas y el ambiente de la amazonia siguen siendo amenazados como lo han sido siempre desde los inicios de la colonización. Las distintas etnias indígenas han visto cómo sus tradiciones, idiomas, maneras de ser y de hacer se han transformado en un proceso de aculturación que tiene que ver con la lógica del pensamiento occidental que se basa en la obtención del dinero a toda costa”.
Actualmente, Energy Colombia y Ecopetrol son las dos empresas que están buscando petróleo en un total de 470 mil hectáreas en ese municipio, según información de la ANH, lo que equivale a cerca del 11% del territorio.
Pero las cosas no parecen estar nada fáciles para las petroleras. Así quedó consignado en una reunión del pasado 29 de julio entre las 76 Juntas de Acción Comunal de este municipio caqueteño, 11 de los 20 resguardos indígenas que hay constituidos, la Pastoral Social, la Alcaldía y la Mesa Departamental por la Defensa del Agua y el Territorio.
“La meta del Plan de Desarrollo es que sea un municipio verde, sostenible. Por eso formamos a la gente y a la vez buscamos una prueba piloto para medir qué piensan”, puntualizó Luis Abraham Murillo, secretario de Medio Ambiente.
La prueba fue una encuesta con una única pregunta: “¿Está usted de acuerdo con la realización de proyectos extractivistas minero-energéticos en Solano?”. Y la respuesta fue contundente: de 217 votos depositados, 215 expresaron que no quieren proyectos petroleros en el municipio.
Ante esta realidad, el alcalde de Solano, Alejandro Quintero, le explicó a VerdadAbierta.com que él se regirá por la decisión de la gente. “No creo que permita la exploración petrolera porque si la comunidad se opone y no lo dejarán, uno no puede hacer resistencia. Yo no haría resistencia contra la sociedad”, afirmo el funcionario y agregó que hasta el momento no ha recibido ninguna llamada ni de las empresas petroleras ni del gobierno nacional.
Por su parte, Mejía señaló que la comunidad está en desacuerdo con los proyectos petroleros por la contaminación que generan. Hasta el momento, solo se ha extraído el llamado oro negro de un solo pozo en todo el departamento, ubicado en San Vicente del Caguán. Aunque no ha operado desde marzo de 2015, los cuatro años de producción a manos de Emerald Energy le dejaron una enseñanza a la comunidad.
“Hubo cambios en el paisaje y al remover el suelo para buscar petróleo, toda esa flora y esas sales de las subcapas salen a la superficie y contaminan los acuíferos. Hasta el punto de que a los trabajadores del pozo les llevaban agua y les prohibían tomar la del lugar. ¿Qué pasa entonces con la gente que vive cerca?”, se preguntó Mejía.
Además de oponerse a la exploración de hidrocarburos, en Solano pidieron que no los estigmaticen, como quedó consignado en el comunicado del foro: “Las personas que defendemos nuestro ambiente no somos ‘terroristas de alta peligrosidad’ sino, por el contrario, campesinos, técnicos, profesionales, indígenas que tenemos sentido de pertenencia por estas tierras”.
En este caso, cuentan con el respaldo de la Alcaldía. Pero muchas veces eso no es suficiente. Por esa razón, en otros municipios como en Morelia y Belén de los Andaquíes, la Vicaría Sur y las comisiones por la vida y el agua están impulsando una iniciativa popular normativa para ratificar lo que quiere la mayoría de gente: que no haya proyectos mineros ni energéticos en sus tierras.