Un cruel despojo

      

Una familia quedó atrapada en medio de la guerra entre paramilitares llaneros de un bando y otro, pues su finca estaba en el medio, en Barranca de Upía. Les robaron un hijo y les quitaron su finca. Un notario fue cómplice del despojo.

   
Héctor Germán Buitrago alias ‘Martín Llanos’ está prófugo. Por lo menos 120 de sus subalternos de las las Autodefensas Campesinas del Casanare están presos, pero investigados por la justicia ordinaria. Fotomontaje VerdadAbierta.com.    

El triángulo que sale del norte de Meta corresponde a un municipio, donde los campesinos advierten que los paramilitares de Héctor Germán Buitrago alias ‘Martín Llanos’ o Autodefensas Campesinas del Casanare, Acc, los despojaron silenciosamente.

Aunque en el Meta delinquieron los paramilitares provenientes del Urabá que primero se llamaron ‘Bloque Centauros’ y luego ‘Héroes de los Llanos’, fueron paramilitares de Héctor Germán Buitrago, alias ‘Martín Llanos’ conocidos como ‘Los Buitragueños’ los tuvieron injerencia en el norte del departamento porque milita con Casanare, la tierra donde Buitrago inició sus autodefensas desde los ochenta . En una disputa por el territorio, paramilitares de los dos bandos, los ‘Centauros’ y los ‘Buitragueños’, se enfrentaron dejando entre ambos bandos 2.000 muertos (Lea ‘Así fue la guerra entre ‘Martín Llanos’ y Miguel Arroyave).

En medio de la batalla, los hombres armados aprovecharon para robarles fincas a los campesinos. Esa es la triste historia de una familia que tenía dos fincas justo en los límites de esa disputa paramilitar, una de 14 hectáreas en el sur del Casanare y otra de 222 hectáreas en Barranca de Upía, le llegó  la tragedia en 2002.

“Los paramilitares se llevaron a mi hijo mayor y llamaron a un cuñado, mandándome a decir que eso había sucedido para que les diera la finca –dijo la víctimaa VerdadAbierta.com –.  Al poco tiempo nos llamó el notario de Villanueva (Casanare), que nos necesitaba urgente. Fuimos y nos tenía lista unas escrituras, donde supuestamente le vendíamos 80 de las 222 hectáreas a un señor por $40 millones de pesos. Nosotros teníamos miedo y firmamos, pero nunca recibimos el dinero”.
 

Barranca de Upía está ubicado en el norte, en límites con Casanare.

Las amenazas continuaron.  Por miedo la familia salió desplazada de Barranca de Upía. También vendió forzadamente las 14 hectáreas que le quedaban en Casanare. “Nos amenazaron con que se llevaban otro de los hijos y nos tocó salir ligero, vender la hectárea a $3 millones y medio, cuando esa tierra, cerca al río es tan rica y una hectárea no cuesta menos de $17 millones de pesos”, contó otra víctima de la misma familia.

Pese a que dejaron el campo, la familia siguió recibiendo amenazas. “Un día nos llamaron al fijo en la casa, y un paramilitar desde la cárcel nos dijo que le pagáramos $25 millones para devolvernos la finca de Barranca. Que fuéramos hasta la cárcel. Nosotros nunca fuimos por miedo, y nuestro hijo nada que aparece vivo. No sabemos nada de él”.

La desaparición, el desplazamiento y el destierro fueron denunciados ante Justicia y Paz. Sin embargo, como las Autodefensas Campesinas del Casanare (Acc) o ‘Los Buitrago’ no se desmovilizaron, estos delitos no han sido confesados (Lea ‘El despojo silencioso en el Casanare’).

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