Los campesinos que cultivan y pescan en esta región del sur del Cesar denunciaron que 15 hombres armados los golpearon y amenazaron. Atribuyen el ataque a trabajadores de un ganadero con el que han sostenido diferencias por el uso de la ciénaga.
En la madrugada del pasado miércoles 15 hombres, algunos vestidos con pantalón camuflado, la cara cubierta y portando escopetas, pistolas y machetes, llegaron hasta los playones de la ciénaga La Torcoroma y a gritos preguntaron por los líderes campesinos que denuncian el secamiento y apropiación del complejo cenagoso. Por lo menos 10 campesinos que dormían en un rancho a esa hora fueron amarrados y golpeados. “Venimos por órdenes del patrón. Si ustedes llegaran a denunciar esto sabemos dónde están sus familias y los matamos”, les repetían los armados.
Les arrancaron el rancho, les botaron las ollas de comida y los utensilios de trabajo. Varios campesinos, de quienes se reserva su nombre por razones de seguridad, le contaron a VerdadAbierta.com que llamaron a varias de las familias que estaban en veredas y corregimientos cercanos para contar lo que había sucedido. Pese a las amenazas, pidieron auxilio de la Policía, el Ejército y la Fiscalía, quienes sobre el mediodía y con una orden de allanamiento llegaron hasta la casa de la hacienda del ganadero Alirio Díaz y capturaron a 15 hombres, algunos todavía armados.
La Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro y Sur del Cesar, integrada por varias organizaciones campesinas de esta región, solicitaron acciones urgentes a todas las autoridades locales y del gobierno nacional para proteger la vida de los líderes y comunidad campesina que desde 2002 afronta una tensión con el ganadero Alirio Díaz.
Los campesinos aseguran que Díaz ha ido construyendo murallas y abriendo canales artificiales para secar las ciénagas de El Congo y La Torcoroma, y correr las cercas de su finca. Aunque la autoridad ambiental ha sancionado al ganadero por daño ambiental, Díaz le dijo a VerdadAbierta.com que es “un protector del medio ambiente, no ha intervenido las ciénagas y que por el contario, son los campesinos los que le invadieron 120 hectáreas de su finca Las Flores” (Lea: Ciénagas de Terraplén enfrentan a campesinos y finqueros).
El pasado miércoles, los campesinos presentaron una denuncia colectiva por la violencia ocurrida en la madrugada y al día siguiente radicaron denuncias individuales después de que el Instituto de Medicina Legal valoró su estado de salud. La comunidad estaba a la espera de que los 15 capturados fueran presentados en audiencia pública en Aguachica.
“Tenemos miedo porque Alirio Díaz ya nos habían amenazado diciéndonos que él sabía cómo ‘cómo matar pulgas’, refiriéndose a nosotros. De no ser por el llamado de la comunidad y de la actuación de las autoridades, a esos hombres no los hubieran capturado”, dijo un líder campesino.
La tensión había aumentado al finalizar el mes pasado. La comunidad denunció que el 28 y 29 de mayo varios trabajadores de Díaz enviaron a pastar el ganado de la hacienda a los playones de la Ciénaga La Torcoroma, afectando los cultivos de patilla, melón, maíz, ahuyama, plátano y yuca.
Según el relato de los campesinos, para entonces los trabajadores les destruyeron el rancho, botaron la madera al río y picaron el plástico de los techos con un machete. Esta misma escena ya había ocurrido el 26 de abril cuando una veintena de hombres, unos a pie y otros en un tractor, incluyendo a Díaz, arrancaron las ramadas del rancho y los amenazaron.
El conflicto en las ciénagas de Terraplén puede ser resuelto por el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) porque la Ley 160 de 1994 o Ley de Desarrollo Rural establece que aunque los playones y ciénagas son baldíos que no se pueden titular, el Incoder pude disponer que comunidades de escasos recursos desarrollen les den un uso adecuado, como los cultivos de pancoger. Pero el Incoder asegura que primero debe hacer un proceso de “deslinde y delimitación” en terreno para saber qué bienes son propiedad de la Nación y cuáles son de propiedad privada, y que por ahora estudian los títulos aportados por Díaz.
VerdadAbierta.com se comunicó con Rogelio Pérez Gil, uno de los abogados que defiende a los 15 capturados. Pérez suministró el contacto de Wílmer Díaz, un hijo del ganadero, pero aunque este medio de comunicación llamó en varias oportunidades, el teléfono enviaba a buzón. Al cierre de esta nota, no logró una respuesta de Díaz.