La mañana fue gris. Llovió toda la noche, como si desde el cielo cayeran las lágrimas de las más de 600 víctimas que dejaron las operaciones militares del año 2002 en la Comuna 13, occidente de Medellín. El día anterior (jueves), en sus casas, las mujeres escuchaban el aguacero con temor. “Si continúa lloviendo no podremos realizar el acto”, decían. La conmemoración se ha vuelto un ritual para la organización Mujeres Caminando por la Verdad y para otros colectivos que rememoran, cada 16 de octubre, los lamentables hechos de la Operación Orión.
Con un acto simbólico en La Arenera, donde se adelanta la búsqueda de personas desaparecidas, este 16 de octubre de 2015 se conmemoraron 13 años por las víctimas de la Operación Orión en la Comuna 13 de Medellín.
Pero el temor se disipó así como la lluvia. Las personas llegaron a La Arenera, donde tuvo lugar el acto; el mismo sitio donde actualmente se adelanta la excavación y búsqueda de por lo menos medio centenar de personas desaparecidas. Estando allí, Margarita Restrepo, quien busca a su hija Carol Vanessa Restrepo, desaparecida desde el 25 de octubre de 2002, recordó cómo vivió la Operación Orión.
“Estábamos dormidos cuando algo estalló. Eso era horrible. Cogí a mis cuatro niños: Carol Vanessa, Jennifer Paola, Andrea Estefanía y John Alejandro; y a mi nieto Cristian que iba a cumplir cuatro años. Todos eran menores de edad. Pensé: aquí nos vamos a morir todos porque van a acabar este barrio. Hasta que fue aclarando el día y se sacaron pañuelos, sábanas, todo lo que fuera blanco —en un acto de la comunidad para pedir que cesaran los enfrentamientos—”, relató la mujer.
En la Operación Orión, indica un estudio de Pablo Emilio Angarita, participaron más de mil uniformados del Ejército, la Policía, el DAS, la Fiscalía y el CTI, acompañados de hombres y mujeres informantes, vestidos de camuflados y encapuchados, y respaldados por dos helicópteros Arpía de la Fuerza Aérea Colombiana.
Las familias dejaron mensajes de amor o esperanza recordando a las víctimas del conflicto y las operaciones militares en la Comuna 13.
El operativo comenzó en la madrugada del 16 de octubre de 2002. Al siguiente día, las fuerzas del Estado “realizaron más de 150 allanamientos y detuvieron (entre el 16 y el 28 de octubre) a 229 personas. Tras unas tres semanas de operaciones, el Ejército decomisó 22 fusiles, además de explosivos, granadas y munición de diferente calibre”.
La operación, desarrollada con armamento pesado en los barrios de la Comuna 13, dejó 3 militares y un oficial de la policía muertos; 5 policías y 9 soldados heridos; y 10 insurgentes de las FARC, el ELN y los CAP muertos, según los reportes oficiales citados en el estudio.
Los efectos más devastadores los sufrió la población civil: “1 muerto, 38 heridos, 8 desaparecidos y 355 detenidos. De estos últimos, 170 personas fueron judicializadas; sin embargo, los restantes permanecieron por varios días privados de la libertad en calabozos. La Fiscalía abocó el conocimiento de los procesos relativos a los 170 judicializados, y al resolver la situación jurídica, ordenó la libertad de 88 de ellos. Para comienzos de 2007, sólo 2 personas habían sido condenadas”.
Para fortuna de las mujeres, hacia las 10 de la mañana del pasado viernes, cuando se dio inicio al acto, los tímidos rayos de sol comienzaron a secar la tierra. Fue un día distinto. No se realizaron labores de búsqueda pero se recordó la tragedia.
La huella de la desaparición dejada por Orión
La casa móvil, que sirve de campamento a las mujeres para vigilar a diario cómo avanzan las excavaciones, está decorada con macetas que contienen plantas y flores, pero además tienen inscritos los nombres de las víctimas y mensajes de esperanza. En el medio hay una vela blanca y, al frente, hay un pendón grande con las fotos de los desaparecidos. Al lado derecho, está la lista con los nombres de las víctimas y la fecha de su desaparición.
Las víctimas pusieron una lista con más de 100 nombres de personas desaparecidas desde el 16 de octubre de 2002.
Entre las más de 600 víctimas que dejaron las operaciones militares de 2002, según los registros de la Corporación Jurídica Libertad, hubo 38 civiles heridos; tres jóvenes muertos: Elkin de Jesús Ramírez Vélez, José Libardo Villegas y Diego Alexander Ortiz; seis personas detenidas y desaparecidas por efectivos de la fuerza pública: Sergio Rodríguez Cartagena, John Fredy Sánchez Castrillón, Edwin Antonio Salazar Granada, Diana Marcela Granados, Dany Ferney Quiroz Benítez y Blanca Lilia Ruíz Mar. Además, hubo cientos de personas desplazadas de manera forzada y 358 personas privadas arbitrariamente de la libertad,que debieron pasar meses o años en la cárcel antes de que se declarara su inocencia.
Por estos hechos avanzan varios procesos jurídicos, indicó Adriana Arboleda, abogada de la Corporación Jurídica Libertad. “Uno ante la Fiscalía Delegada en la Corte Suprema de Justicia contra los generales en retiro Mario Montoya Uribe y Leonardo Gallego Castrillón; proceso que no avanza, aunque está desde 2008.” Estos oficiales, ex comandantes de la Cuarta Brigada del Ejército y de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, respectivamente, comandaron la Operación Orión y han sido acusados de actuar en connivencia con paramilitares del Bloque Cacique Nutibara durante el operativo.
Fueron al menos 12 las operaciones militares ocurridas entre febrero y octubre de 2002 en la Comuna 13, según información de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín. A cada operación se le asignó un nombre que era tomado de la primera letra de cada mes así: “Operación Furia”, que se realiza el 21 de febrero de 2002. “Operación Fuego”, el 21 de febrero de 2002. “Operación Marfil”, el 15 de marzo del mismo año. “Operación Águila”, el 17 de abril de 2002. “Operación Martillo”, del 4 de mayo. “Operación Mariscal” del 21 de mayo. “Operación Júpiter” del 17 de junio. “Operación Jalisco” del 24 de junio. “Operación Jinete” del 6 de julio. “Operación Antorcha” del 3 de agosto. “Operación Saturno” del 4 de septiembre. “Operación Orión” del 16 de octubre de 2002”
Un informe del Observatorio de Derechos Humanos del Instituto Popular de Capacitación (IPC), publicado en diciembre de 2012, expone que la Comuna 13 se hizo visible para el común de la ciudadanía hasta hace muy pocos años, a raíz de las operaciones militares, pues “poco se sabía de la historia de poblamiento de estas laderas, de la extrema pobreza y mucho menos se entendía la marginalidad que en ese lugar se sufría. Era éste un territorio de exclusión que estuvo velado para quienes gozaban de algún nivel de integración a la ciudad.”
El estudio concluye que con la irrupción de las Fuerzas del Estado en el año 2002 a través de las operaciones militares, la Comuna 13 no logró la pacificación y, por el contrario, el escenario se complejizó aún más. Actualmente la zona sigue sometida al control de grupos ilegales, herederos del paramilitarismo, que incurren en prácticas de homicidio, amenaza, desplazamiento, desaparición forzada, extorsión y micro tráfico, entre otros.
Las siluetas negras con mensajes y con los nombres de los desaparecidos, se han vuelto símbolo de las víctimas de desaparición forzada en Medellín. En La Arenera están paradas mirando a las escombreras y mirando a la ciudad.
Después de Orión y hasta el año 2013, la Corporación Jurídica registró 104 víctimas de desaparición forzada, de las cuales 11 aparecieron muertas mientras de las demás no se tiene información. Por eso, después de trece años de reclamos de las víctimas, se inició en las escombreras de la Comuna 13 la excavación y búsqueda de personas desaparecidas con base en las denuncias de los familiares de las víctimas y en las versiones de ex paramilitares que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz.
Hasta ahora el resultado es poco alentador. Caterine Heyck Puyana, directora nacional de Articulación de Fiscalías Especializadas, reveló que en el polígono 1 de La Arenera, donde inició la excavación el pasado 5 de agosto, se han removido 13 mil metros cúbicos de tierra pero aún no se han encontrado restos humanos. A 82 días de iniciarse el proyecto se ha alcanzado una profundidad de 10 metros hasta tocar suelo firme. “Ha habido hallazgos de material: bolsas de leche, monedas, unas gafas, una licencia de conducción —de una persona que está viva y no ha sido víctima del conflicto— y restos óseos que no corresponden a restos humanos”, explicó la funcionaria.
En este sitio tienen puestas sus esperanzas muchas mujeres que no encuentran razón de sus seres queridos. Allí también están las ilusiones de Margarita. Su hija Carol Vanessa Restrepo tenía 17 años al momento de su desaparición. Cursaba el grado noveno de bachillerato y había salido de su casa para encontrarse con dos compañeros de colegio: Cristian Adrián Castrillón Castrillón y John Jairo Durango Machado. Los tres desaparecieron ese 25 de octubre de 2002, nueve días después de que se desarrollara la Operación Orión.
La justicia no llega
Los familiares de las víctimas lucieron camisetas blancas con el logo de la asociación Mujeres Caminando por la Verdad.
Sentadas bajo dos carpas blancas, frente al campamento de las mujeres, frente al polígono donde se adelantan las excavaciones, frente a la ciudad donde ha ocurrido esta tragedia, unas cien personas entre víctimas, líderes sociales, autoridades y representantes de organismos internacionales, escucharon a los protagonistas y testigos de esta historia: las víctimas, el padre Javier Giraldo, la hermana Rosa Cadavid, la abogada Adriana Arboleda. Cada uno recordó los hechos desde su perspectiva. Algunos le reclamaron a la sociedad y a los medios por su apatía. Otros se enfocaron en exigir del Estado: justicia.
Pero la justicia no llega. Al menos eso piensa María Victoria Fallón, abogada del Grupo Interamericano de Derechos Humanos (GIDH), quien planteó que “en la Operación Orión y en las operaciones militares que hubo en el 2002 fueron asesinadas muchas personas, fueron desaparecidas muchas otras y hubo detenciones masivas, violaciones al derecho a la libertad, al derecho a la integridad, que están totalmente en la impunidad. Lo más grave, le entregaron la Comuna 13 al paramilitarismo como un mecanismo para garantizar lo que en ese momento se iba a iniciar, que era la desmovilización del bloque Cacique Nutibara”.
La abogada del GIDH recordó que actualmente hay una demanda contra el Estado colombiano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por las agresiones a las lideresas Ana Teresa Yarce quien fue asesinada, Miriam Eugenia Rúa, Luz Dary Ospina, María del Socorro Mosquera y Mery del Socorro Naranjo y sus familiares, por hechos ocurridos en la Comuna 13 durante el año 2002 con énfasis en la Operación Orión.
Después del evento conmemorativo en La Arenera, las personas se trasladaronal Parque de las Luces, en el centro de la ciudad, donde se realizó un acto simbólico de siembra de personas.
Si la CIDH falla contra el Estado colombiano por el caso de la Comuna 13, el ex presidente, Álvaro Uribe Vélez, podría ser investigado nuevamente. También podría ser investigado el ex alcaldey actual candidato a la gobernación de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez. Esto se sumaría a la compulsa de copias que ratificó la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín contra Álvaro Uribe por hechos relacionados con la masacre del Aro, en Ituango, Norte de Antioquia, cuando él era Gobernador. Investigaciones de vieja data que no han prosperado, advirtió la jurista.
Pasado el mediodía concluyó el acto en La Arenera y, como si hubiera sido un favor de la naturaleza, el firmamento se oscureció, dando el tiempo justo para que las personas tomaran los vehículos y salieran del lugar.
, en sus casas, las mujeres escuchaban el aguacero con temor. “Si continúa lloviendo no podremos realizar el acto”, decían. La conmemoración se ha vuelto un ritual para la organización Mujeres Caminando por la Verdad y para otros colectivos que rememoran, cada 16 de octubre, los lamentables hechos de la Operación Orión.){kind=link}