Ya está al aire la primera herramienta de base de datos que ordena desde 1982 hasta la fecha y mapea sobre el territorio el rastro doloroso del conflicto en Colombia.
www.rutasdelconflicto.com, una página elaborada por VerdadAbierta.com y el Centro de Memoria Histórica (CMH) que documenta, ordena cronológica y geográficamente, y sistematiza para la búsqueda, lo que ha sido quizás la expresión más dolorosa del conflicto armado colombiano: las masacres.
Cualquier ciudadano podrá ingresar desde ahora aEste proyecto investigó durante ocho meses más de 700 crímenes colectivos desde 1982 hasta la actualidad por guerrilleros, paramilitares y miembros de la Fuerza Pública en todo el país. Un equipo de periodistas recopiló y organizó información de las audiencias del proceso de Justicia y Paz documentadas por VerdadAbierta.com; las investigaciones realizadas por Memoria Histórica; centenares de sentencias judiciales; registros de prensa de medios nacionales y regionales, y la base de datos del conflicto del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep).
Rutas de Conflicto documentó las principales masacres sucedidas en Colombia en 32 años, que sirvieron como arma del terror para doblegar a un pueblo, erigirse en la autoridad paralela de un territorio, expoliar sus riquezas, humillar a los resistentes y sacar al enemigo. Algunos de estos asesinatos, está ya documentado, fueron perpetradas por miembros de la Fuerza Pública, distorsionando totalmente la misión de protección a la población civil que les ha encomendado la sociedad a través de la Constitución Política. En otros casos no se conocen los autores, ni aunque hayan pasado muchos años, por lo que permanecen en la impunidad.
¿Cómo funciona?
Rutas del Conflicto tiene dos versiones. Una web, a la que los ciudadanos pueden acceder a través de www.rutasdelconflicto.com y ser navegada desde computadores, tablets y teléfonos celulares; y otra, para dispositivos móviles, que puede ser descargada desde la misma página web y consultada en teléfonos celulares con sistemas Android o iPhone.
Cada registro sobre las masacres incluye una descripción de los hechos y detalla si hubo sevicia, tortura y desaparición forzada; además, referencia el nombre de las víctimas y destaca si entre ellas hubo líderes sociales, como sacerdotes, profesores, periodistas e integrantesde partidos políticos, así como población vulnerable, como mujeres embarazadas, niños o integrantes de comunidades étnicas. La información, además, está georreferenciada con la herramienta Google Maps, ofreciendo la ubicación de los hechos por veredas, municipios y departamentos.
Con estos criterios digitalizados, el usuario podrá realizar búsquedas de diferentes maneras. En la primera parte del home de la versión web, encontrará una herramienta que permite encontrar registros usando palabras relacionadas con los hechos. Lo puede hacer, por ejemplo, por el nombre de un victimario, lugar o nombre de la masacre.
En una segunda parte de la página, encontrará una gran línea de tiempo en la que podrá encontrar las masacres, año a año, desde 1982.
La tercera sección de la página combina mapas y líneas de tiempo para ver la información georreferenciada en determinados rangos de tiempo. Por ejemplo, los hechos ocurridos entre 1982 y 1992. El mapa le mostrará todos los datos en este período.
En una cuarta sección, en la parte inferior de página, los usuarios encontrarán una herramienta de búsqueda avanzada que permite al usuario mezclar varios criterios: actores armados, años en ocurrieron los hechos, búsqueda sobre si las víctimas eran líderes sociales o hacían parte de una población catalogada como vulnerable, departamento o fecha.
“Uno pensaría que la información sobre masacres está ya toda disponible en libros y periódicos, y no. Este es una herramienta para que profesores, estudiantes, investigadores y las víctimas tengan acceso a la información pero también que aporten datos sobre lo que ocurrió en el país”, dijo María Teresa Ronderos, directora de VerdadAbierta.com, en el evento de lanzamiento de la página en Bogotá.
Por su parte, Gonzalo Sánchez, director del CMH, consideró que Rutas del Conflicto es un recurso de apropiación social, en el que todo ciudadano o líder se convierte en un productor de memoria: “Esta herramienta permite socializar bajo un esquema que rompe las jerarquías de la producción de información. Esta es una plataforma de inclusión”.
¿Para qué sirve?
Con esta herramienta, los investigadores podrán ver cómo ha ido dejando la guerra su traza en el territorio nacional, año por año; cuándo y dónde amaina y arrecia el conflicto. Además, con este recurso, los familiares de las víctimas podrán verificar la información que allí encuentren, por ejemplo, ver si sus seres queridos no figuran en las lista de víctimas; o denunciar si saben algo más sobre los autores; o simplemente aportar un detalle importante que conozcan, y enviar su mensaje al portal desde sus celulares.
Profesores y estudiantes también tendrán en esta base de datos una herramienta para aprender la dolorosa historia reciente de su región y contrastarla con la de otras regiones de su departamento y el resto del país; adicionalmente, los líderes sociales y políticos podrán saber cuántos de sus pares cayeron en los asesinatos colectivos.
La reconstrucción sistematizada también quiere conmover a los colombianos del común, ayudarles a comprender la magnitud del horror que han soportado cientos de miles de sus compatriotas, que incluso vivieron muy cerca de ellos, pero que no han sabido realmente de su sufrimiento.
El proyecto Rutas del Conflicto apenas comienza porque, a futuro, quiere sistematizar la información sobre otros crímenes y expresiones de la guerra colombiana, como el secuestro, el despojo de bienes, el desplazamiento y la desaparición forzada, todo ello pensado en el servicio al público.
Lo que pretenden VerdadAbierta.com y CNMH es que en esta página y con esta aplicación se le pueda seguir el rastro cruel, la huella dolorosa, a lo que ha sido este largo y doloroso conflicto entre colombianos, tanto en el tiempo, como en el territorio. Tenerlo presente es una manera de empezar a superarlo; tener claro quépasó es la única manera de no reciclar los odios; mirarlo de frente en la palma de la mano es una manera de decir ¡Basta Ya!
Esta es una herramienta que continúa en construcción. Los ciudadanos pueden enviar información sobre si por ejemplo falta algún registro, faltan nombres de víctimas o hay una situación de riesgo en alguna región que permita repetir estas tragedias.
“Muchas veces las historias de la violencia han sido contadas por los victimarios. Pero esta herramienta es una posibilidad enorme para que las víctimas participen, cuenten su versión sobre los hechos. Una persona puede buscar por ejemplo sobre un caso o sobre lo que ocurrió en su departamento y enviar más información para seguir construyendo esta base de datos”, explicó Óscar Parra, periodista de VerdadAbierta y coordinador del proyecto.
En ese sentido, precisó Sánchez, todo el territorio nacional se vuelve un lugar de memoria. “Ya nadie puede decir: ‘yo no sabía’”, dijo el director del Centro Nacional de Memoria Histórica.