Justicia y Paz identificó que 150 integrantes del bloque de Ramón Isaza habían entrado cuando eran menores de edad.
Varios menores reclutados, que han sido documentados por la Fiscalía tenían entre 15 y 17 años. |
Aunque los ex jefes de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, Acmm, insistieron en que el reclutamiento de menores no fue una ‘política’ de su bloque, la Fiscalía 2 de Justicia y Paz encontró más de 150 casos de adolescentes que ingresaron a las filas paramilitares desde 1997.
El reclutamiento de niños en el Magdalena Medio no es nuevo. Desde la época del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, en los ochenta, muchos jóvenes menores de 18 años ingresaron a las autodefensas, seducidos por el dinero y el poder.
Los jefes del bloque paramilitar que delinquía en la zona admitieron que el reclutamiento continuó y aceptaron las imputaciones hechas por la Fiscalía de Justicia y Paz. Sin embargo, insistieron en que son casos excepcionales, a pesar del número de la cifra de reclutamiento que ha salido a la luz en el proceso.
Durante una audiencia de imputación de cargos, el ex jefe paramilitar de las Acmm, Ramón Isaza, alias ‘El Viejo’, dijo que si bien siempre le insistió a sussubalternos que evitaran reclutar menores, el grupo no realizó los suficientes controles para evitar este delito. A la audiencia también asistieron Luis Eduardo Zuluaga, alias ‘Macgyver’ y Oliverio Isaza, alias ‘Terror’, hijo de ‘El Viejo’, quien vivió su infancia junto a su padre en medio de la guerra.
Según ‘Terror’, la mayoría de jóvenes reclutados ingresó al bloque haciéndose pasar por adultos, sin documentación. “Muchos venían sin papeles y tenían el porte de un adulto, parecían hombres hechos y derechos. Era muy difícil darse cuenta y por eso se aceptaron. Todos debían tener entre 16 y 17 años”, dijo Oliverio Isaza.
‘Terror’ contó, por ejemplo, que se había “encargado de un muchacho en Rionegro, Antioquia, pagándole el estudio desde los 11 años”, pero que al llegar a los 15, el joven le solicitó ingresar a las autodefensas y no pudo hacer nada para que se mantuviera fuera del grupo paramilitar.
Según la Fiscalía, la mayoría de ex paramilitares jóvenes de las Acmm permanecían indocumentados mientras delinquían en la región. Muchos lograron tener la cédula hasta la desmovilización.
Pese a las explicaciones de ‘Terror’, la Fiscalía presentó una serie de testimonios de desmovilizados que declararon haber ingresado a las Autodefensas del Magdalena Medio cuando tenían entre 11 y 15 años.
Un ex miembro de las Acmm, que fue asesinado en 2006, declaró antes de su muerte que fue reclutado a la fuerza cuando apenas tenía 15 años. Según el testimonio presentado por la Fiscalía, el joven era un vendedor de chicles y cigarrillos en Rionegro, Antioquia, que junto a otros menores terminaron en las autodefensas y que los amenazaron de muerte si no ingresaban a su organización.
Otro desmovilizado, que actualmente se encuentra en prisión en Medellín y tiene 25 años, contó a la Fiscalía que se sumó a los paramilitares de ‘El Viejo’ a los 14. Según el testimonio, al entrar al bloque paramilitar, fue enviado al centro de entrenamiento de la Unión, en Puerto Nare, Antioquia, en el que fue instruido en manejo de armas, combate y desmembramiento de cuerpos.
Aunque los jefes del Acmm aceptaron los cargos, dijeron que no todos los testimonios de los menores son ciertos.
Alias ‘Macgyver’ dijo que probablemente niños menores de 15 años colaboraron en algún sentido con las autodefensas, pero no hicieron parte de ellas. “Nosotros éramos el Estado en esos sectores. Toda la población, incluidos los menores tenían contacto permanente con nosotros. Tampoco es cierto que nosotros reclutáramos, la gente iba a llegando por su propia voluntad, no tenemos por qué mentir en nuestras declaraciones”, explicó el ex comandante a Verdadabierta.com.
La mayoría de los muchachos que llegaron a las Autodefensas lo hacían por su propia voluntad, ya que encontraron una oportunidad que no les ofrecía el resto de su entorno, según explica el padre Jorge Alberto Tovar, director del Programa de Paz del Magdalena Centro, que llegó a la zona en 1999.
“Si he escuchado que hubo algunos intentos de reclutamiento forzado, pero en su mayoría la gente ingresaba por su cuenta. El prototipo de los ‘paras’ era casi un ideal para los muchachos, así como para las niñas tener un novio paramilitar”, cuenta el padre Tovar.
Las dos principales motivos que tuvieron los jóvenes para ingresar a estas organizaciones delictivas fueron el temor y la posibilidad de un ascenso social, según la investigadora Ana Milena Montoya, que hizo parte del proyecto académico sobre el reclutamiento infantil “Nospintaron pajaritos”, en la cual entrevistaron a decenas de paramilitares en varias zonas del país sobre el porqué tomaron la vía de la ilegalidad.
“El miedo llevó a muchos jóvenes a formar parte de estas estructuras, pero los paramilitares tenían un estatus social en los lugares donde actuaban y los muchachos querían pertenecer a esa clase. Esto sin contar que, aunque bajo, recibían un sueldo mensual al ingresar a las filas”, explicó Montoya.
Según los testimonios de ‘El Viejo’, ‘Macgyver’ y ‘Terror’ este sueldo era de 250 mil pesos. Los ex jefes paras insistieron durante la audiencia que asumían la responsabilidad por la línea de mando, pero que no conocieron a muchos de los menores de edad que fueron reclutados, según lo que documentó la Fiscalía.
“El bloque estaba descentralizado y los comandantes zonales tenían mucha independencia. No sabemos en que condiciones se dieron algunos casos”, explicó ‘Macgyver’.
En noviembre pasado, la Fiscalía de Justicia y Paz invitó a Colombia a la sicóloga alemana Nina Winkler, experta en el tema de reclutamiento de menores. La sicóloga señaló que aunque muchos niños ingresen voluntariamente a las filas de los grupos ilegales, el reclutamiento siempre es forzado.
“No es voluntario. Porque un niño no tiene capacidad de decidir ni sabe las consecuencias de ingresar a un grupo armado ilegal, desconoce los ritos de iniciación, las secuelas de la guerra y las dificultades para reintegrarse a la sociedad”, dijo Winkler durante una audiencia contra los jefes del Bloque Elmer Cárdenas.
El Bloque de las Acmm ocupa el quinto lugar en número de casos de reclutamiento de menores documentados por la Unidad de Justicia y Paz.
El primero es el Elmer Cárdenas que delinquía en el noroeste antioqueño y el Chocó con cerca de 400 niños. Aunque los jefes ‘paras’ insistieron en que reclutar adolescentes nunca fue una de sus ‘políticas’, la Fiscalía probó que no se preocuparon para evitar que los menores ingresaran a estos grupos paramilitares. Más aún, cuando en muchas regiones se habían convertido en el único poder y en el anhelo de muchos jóvenes sin otras opciones de vida.