Como nunca lo había hecho antes, uno de los ex jefes del Bloque Central Bolívar de las Auc le contó a VerdadAbierta los detalles de cómo su grupo se tomó el Sur de Bolívar.
A mediados de los noventa, el Eln se sentía como en casa en el Sur de Bolívar. Secuestraba, asesinaba, extorsionaba a campesinos y comerciantes, y, de una forma u otra, mandaba y tenía arraigo en la población. Ante la ausencia del Estado ellos eran los que se encargaban de cobrar impuestos, impartir justicía y controlar el negocio de la coca.
Para Carlos Castaño, entonces jefe de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) se convirtió en una obsesión quitarle ese territorio a la guerrilla. Sabía que quien se quedara con el Sur de Bolívar controlaría el narcotráfico y se haría a una zona por donde podían conectar el Urabá con el Magdalena Medio, el Catatumbo y la zona de fronteras con Venezuela.
La guerra por el Sur de Bolívar, traería masacres, desplazamientos y el robo de grandes extensiones de tierras para el cultivo de narcóticos.
En 1997, Rodrigo Pérez Alzate alias ‘Julián Bolívar’, apoyado por comandos de las autodefensas de los hermanos Castaño y al mando de Salvatore Mancuso, incursionó en el Sur de Bolívar y en gran parte del Magdalena Medio, desplazando a la guerrilla y consolidando un nuevo brazo del paramilitarismo que se conocería a partir del año 2000 como el Bloque Central Bolívar (BCB).
En compañía de su hermano Guillermo Pérez Alzate alias ‘Pablo Sevillano’ y de Carlos Mario Jiménez alias ‘Macaco’ o ‘Javier Montañez’, ‘Julián Bolívar’ fue el cabecilla de esta incursión paramilitar que se financió con recursos del narcotráfico, la explotación del oro, el robo de combustibles y la extorsión.
Según cifras de organizacionessociales de la zona, entre 1997 y 2002, el grupo de ‘Julián Bolívar’ fue responsable de 556 homicidios en el Sur de Bolívar, algunos de ellos en complicidad con miembros del Ejército. Según la Fiscalía, entre 1996 y 2005 más de 2.000 personas fueron asesinadas como consecuencia del conflicto armado. Fue tan cruel esta incursión, que el mismo Bolívar, en una de sus primeras versiones libres, reconoció que en Santa Rosa del Sur, Bolívar, las Auc compraron 685 ataúdes entre 1999 y 2005 para sepultar a sus combatientes.
Pérez Alzate ha confesado ante Justicia y Paz que el BCB cometió entre 2000-2004 más de 20 masacres en Santander en las que murieron como mínimo 77 personas (ver artículo). También ha reconocido por cadena de mando el asesinato del periodista Emeterio Rivas ocurrido en abril de 2003, cuatro meses después de que supuestamente el BCB había declarado un cese de hostilidades (ver artículo).
También está acusado de ordenar el asesinato del sindicalista de Coltabaco Ciro Arias Blanco quien fue asesinado en Capitanejo (Santander) en marzo del año 2000. En Justicia y Paz ha reconocido los homicidios de varios sindicalistas de Barrancabermeja y Sabana de Torres (Santander). Por ejemplo, en enero de 2009 reveló que hombres bajo su mando recibieron una lista con nombres de miembros de la Unión Sindical Obrera (USO) para que fueran asesinados por sus presuntos vínculos con las Farc.
En versión libre también ha contado sobre la complicidad con funcionarios de ECOPETROL para el robo de gasolina del poliducto (ver artículo).
El BCB delinquió en municipios como Morales, Tiquisio, Arenal, Simití, Santa Roda del Sur, San Pablo, Cantagallo, Barranco de Loba, Altos de Rosario, Regidor y el Peñon, con la pretensión de estar combatiendo a la guerrilla a la vez que fortalecía sus redes dedicadas al narcotráfico.
El 31 de enero de 2006, 2.519 hombres y mujeres del Bloque Central Bolívar se desmovilizaron junto a ‘Julián Bolívar’ en Santa Rosa. En ese acto, el grupo entregó 1.386 armas, 140 mil municiones, 546 granadas, 15 radios portátiles y dos helicópteros.
En la cárcel de Itagüi, ‘Julián Bolívar’ le contó a VerdadAbierta.com su versión de la historia sobre el paramilitarismo en el Sur de Bolívar.
Algunas organizaciones han cuestionado las verdades de este comandante paramilitar (ver artículo) y también ha sido acusado por antiguos lugartenientes de haber continuado delinquiendo mientras se encontraba en su zona de concentración antes de la desmovilización (ver artículo).
Este paramilitar nacido en Medellín, estuvo acompañado durante la entrevista por alias ‘Bedoya’, quien fue su mano derecha durante la incursión del Bloque Central Bolívar
Los inicios en las autodefensas
Verdad Abierta: ¿Cuándo y por qué ingresa a las autodefensas?
‘Julián Bolívar’: Éramos una familia de cinco hermanos nacidos en Medellín. Nos dedicábamos al comercio de confecciones, en el sector de Guayaquil, conocido como Pichincha, un sitio llamado “El Hueco”. Ahí todos teníamos almacenes. Luego en 1991 o 1992, mi hermano mayor vendió los almacenes; nos quedamos Guillermo, Jaime y yo, y nos tocó la presencia de las milicias bolivarianas por todo este sector.
Estábamos obligados a pagar un impuesto a esas milicias y de un momento a otro, empezaron a incrementar sistemáticamente las exigencias económicas. Mi hermano Jaime hacía todo lo posible por cancelarlo pero Guillermo y yo decidimos vender los almacenes y nos fuimos para Montería. Y en el 94 nos fuimos para Montería y allí montamos una fábrica de hielo y helado.
En el 94, las milicias Bolivarianas asesinan a Jaime porque él no pudo seguir pagando. Nosotros nos quedamos muy tristes con lo que sucedió y nos tuvimos que llevar a mi papá, a mi mamá y los tres hijos de mi hermano para Montería.
La fábrica de hielo y helados no nos daba para pagar los gastos de todos. Entonces empecé a comercializar ganado, viajaba al norte de Antioquia, a Yarumal, Valdivia, Puerto Valdivia. Luego, lo vendía en Planeta Rica y Caucasia.
VA: ¿Y era común encontrarsea los paramilitares?
JB: Lo más normal, así como era común encontrarse guerrilla por todo lado. Yo viajaba cerca de Yarumal y me encontraba a los elenos; pero si me iba para Campamento me encontraba con el frente 36 de las Farc; si iba a Caucasia o a Tarazá con las autodefensas. En esa época eran pequeños grupos de autodefensas regionales de 15, 20 o 25 hombres.
Entonces me fui metiendo en el cuento. Primero con labores de logística en Yarumal con un grupo en el que conocí a ‘Pantera’, ‘Tolima’ y ‘Bryan’. Fui haciendo mi grupito con la colaboración del comercio que me financiaba con algo 100 mil, 50 mil o 30 mil pesitos. Y ayudando a pasar carros de contrabando sobre todo en las vías aseguradas por un retén de la Aduana en Yarumal. Coordinaba cuando no estaban los de la base (Militar), pasaba los camiones y me regalaban de 200 mil a 500 mil pesos. Con eso mantenía al grupo y fue creciendo.
Posteriormente, en 1997, en uno de mis viajes a Caucasia conozco a ‘Javier Montañez’, alias (‘Macaco’), quien estaba recién llegado del Putumayo, porque le había tocado salir volado de allá y había comprado unas tierras por Cáceres. Él ya tenía un grupo de autodefensas, cuyos miembros era gente de Caparrapí (Cundinamarca), y eran conocidos como los ‘Caparrapos’. De ese grupo hacía parte ‘J22’ quien después fue uno de los comandantes de ‘Macaco’.
Allí empecé a comprar armas. Tenía un muchacho que viajaba a Panamá y las traía. Recogía 2.000 dólares y él me compraba fusiles entre 300 y 400 dólares cada uno. Fusiles de tres guerras comprados en Centroamérica. Si traía seis fusiles, vendía tres y me quedaban tres, para ese entonces ya éramos 30 hombres.
Con ‘Macaco’ hicimos buenas relaciones, pero hubo un problema: llegaron las ACCU (Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá) y cooptaron todos esos pequeños grupos de autodefensas en el Bajo Cauca y quedaron dentro de lo que se llamó las ACCU, Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá. Entonces empezó la distribución de los territorios: ‘Cuco Vanoy’ y sus autodefensas (en esa época no era Bloque Mineros), con dos o tres señores de Tarazá, Puerto Valdivia y Barro Blanco; ‘Macaco’ en Piamonte hacia adentro; habían unas autodefensas en el Bagre comandadas por un muchacho ‘Danilo’ que manejaba hasta cierto punto de Caucasia.
VA: ¿Y su hermano Rodrigo Pérez (alias ‘Pablo Sevillano‘) ya estaba en las autodefensas?
JB: Mi hermano estaba en Montería, nada tenía que ver con ese cuento.
La entrada al Sur de Bolívar
VA: ¿Y cómo arranca el Bloque Central Bolívar?
JB: Después de esa orden de las ACCU, conocí a Vicente Castaño (‘El profe’). Macaco ya lo conocía. Ellos convocan a una reunión donde estaba Carlos y Vicente, en el Urabá Cordobés, cerca de Buena Vista y La 21.
En esareunión le dicen a ‘Macaco’ y a otro paramilitar que le decían ‘Sebastián’, que tenían que aportar 350 hombres para incursionar en el Sur de Bolívar. ‘Macaco’ dijo que no podía, porque su bloque era muy pequeño. Para esa fecha ya le habían entregado la zona de Bagre y Zaragoza porque el comandante, alias ‘Danilo’, había sido relevado por malos manejos y atropellos contra la población civil. El casco urbano de Caucasia estaba manejado por ‘Cuco Vanoy’.
Entonces ‘Macaco’ se comprometió con 100 hombres para esta operación Bolívar. Luego me reúno con Enrique Barreto del Sur de Bolívar, que estaba hablando a nombre de unas comunidades. Gente que le había tocado abandonar sus tierras, sus propiedades sus bienes, por la persecución del Eln, les habían robado los ganados y después de haber acudido a todas las instancias de los organismos de seguridad no habían encontrado ninguna respuesta, entonces acudieron donde Vicente Castaño. Vicente organizó todo y me proponen como coordinador. Yo ni siquiera tenía entrenamiento militar.
VA: ¿Y cómo fue la entrada Sur de Bolívar?
JB: El día que acepté, me presentan a alias ‘Ramiro Popeye’ y a alias ‘Gustavo’, que después pasó a ser ‘Gustavo Alarcón’. Ellos eran los comandantes militares. Craneo todo, me voy para la zona de ‘Macaco’ a mirar los que estaban cooperando. Él nombró un comandante alias ‘Peruano’ o alias ‘La Hiena’ por parte del Bloque Mineros.
Arrancamos por carretera: pasamos por Caucacia (Antioquia), luego por un costado de Montería (Córdoba) y llegamos a Carmen de Bolívar (Bolívar), tiramos hacia Bosconía (Cesar) y bajamos hacia Curumaní (Cesar), luego Aguachica (Cesar), y de allí a San Martín (Cesar).
Para ese momento, ya me había entrevistado con ‘Camilo Morantes’ (ver artículo). A Morantes lo conocí en las fiestas en San Rafael de Lebrija (Santander) donde tenía su base. Allí monté un campamento.
Estando donde ‘Camilo Morantes’ noté que había mucha indisciplina. Me llené de temor de organizar un operativo, cogí a los muchachos y me fui para donde ‘Juancho Prada’ en San Martín Cesar y me cedió un sitio en Barranca Lebrija, cerca al río Magdalena. Ahí organicé las tropas, esperando los camuflados, el armamento, la municiones, todo. Como no llegaba la gente, los muchachos se empezaron a desesperar, empezaron brotes de indisciplina, se estaban insubordinando. Ya habían pasado 3 o 4 meses desde que arrancamos.
Hablo con ‘Juancho Prada’ y le digo: ¿Cuánta gente me puede prestar? Me dijo que solo tenía 20 hombres. Entonces me prestó 20 hombres y un comandante que se quedó conmigo, ‘Bedoya’, a quien en esa época le decían ‘Bryan’. Con los 20 hombres de Juancho Dique y los míos, ordené todo y dimos el primer golpe.
Fue en Cerro Burgos (cerca de Simití), entramos en chalupa de motor 200 y pasamos el río Magdalena. Allí matamos a dos personas, una mujer y un hombre. Eran elenos, milicianos, ese día iban de camuflado, llevaban un radio, revolver, granadas y una escopeta. Eso fue el 11 de junio de 1998.
Aunque no habíamos recibido los refuerzos, ya estaban comandantes como ‘Ramiro Popeye’.
Con ellos, arrancamos por la carretera de Cerro Burgos a Simití y llegamos a la ‘Y de Fontes’. Nos demoraron 15 días porque nos hostigaban, y a lado y lado de la carretera había minas quiebrapatas.
VA: ¿Y en el recorrido previó, la Policía no hizo nada?
JB: Había unos coordinadores, que eran los encargados de hablar con la policía: “Ahora háganse pa’ un lado que es que vamos para dentro”. Eso todo el mundo lo sabía.
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VA: ¿Dónde se instalan cuando llegan al Sur de Bolívar?
JB: Llegamos a la ‘Y de Fontes’ y ahí instalamos nuestra primera base. Luego recibo la orden de avanzar hacia Micoahumado en Morales. En ese momento éramos casi 100 hombres.
Lo primero que hicimos fue una operación que tenía tres ejes: uno que empezaba al norte del sur de Bolívar, por los Altos del Rosario; y otro que entraba por Arenales. Que fueron comandados por Salvatore Mancuso o su gente. Mi grupo le tenía que obedecer; incluso en esa primera incursión mi comandante inmediato fue Salvatore no ‘Macaco’. Y por el otro, entramos a Moralito y la Arcadia. Allí ya éramos alrededor de 300 hombres.
Llegamos a Micoahumado a finales de 1998, que era un nicho histórico del Eln. Los primeros que llegaron iban al mando de alias ‘Noventica’ y otro comandante de Mancuso.
En San Blas encontramos sólo 5 o 6 personas; de esas recuerdo a un señor ‘Pata de Loro’ o ‘Pedro Mafia’ quien era el encargado de comprar coca en el Sur de Bolívar para pagarle el impuesto al Eln. Allá entraba de vez en cuando el frente 24 o el 4 de las Farc. En la parte norte, por Morales, Arenal, Regidor, el frente José Solano Sepúlveda; Hacia Santa Rosa del Sur el frente Héroes de Santa Rosa; y en San Pablo y Simití la Mariscal Sucre.
Luego doy la orden de arrancar a San Blas, ya me fui metiendo de lleno, haciendo entrenamiento y leyendo sobre el Che Guevara, Clausewitz, entre otros.
VA: ¿Qué pasa en San Blas?
JB: Teníamos que organizar a las comunidades, el que regresaba le decíamos que la guerra no era con los campesinos, la historia había que partirla en dos, antes y después de la llegada de las autodefensas, el pasado era borrón y cuenta nueva. Nosotros entendíamos que tenían que colaborarle al Eln, porque era la autoridad en el Sur de Bolívar. Entonces, poco a poco fue llegando la gente a SanBlas.
VA: ¿Y cómo se llamaron esas autodefensas?
JB: En el 98 y 99 éramos las Autodefensas del Sur de Bolívar. Ahí ya fuimos entrando en operaciones militares y se combatía a diario. Se organiza una clínica, una fábrica de camuflados, armería, escuela de entrenamiento que estaba bajo el mando de ‘Bedoya’, una emisora y fuimos ocupando territorios. El centro de operaciones era San Blas. Le pedí a Castaño que relevara a ‘Popeye’ porque comenzó con robos y acciones de pillaje, y dejé a ‘Gustavo’ como comandante.
Luego nos tomamos Monterrey (Simití) un sitio clave para las Farc. Puse un puesto de mando avanzado ahí con un señor Carlos, que todavía está vivo y va a ir a versión libre, un viejo de muchos años en la guerra. Ya le íbamos ganando la guerra al Eln, pero empezaron a llegar refuerzos de la guerrilla del nordeste antioqueño y del Bajo Cauca.
Pero como ellos atropellaron a la población, la gente se “mamó” del Eln; donde ellos(la guerrilla) hubieran sabido manejar o los hubieran manejado con tacto o con inteligencia, allá no hubiera entrado ni autodefensas ni las fuerzas institucionales, eso era su nicho histórico. Muchos guerrilleros oriundos de la región pasaron a las autodefensas.
VA: ¿Y allí estaba el Coce del Eln?
JB: Los comandantes del Coce ya no estaban. El cura Pérez había muerto en 1997, Antonio García se había ido para La Bogotana, entre Norte de Santander y Cesar, y Gabino estaba en la región de El Paraíso, en un sito que se llama El Tamal, límite entre Antioquia y el Sur de Bolívar, cerca de la Serranía de San Lucas. El campamento de Gabino estaba a 6 kilómetros del mío.
Inclusive, un día hicimos la ‘Operación Vaca’, donde le cogimos mil cabezas de ganado a Gabino; llevados por sus propios hombres, con lo que se empezó a voltear toda esa población. En ese momento el Eln estaba en alianza con las Farc, pero pasó algo que creo que determinó la guerra en el sur de Bolívar: el secuestro del avión de Avianca.
El secuestro del avión de Avianca y la guerra del sur de Bolívar
VA: ¿Qué impacto tuvo el secuestro del avión de Avianca en la guerra en el Sur de Bolívar?
JB: El secuestro del avión en abril de 1999 nadie se lo esperaba. El Eln aterriza y baja la gente por unos brazos del rio Magdalena. Cuando nos damos cuenta, digo: “se nos va a venir un operativo militar tremendo, señores aquí no podemos hacer nada”. Primero, la cantidad de guerrilla que había era impresionante y segundo “por buscar a Juan encuentran a Pedro” y nos bombardean. Entonces les dije : se me visten de civil y se reparten por los pueblos. Esa operación duró como tres o cuatro meses y se llamó la ‘operación Anaconda’ (abril-junio de 1999), al mando de la V Brigada del Ejército.
La gente del Sur de Bolívar decía : “pero qué bueno que se roben un avión así sea mensual a ver si vemos el Ejército, a ver si vemos las fuerzas institucionales”; era la única forma en la que la veían. En el tiempo que estuve en el Sur de Bolívar, de 1998 al 2001, sólo vi dos operaciones grandes del Ejército que fueron: la ‘operación Anaconda’ y ‘operación Bolívar’.
Con ese operativo me retiro un tiempo y me voy para Bucaramanga. Con la ‘operación Anaconda’ murieron muchos guerrilleros. Fue un error estratégico del Eln impresionante.
Cuando sale el Ejército, organizo a mi gente, con más fusiles, más reclutas a quienes entrené en el Bajo Cauca.
Al regresar nos tomamos El Paraíso. Por órdenes de ‘Macaco’, ‘Pata de Loro’ quedó con las finanzas, pero era un espía, que le contaba al comandante ‘Julián’ del Eln todos nuestros movimientos. Ordené darle de baja y ‘Macaco’ mandó a otra persona para las finanzas y la compra de coca.
Cuando estábamos enEl Paraíso había tres frentes, con presencia en Morales, Arenal, Regidor, Altos del Rosario, Pueblito Mejía, o sea un ejército.
Eso coincidió también con la importación más grande de armas de las autodefensas (fusiles búlgaros) a cargo de Humberto Agredo (ver documento). Fueron como 7.000. La ventaja de ese armamento es que era 5.56 y la munición la conseguíamos baratísimas. Después llegaron las PKM y fusiles AK 47.
Los intentos de despeje del sur de Bolívar y el avance paramilitar en el año 2000
VA: ¿Qué pasa en las autodefensas cuando se enteran de un posible despeje de la zona para negociar con el Eln?
JB: Me llama Carlos Castaño y me dice: “Julián hay algo gravísimo, prácticamente está acordado el despeje del Sur de Bolívar para el ELN; y eso no se puede jamás, otro Caguán pero en el obligo del país, a una hora de la única refinería del país, donde es fácil paralizar al país, no lo podemos permitir”. Llamé a las comunidades, líderes y en una hora ya los tenía ahí, y les dije: “señores está pasando esto, ¿qué vamos a hacer?, me dicen que hagamos protestas pacificas en los pueblos y saquemos pancartas diciendo que no queremos lo mismo de las Farc”.
Como a los 20 días volví a hablar con Castaño, y me dice que “aquí va tocar irnos por las vías de hecho”, y le respondí: la única que hay es ir a a la troncal del Magdalena Medio y paralizar este país. Esa gente tenía toda la experiencia del mundo, ¿Quién les había enseñado?: el Eln. Y ellos mismos crearon un comité de alimentación, de transporte, de medios de comunicación, y cito a la gente en la ‘Y de Fontes’, y llegaron como 1.500 personas.
Allí agarro un megáfono animándolos y provocando la movilización. Los de San Pablo y Cantagallo taponaron La Lisama; los de Santa Rosa, Simití y algunos de Morales en Aguas Claras, en Aguachica; entre La Lisama y Aguas Claras bloqueamos 100 kilómetros. A esa primera marcha salieron unos 8.000 o 9.000 campesinos, durante 13 días. Hasta que enviaron al ministro de Gobierno, Néstor Humberto Martínez, a negociar.
Organizamos un comité y creamos Asocipaz, a la cabeza de Celso Martínez, Carlos Galvis de Santa Rosa, y un señor Rafael y Eliseo Acevedo, ambos de San Pablo. En fin, todos los líderes y alcaldes apoyaron eso. La Policía y el Ejército felices.
Con Asocipaz conseguimos recursos para pavimentar la carretera de Cerro Burgos a Santa Rosa, y el compromiso del Presidente y de su delegado de que jamás desmilitarizaría el Sur de Bolívar. Pero todo fracasó y a los 2 meses, la gente otra vez a la calle y más motivada porque les habían quedado mal. Fueron 21 días de bloqueo.
Casi quebramos el país. Pero igual llamaban las empresas a los líderes: “vea yo tengo tantos camiones allá, por ejemplo de la Olímpica, con verduras, con gusto se los entrego, cómanse eso, pero no vayan a permitir eso jamás(el despeje)”; avícolas de Santander nos daban huevos, pollos; los carros de Alpina yogures y quesos.
Como a los veinte días de la protesta, llama Carlos Castaño y me dice: “Julián esto hay que levantarlo ya el país está quebrado, esto es antipatriótico”. Y le respondo: “comandante yo no puedo levantar esto, se me salió de las manos, cogió su propia dinámica”. La única manera de resolver fue llamando a tres líderes y les dije: “paren esto, sino lo hacen las autodefensas se van del Sur de Bolívar”. A las 11 de la noche de ese día ya estaban circulando los carros.
El avance del Bloque Central Bolívar
VA: ¿Y la creación del BCB?
JB: En junio de 2000, Castaño me ordena crear un gran grupo de autodefensas en el Magdalena Medio, que reuniera a todos los grupos de la región, con gente de Ramón Izasa, de ‘Botalón’. No se pudo. Pero lo organizamos con las Autodefensas de Santander luego de la muerte de ‘Camilo Morantes’.
En un principio se iba llamar Bloque Central Colombiano, pero fue llamado Bloque Central Bolívar (BCB), con comandantes de Santander, Nariño -que ya estaba mi hermano en Nariño, él llego allá en 1999-, del Bajo Cauca. Consideraba que lo más importante no era lo militar sino la parte política. Había conocido a Iván Roberto Duque ‘Ernesto Báez’, quien estaba en Cristales dando unas charlas con ‘Doble Cero’. Lo llamé y asumió la dirección política del Bloque. Báez Organizó la escuela de estudios superiores Fidel Castaño Gil.
En enero de 2001, vuelve a sonar lo del despeje, entonces Báez se encarga de todo. Organiza elmovimiento “No al despeje” y de ahí sale la idea de que trascendienda a lo político y se postulan a Carlos Clavijo y a Carlos Galvis como segundo renglón (Ver artículo) al Congreso. Se buscaron candidatos a la Cámara en el Sur de Bolívar,y en Santander, pero no fue posible, y al final se apoyó a Rocío Arias a la Cámara en Antioquia. Todo lo manejó Iván Roberto Báez.
Después de algunas diferencias dejo el mando a Macaco y me voy a Santander, porque estaba interesado en Barrancabermeja. Él se quedaba uno o tres meses. Me voy y queda ‘Gustavo’ como comandante, pero también envían a ‘J22’, había un mando compartido de tres frentes: Combatientes de San Lucas, Vencedores del Sur y Libertadores del Rio Magdalena.
En el Bajo Cauca, el responsable de las operaciones militares era ‘J22’; en el sur de Bolívar queda ‘Gustavo Alarcón’; en Santander un muchacho que le decían ‘Felipe Candado’ y en Nariño ‘Pablo Sevillano’, mi hermano.
VA: ¿Y qué pasa en Santander?
JB: Conformé el frente Walter Sánchez en nombre de un peladito que me habían matado en el Sur de Bolívar; también el Frente Fidel Castaño que incursionó en Barrancabermeja; mando unos hombres a la Provincia Comunera con el Frente Comunero Cacique Guanentá; en la Provincia de García Rovira creo el Frente Patriotas de Málaga; y en la Provincia de Vélez el Frente Lanceros de Vélez y Boyacá.
Luego organizamos lo de Puerto Berrio y Yondó. En el año de 2001 el Bloque Central Bolívar asume el mando de esos frentes, el Frente Pablo Guarín en Puerto Berrio y el Frente Conquistadores de Yondó.
Después se crean las autodefensas en Risaralda, en el Eje Cafetero. Cuando empiezan los problemas con ‘Doble Cero’ y el comandante de las autodefensas en Caldas, que eran orgánicas del Bloque Metro, este comandante se distancia de ellos, busca la ayuda de ‘Macaco’ y con la intermediación de Iván Roberto Duque se logra que esas autodefensas pasen a hacer un frente adjunto del Bloque Central Bolívar.
Después, se presentan problemas en el Caquetá, el ‘Profe’ (Vicente Castaño) le propone a Macaco irse para Caquetá (ver artículo). Posteriormente, cuando se inician las negociaciones, ‘Rafa Putumayo’ tiene problemas con Carlos, porque lo iba a matar, y ‘Macaco’ se interpone.
Para la negociación, las autodefensas del Putumayo quedan dentro de la mesa del BCB pero no dentro del Bloque. Pasa lo mismo con ‘Pablo Arauca’ (‘los mellizos Mejía’)y también se admite dentro de la negociación del Bloque. Por eso la Fiscalía y mucha gente tiene la impresión de que esos dos bloques hacen parte del Bloque Central Bolívar. Hasta el año 2002 nada tenían que ver con nosotros, después para las negociaciones hacían parte de la mesa.
VA: ¿Y por qué el BCB en Vichada?
JB: Eso es otra historia. Llega un momento en que le digo a ‘Macaco’ que me voy a desmovilizar si el proceso avanza. Y el me propone irnos al Vichada en donde estaba comprando tierras y tenía un proyecto de repoblación del país. Un proyecto productivo para que los desmovilizados. El decía que en esas tierras se podía hacer un macro-proyecto, con la ayuda del gobierno y por eso se fue para el Vichada. Esa es la historia.
Narcotráfico y Fuerza Pública
VA: ¿Es cierto que el Bloque Central Bolívar nació de la compra de una franquicia por parte del narcotráfico?
JB: No supe que ‘Macaco’ haya pagado un peso por comprar hombres. Lo vi vendiendo propiedades para comprar armamento, porque es un tipo de autodefensas, así la gente piense que es uno de los narcos más narcos de este país, como lo pintaron. Jamás escuché que se pagara una franquicia del Bloque Central Bolívar, de pagar porque se iba para el Caquetá, eso jamás, jamás.
VA: ¿Se dice también que el Bloque Central Bolívar fue el grupo que le acepta la apuesta a Vicente Castaño de llevar las autodefensas al sur del país, por ejemplo al Caquetá?
JB: No. Con el Caquetá nunca estuve de acuerdo. Fue un proyecto que manejó ‘Macaco’, porque la familia de su señora era del Putumayo y conocía por allá. Pero a mí me pareció una locura porque una cosa es pelearse con el Eln en el Sur de Bolívar y otra combatir all ‘Mono Jojoy‘ y al ‘Negro Acacio’, contra un bloque como el Oriental con18 Columnas Móviles y 22 frentes.
Fue una locura y con unas Fuerzas Militares corruptas, porque así como eran nuestras aliadas, así eran en el sur con la guerrilla. Creo que obedeció al temperamento de ‘Macaco’, que era un hombre entregado y cuando se proponía algo lo hacía. Fue circunstancial, no fue programado, de hecho allá se perdieron armamentos y vidas. Hubo combates donde murieron más de 100 hombres, en la historia de las autodefensas jamás sucedió eso.
VA: ¿Y en Nariño?
JB: Lo de Nariño fue distinto. Mi hermano no conocía nada de esto. Cuando llegó al Bajo Cauca me visita, conoce a ‘Macaco’ y se hace amigo de él. Y un día decide quedarse en las autodefensas.
Mi hermano conoce a un tipo que traía armamento de Panamá y se va con él. Luego conoce a Vicente y le propone que se vaya con una gente de ‘Adolfo Paz’ (‘Don Berna’) para Nariño. Cuando eso arranca ni siquiera era del Bloque Central Bolívar.
VA: ¿Cuál fue la relación entre el Bloque Central Bolívar y el narcotráfico? Mucha gente afirma que la expansión fue paralela al avance de los cultivos ilícitos.
JB: Al principio tuvimos unas diferencias con Carlos (Castaño) sobre cómo se conformaban los frentes. ¿Pero dígame en que zona del país no había cultivos ilícitos cuando estuvimos en el conflicto y hasta hoy? Cuando ‘Macaco’ llegó al Bajo Cauca no había cultivos ilícitos.
‘Macaco’ no propuso cultivar coca en el Sur de Bolívar, a él le dieron la orden. Yo no conocía una mata de coca cuando llegué al Sur de Bolívar. Yo me voy para Santander, había cultivos ilícitos en Puerto Pinzón pero esa zona estaba era de ‘Botalón’.
No puedo negar que mientras estuve en el Sur de Bolívar me financié con coca; lo que no podía hacer era ir donde un campesino a quitarle 100 apesos de sus plantaciones. Le quitaba la plata al comprador de coca para financiar mi guerra; los que tenían los laboratorios me pagaban para poner el semillero.
Y es que un grupo irregular ¿de qué se financia?, con la economía predominante de la región, yo no puedo pedirle a los campesinos del Sur de Bolívar que me den sus cultivos de papa, allá lo que hay son cultivos de coca o minas. Cuando fui a Santander me financié de la gasolina, si necesitaba comprar tres fusiles, le decía a los muchachos péguense del tubo porque sabía que ahí había plata.
Una guerra se pierde o se gana así: o me quedo con la ética y la moral pero perdiendo la guerra, o la gano empleando varios medios; no me puedo zafar cuando estoy en una guerra y más teniendo un enemigo que no tenía ética, ni moral, no escatimaba en nada. Y una guerra se gana con plata, el Eln fue muy moralista, ¿pero que quedó del ELN?
Todo ejército, como el nuestro, como el de la guerrilla tiende a degradarse; ese fue uno de los motivos por el cual dije hay que parar esto, nos convertimos en una máquina de matar, en una maquina generadora de empleo que entregaba licencias para matar. Esos no fueron los principios por los cuales empuñamos un arma… si no hubiéramos parado, no puedo imaginar cómo estaríamos ahora.
VA: Militarmente ¿Hubiera sido posible acabar con las autodefensas?
JB: No, y usted sabe cómo están ahora las Fuerzas Militares; poco motivados para enfrentar la guerrilla… la culpa no es sólo de los militares, no había voluntad política para atacar la guerrilla. Los militares son un instrumento más, como lo éramos nosotros…los mayores responsables son la clase dirigente y política.
VA: ¿Cómo se explica la relación entre paramilitares y fuerza pública?
JB: Eso es de la lógica misma de la guerra, eso es la naturaleza de la supervivencia. Yo estoy en una región rodeado de guerrilla y llega un ejército irregular a quitarme eso de encima y a darme un poquitico de respiro, yo no voy a atacar al que me está haciendo ese trabajo, me facilita las cosas.
Llegamos y la policía no salía, les mandaban la razón “no salgan de esta cuadra porque sino los matamos”. Llegamos, liberamos eso y la policía ya no hacía sino beber relajados porque el trabajo estaba en nuestras manos; No sólo enfretábamos el enemigo histórico sino que tocaba hacer de policía, de alcalde, solucionar problemas de matrimonio, infidelidad, de linderos, sucesiones, hacíamos de todo. En los pueblos no creían en las instituciones, era más efectivo el comandante ‘paraco’ que el inspector de Policía o que el Juez.
¿El país no sabía lo que estaba pasando en materia de orden público? ¿No sabía lo que pasaba por ejemplo con Barrancabermeja? ¿Nadie sabía nada? ¡Que hipocresía tan impresionante!
Es que yo no nací asesino, a mi me hicieron asesino, hay gente que le va gustando la cosa y se vuelve el más asesino de este país. Porque esa fue la vida que escogimos, pero es quién le va gustar una vida de esas. La vida del paraco es muy berraca, la vida del guerrillero es muy berraca, la vida del soldado esa sí que es dura y vea lo que les está tocando hoy: por nada los están metiendo a la cárcel.
Entonces, consideré que con la desmovilización se iba a gestar el comienzo del fin de la guerra… pero que miedo esa nueva generación de paramilitares sin ninguna ideología, sin ningún principio, sin ninguna causa, mucho más violenta, más criminal, más belicosa, traqueteando y matándose por un kilo de coca.
Desmovilización y rearme
VA: ¿Cuál es la explicación para el surgimiento de esa nueva generación de paramilitares?
JB: La culpa no es sólo del gobierno, el país entero dejó tirado este proceso… no estoy diciendo que nos saquen de la cárcel, pero que construyamos escenarios de reconciliación, que cojamos esos muchachos y trabajemos con ellos, hagamos más por este proceso.
VA: ¿Por qué cree que están matando desmovilizados?
JB: Porque muchos de ellos ingresan a esos grupos y los que se niegan a ingresar, los matan. No hubo asistencia del Gobierno, el programa de reintegración no ha funcionado, aunque tiene cosas buenas, gente estudiando, pero el programa tiene que llegar a todas esas regiones.
Paramilitares, políticos y empresarios
VA: En el caso de vínculos con empresarios y políticos, ¿Se sienten ustedes engañados? ¿Faltó mayor responsabilidad de aquellos que tuvieron vínculos con ustedes?
JB: No están engañando a todo el país. El daño lo podemos sufrir nosotros primero, pero el daño real se lo están haciendo a todo el país. Hay gente que la guerra no le afecta, muchos empresarios se benefician del conflicto.
Hay políticos que consiguen más votos con un país en guerra que con uno en paz, no tienen partido, ni color, ni patria, están con el de turno. No sólo los paramilitares y las guerrillas se benefician de un país donde no hay estado: hay caciques políticos que quieren grupos armados, van por esos votos y si les toca hacerles la venia, la hacen, si les toca hablar con un paramilitar o con un guerrillero por 100 o 200 votos, lo hacen.
VA: Los políticos que mencionó ¿fueron parte del movimiento de autodefensas, fueron parte de ustedes?
JB: No son de ningún movimiento son del de turno; creo tener la absoluta seguridad de que ninguno era ni guerrillero ni paramilitar…esos señores que están en la Picota, en el Congresito ¡Qué paramilitares van a ser! Esos buscadores de votos, buscan su propio bien con el que sea, sólo les interesa el voto, pero de sentido social no saben nada.
Ley de Justicia y Paz
VA: Frente al proceso de Justicia y Paz ¿Qué tanta verdad cree que necesita el país?
JB: Yo creo que este país no aguanta toda la verdad, mire lo que está pasando: después de que Mancuso hablara sobre Juan Manuel Santos y Francisco Santos ¿Qué pasó?
Hace poco habló ‘Adolfo Paz’, Diego Fernando Murillo Bejarano, desde Estados Unidos sobre la operación Orión y citó al General Gallego ¿Qué pasó?
Sé que tengo que decir parte de la verdad pero también sé estratégicamente, como un hombre de guerra, qué no puedo decir, eso es personal.
Y seamos realistas, Raúl Hasbún lleva años pidiendo protección para su familia por la verdad que tiene que decir sobre los empresarios bananeros, ya le amenazaron a la mujer, no le han dado nada.
VA: ¿Eso explicaría la extradición de ‘Macaco’ el año pasado?
JB: Claro. Si algunos están delinquiendo y tienen pruebas que las saquen. Es falso que los 13 o 14 que se llevaron estaban delinquiendo, era gente comprometida. Uno de ellos, Mancuso.
VA: ¿Qué tan buena o mala ha sido la Ley 975 para obtener verdad y justicia?
JB: La Ley puede tener cosas buenas, pero inaplicables. Es imposible que cumplamos con todo lo que nos exigen, imposible. Ahora con la última jurisprudencia de la Corte se obliga a contextualizar los hechos, frente a las circunstancias, tiempo, modo y lugar; mejor dicho tengo que decir hasta que comió la víctima el día anterior.
Llevo dos años haciendo de policía judicial y no he salido de una oficina donde estoy toda la mañana para atender abogados que salen a investigar. Hay cosas que imposibles de saber y más si el comandante de la zona era autónomo.
VA: ¿Cuánto tiempo lleva en versiones?
JB: Llevo dos años y no voy ni en el 20 por ciento. Tengo más de 2.000 procesos. Diseñé un formato donde les pido a mis muchachos el hecho y la víctima, casi todos son N.N. Me dicen “no, las órdenes me las dio el comandante tal”, y al comandante lo mataron hace rato o no se presentó a audiencia. Entonces ¿uno cómo va hacer?
VA: ¿Qué cree que va a pasar con este proceso de Justicia y Paz?
JB: Hay que ayudarle a la justicia en lo que más se pueda; el 90 por ciento de los hechos que estamos aceptando estaban archivados en la absoluta impunidad… creo que esto es bueno; hay mucha gente esperando saber qué pasó, dónde y por qué; saber que pasó con ellos aminora un poquitico ese dolor, eso es bueno.
Los pocos comprometidos con este proceso no debemos desfallecer, debemos seguir, sacar esto adelante. Para mí, el hecho de que estamos descongestionando la justicia, que estamos llevando respuestas a muchas víctimas es gratificante a pesar de los ataques, las humillaciones en esas diligencias de versión libre. Ver al familiar de una víctima tranquilo porque ya sabe que pasó con su ser querido; si estaba en alguna fosa, se le entregó el cadáver… eso es bueno, eso es lo mejor de todo.
VA: ¿Se arrepiente de algo?
JB: No me arrepiento de haber entrado a las autodefensas, me arrepiento de no haber regulado muchas acciones y de haber dejado que esa organización actuara sin límites; es que lo que me llevó a las autodefensas fue bueno y justo, pero me dejé llevar por esa espiral de violencia, tanto que perdí el control.
VA: ¿Se sorprende del tamaño que adquirió esa espiral de violencia y era consciente de su magnitud en esa época?
JB: Se involucró a mucha gente que no tenía mucho conocimiento y nada tenía que ver con la guerra; se cometieron muchas injusticias y eso es muy doloroso. Murió mucha gente por cosas que no habíamos visto, es muy distinto que se muera el enemigo a que se muera un inocente.
VA: ¿Qué quisiera hacer después que arregle las cosas con Justicia y Paz y cumpla su pena?
JB: Si algún día recobro mi libertad, quisiera educar mis nietos ya que no pude educar a mishijos y también reparar el dolor que les causé a mis hijos, porque sufrieron mucho.
VA: ¿Le tiene miedo a una posible orden de extradición?
JB: Ya le perdí miedo a eso, le tengo miedo a no saber que va a pasar con mi familia cuando me extraditen.
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