Dos semanas antes de que las Auc le anunciaran al país un cese al fuego y empezaran a negociar con el gobierno su desmovilización, el entonces Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, se reunió en secreto con los jefes paramilitares Carlos Castaño, Salvatore Mancuso y Ramón Isaza, con la mediación de Julio César Vidal, obispo de Montería, y Germán García, de la Diócesis de Apartadó. En esta reunión, las Auc pidieron ser reconocidas como actor armado del conflicto político y social. Y aunque el gobierno no les dio el estatus político, aceptó que eran Estado de facto en varias regiones y les permitió mantenerlo como una garantía frente al posible regreso de la guerrilla. Las negociaciones prosiguieron con los acuerdos de Santa Fe de Ralito y después con la desmovilización de los paramilitares.
– Ásí se fraguó el acuerdo de paz con los paras