‘Paras’ del Centauros confesaron crímenes de guerra

      
Exparamilitares confesaron el asesinato de políticos, campesinos y líderes, torturas, reclutamiento de menores y robo de ganado, así como la colaboración de políticos y pobladores en El Castillo, Meta, en estos crímenes.

En breve: En versión libre conjunta los paramilitares Daniel Rendón Herrera alias ‘Don Mario’; Manuel de Jesús Pirabán alias ‘Pirata’, Mauricio de Jesús Roldán Pérez alias ‘Julián’, Heymer Antonio Pulgarín Cárdenas ‘Enrique’ y Javier Domingo Romero ‘Rufo’ confesaron varios crímenes cometidos por el Bloque Centauros en Meta.

Paramilitares Mencionados: ‘Cachama’.

Lugares Mencionados: El Castillo, Meta.

Varios jefes del Bloque Centauros confesaron delitos de lesa humanidad en El Castillo, Meta. Foto archivo Semana.

Durante la versión libre conjunta, Daniel Rendón Herrera alias ‘Don Mario’; Manuel de Jesús Pirabán alias ‘Pirata’; Mauricio de Jesús Roldan Pérez alias ‘Julián’; Heymer Antonio Pulgarín Cárdenas ‘Enrique’ y Javier Domingo Romero ‘Rufo’, del Bloque Centauros de las Auc, confesaron que cometieron varios asesinatos en El Castillo, Meta, y partir de estas confesiones se hicieron evidentes otros delitos, algunos crímenes de guerra, como reclutamiento de menores y torturas.

‘Julián’, jefe del frente Ariari, aseguró que cometieron estos asesinatos por señalamientos de guerrilleros desertores que se habían pasado a sus filas. Uno de sus informantes era conocido con el alias de ‘Cachama’, quien además era un menor de edad y de quien dijo no recordaba su nombre.

‘Cachama’ era miliciano del frente 26 de las Farc, y, según los paramilitares, le perdonaron la vida, por su juventud, luego de ser capturado en combate.

Este menor se convirtió en su “informante”, luego de que tuvieran una reunión con su madre, en la que él mismo les pidió que lo dejaran quedarse en las filas de los paramilitares. Según ‘Julián’, la madre del menor al saber que ya no se encontraba en las filas de la guerrilla, pidió a la Defensoría del Pueblo  organizar una reunión con los jefes paramilitares, en agosto del 2003, en la que les pidió que liberaran a su hijo.

Pero, luego de hablar con ella, y con los funcionarios de la Defensoría, ‘Cachama’ le pidió a ‘Julián’ que lo dejara quedarse en las autodefensas, y pasarle la plata de su “sueldo” a su mamá. De esta forma, ‘Cachama’ se unió a los paramilitares como informante del Bloque Centauros.

Otro caso similiar fue el de Yamid Hernández, que ingresó a los paramilitares en febrero de 2004 siendo menor. Según alias ‘Enrique’, otro jefe de las urbanas de ‘don Mario’, el joven prestó servicio militar y luego de terminar se contactócon ellos y les pidió “trabajo”. Tres meses después de ser reclutado, se entregó al Ejército.

En este caso el menor denunció a ‘Enrique’ por reclutamiento forzado. Luego de la declaración de la familia, no quedó claro si Yamid era menor al momento de ser reclutado.

Además del reclutamiento, los paramilitares aseguraron que Yamid Hernández fue cómplice del asesinato de su padrastro, Yeir Said Moncada, a quien el joven señaló como colaborador de las Farc.

Asesinatos de líderes
Durante la versión se mencionaron los asesinatos del presidente del Concejo de El Castillo-Meta, José Alirio Bernal; y la líder comunitaria María Lucero Henao, asesinada junto a su hijo menor, Yamid Daniel Henao. Debido a que estos tres asesinatos fueron tratados en versiones libres anteriores, los paramilitares no aportaron nueva información sobre estos asesinatos, cometidos durante el 2004. (Ver “Ex ‘paras’ confesaron crímenes en El Castillo, Meta”).

La Procuraduría preguntó las razones de los paramilitares para asesinar a un menor, como lo era Yamid Daniel, cuando las ‘políticas’ del bloque rechazaban estas prácticas. ‘Julián’ respondió que existía una excepción a la regla con los menores que fueran milicianos. La familia de las víctimas han rechazado los señalamientos del exparamilitar y han asegurado que sus seres queridos eran inocentes y no tenían vínculos con grupos armados ilegales.

Torturas
Durante la versión se trataron dos casos en los que se evidenció la práctica de la tortura por parte de los integrantes del Bloque Centauros. El asesinato de José Yeimer Páez, y el intento de asesinato de Rubén Montes Opina.

A José Yeimer Páez se lo llevaron por orden de ‘Julián’, a una finca cuyo nombre no fue mencionado durante la versión. Los exparamilitares describieron que está ubicada en el camino que de El Castillo conduce hacia Puerto Esperanza. Bajo la sospecha de ser colaborador de las Farc, Páez fue retenido durante nueve días, en los cuales fue encerrado en un cuarto e interrogado sobre otros posibles colaboradores y milicianos del Frente 26. Los exparamilitares aseguraron no haberlo sometido a tortura. Luego de su retención, lo asesinaron.

A Rubén Montes Opina, técnico de electrodomésticos de El Castillo-Meta, los paramilitares lo acusaron de querer matar a alias ‘Enrique’. Por este hecho fue ordenada su muerte. El técnico se escapó de los paramilitares mientras esperaban un carro para llevarlo fuera de El Castillo.

Según Rubén, ‘Rufo’ se lo llevó a su casa con la excusa de que le arreglara un televisor, pero en el lugar lo amarró, lo golpeó y lo amenazó mostrando fotografías de personas descuartizadas. Al momento de su escape, Rubén fue nuevamente golpeado de no ser porque la Policía llegó al lugar y los paramilitares huyeron. (Ver “El sobreviviente”).

Desapariciones y sevicia
Respecto a los casos de desaparición forzada, los paramilitares dijeron estar en disposición de ayudar a encontrar los cuerpos, y aseguraron no tener la intención de desparecerlos. 

Este es el caso de Héctor Naranjo, asesinado el 26 de febrero de 2004, cuyo cuerpo fue arrojado a un río. Según los rumores de la población, un cuerpo que coincidió con las características físicas de Naranjo fue enterrado como N.N. por la Policía varios días después del asesinato. ‘Julián’ solicitó a la Fiscalía adelantar una diligencia para buscar el cuerpo desaparecido.

La Fiscalía dijo que la manipulación de los cuerpos por parte de los paramilitares respondió a la intención criminal de desaparición forzada.

La sevicia se hizo evidente durante las declaraciones de los exparamilitares sobre cómo cometieron los asesinatos. Alias ‘Rufo’, por ejemplo, mató a la mayoría de sus víctimas con arma blanca, y admitió haberlo hecho con un machete.

Colaboradores y señalamientos
Además de usar la información dada por guerrilleros desertores para identificar a presuntos colaboradores o milicianos de las Farc, los paramilitares del frente Ariari se apoyaron en declaraciones de miembros de la población que fueran simpatizantes de las Auc. Durante la versión nombraron como supuestos simpatizantes al ex alcalde de la Dorada Euser Rendón (2001-2003), al secretario de Gobierno de El Castillo Juan Caros Ávila, y al conductor del bus del pueblo El Castillo, de quien no recordaron el nombre.

Robo de Ganado
‘Don Mario’ reconoció que el Bloque Centauros, en el tiempo que él fue jefe financiero, robó aproximadamente unas 42.000 cabezas de ganado. Aún así, no aceptó junto con ‘Pirata’ y ‘Julián’ varios de los robos que denunciaron las víctimas.

En este punto los paramilitares dijeron poder aceptar los cargos por robo de ganado durante la imputacion de cargos, solo si la Fiscalía comprobaba la información dada por las víctimas sobre el ganado robado. Pedieron una investigación sobre la veracidad de las acusaciones, y un tiempo suficiente para que ellos mismos pudieran averiguar y acordarse de los robos.

En el caso de los reclamos hechos por los familiares de Héctor Naranjo, realizados durante versiones libres anteriores, alias ‘Julián’ y ‘Enrique’ dijeron a la familia no ser responsables del robo, debido a que desconocían que fuera propietario del mismo. Según los paramilitares, por lo que averiguaron, en el momento del asesinato de Héctor Naranjo, el ganado era custodiado por un campesino de nombre Ever González. Asegurron que la versión dada por González a la hija de Naranjo, en la que acusa a los paramilitares de llevarse el ganado no es cierta, y creen que González se quedó con dichas reses.

Estos crímenes tendrán que ser investigados por la unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía.