Este corregimiento expulsó a los grupos armados, creó su propio plan de desarrollo y un programa para sustituir los cultivos de forma parcial. Están a la espera de que el gobierno nacional les dé el visto bueno.
‘La unión hace la fuerza’. Este es el adagio popular que se viene aplicando al pie de la letra en el corregimiento Pacelli, en Tibú, desde el 4 de abril de 2012. Ese miércoles, hacia las 9:50 de la mañana, se comenzó a fraguar lo que hoy promete ser una salida a la problemática de la siembra de cultivos ilícitos y la implementación de un modelo de desarrollo sostenible para los 3.600 habitantes, que han sufrido en carne propia la violencia entre guerrilla, paramilitares y Fuerza Pública, durante las últimas tres décadas.
Como en la mayoría del Catatumbo, en este corregimiento, el Eln y el Epl han querido gobernar ese negocio de la siembra de coca, pero en este caso los mismos labriegos lo han impedido. Sin dejarse amedrentar e imponiendo un riguroso orden, los líderes de esa localidad son los que gobiernan por un beneficio común, sin necesidad de tener policías o soldados. “Las armas no las necesitamos paratener orden y tranquilidad”, aseguró un habitante de la zona.
Basta sólo recorrer 164 kilómetros desde Cúcuta hasta esta localidad anclada en medio de las montañas de la cordillera Oriental, en todo el corazón del Catatumbo, para encontrarse con esa realidad que asusta a algunos pero a otros les ha dado fuerza para unirse. Así sucedió el 3 de abril de 2012, cuando el presidente Juan Manuel Santos visitó el corregimiento a raíz del desbordamiento de la quebrada Las Indias, que se llevó consigo varias casas y el único puente que los comunicaba con el resto de Catatumbo. Santos prometió llevar ayudas a los damnificados, pero en cambio los habitantes de Pacelli le tenían una propuesta.
Junto con monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, Obispo de Tibú, los líderes de la comunidad comenzaron a pensar lo que le pedirían al Presidente; unos hablaban de carreteras, otros que del servicio de luz, sin llegar a un acuerdo. “Hasta que se me ocurrió decirles, pidamos un proyecto de sustitución de cultivos ilícitos. Ahí si todos estuvieron de acuerdo en que hiciéramos eso, porque le meteríamos un plan integral donde estaría todo. Se trataría algo así como un proyecto de desarrollo”, contó Alfredo Rodríguez, presidente de la Asociación Pacelli Nuestra.
Antes de ese día, ningún campesino de ese pueblo, ubicado en el triángulo que une a Tibú, El Tarra y Sardinata, había pensado en cambiar la siembra de hoja de coca, que les da ganancias cada dos meses, por cultivos lícitos, que se demoran mínimo siete meses para comenzar a darles sus frutos.
“Acá nadie le apostaba a la sustitución de cultivos ilícitos y más cuando ya el gobierno nos falló en una primera oportunidad, cuando llegó con los programas guardabosques y el pancoger. Nadie le creía al gobierno. Cada vez que por acá venía algún funcionario lo sacábamos a correr, pues siempre llegaba con mentiras. Esperamos que ahora sea diferente y cumplan con lo que se han comprometido”, aseguró un labriego de la zona, quien pidió no ser identificado.
Alfredo Rodríguez fue el vocero. Inquieto por lo que debía decirle al Presidente y cómo lo haría, este líder se fue a casa a ingeniárselas cómo hacer. Ese día, cuando tuvo al frente al mandatario nacional, él le soltó la bomba que nadie del gobierno se esperaba, le propuso que los apoyara para la creación de ese Plan de Desarrollo Integral Sostenible.
“Señor Presidente, sería de su interés que la comunidad campesina pacellense estudie y construya un modelo propio de acción, sobre el territorio, como plan piloto para nuestra región del Catatumbo y tal vez del país. Nuestro modelo piloto intentaría ser un instrumento de desarrollo integral, que genere la riqueza y condiciones de vida dignas, además de un desarrollo sostenible para nuestros campesinos y comunidades de nuestra región. Señor Presidente los Pacellenses no deseamos ser una carga para el país ni para el departamento, queremos ser una solución. Deseamos que nos permita y nos dé la oportunidad de aportarle a la paz de nuestra amada patria”, fueros las cortas palabras que Rodríguez le leyó a Juan Manuel Santos.
Una vez terminó de hablar el líder campesino, el mandatario de los colombianos tomó el micrófono y respondió: “muchas gracias donAlfredo, usted acaba de ofrecer algo que para mí es como música celestial, porque lo que queremos los pacellenses y el Presidente de la República es lo mismo, queremos la paz… Hágame la propuesta y yo se la aceptó”.
Una vez terminó la visita presidencial, los habitantes de ese sector del Catatumbo iniciaron la construcción de esa propuesta para elaborar el Plan de Desarrollo Integral Sostenible de Pacelli. Hoy ese plan está plasmado en un enorme libro donde hay mapas, gráficas y el texto de esa idea piloto para la sustitución de cultivo. Alfredo Rodríguez y la concejala Jackeline Gómez Torres aseguraron que para sacar adelante ese proyecto tuvieron que invertir dinero varias entidades, entre ellas están, la Alcaldía de Tibú, 90 millones de pesos; Gobernación, 30 millones de pesos; Pastoral Social de la Diócesis de Tibú, $15 millones, e igual suma la puso Ecopetrol por su fundación Fundescat y por último un fundación internacional puso los $10 millones que hacían falta.
“Ya contando con ese dinero y viendo que las cosas iban marchando como dijo el Presidente, lo que hicimos fue analizarcómo íbamos a elaborar ese plan. Entonces, ahí se le dijo a monseñor Omar Sánchez que buscara al experto para que lo hicieran. Él contrató a Víctor Chaparro, de la universidad Javeriana, para que se encargara de todo. Ya con ese señor se inició todo, tuvimos seis meses de capacitaciones, reuniones y caracterización de toda la comunidad del corregimiento”, contó Rodríguez.
Todos coincidieron en que la sustitución será gradual o parcial, combinando los cultivos ilícitos con lícitos, para que el golpe no sea tan fuerte para los campesinos. “Hay que recordar que el gobierno de nosotros se llama coca, porque con eso es que pagamos todo y damos hasta el diezmo de la iglesia”, manifestó Rodríguez.
Después de dos años de análisis e investigaciones, se dio clausura a la primera parte del programa, pues a partir de ahí tenían que comenzar a construir el escrito que querían entregarle al Presidente. En 2014 tuvieron listo ese borrador y de inmediato comenzaron a pasarlo en limpio, pero en ese año que se tomaron para transcribir todo los resultados que les arrojo el extenso estudio, se dieron cuenta de que algunas cosas no eran como las habían visto en 2012. Por ejemplo, los cultivos habían aumentado en más del cien por ciento, pasando a tener cerca de 500 hectáreas cultivadas.
Los cambios se hicieron y en julio de 2016 ese enorme libro quedó listo para ser entregado al gobierno para su estudio y aprobación. “Ya la propuesta está lista para entregársela a Juan Manuela Santos, ahora esperamos que él nos dé la cita para llevárselo personalmente”, indicó la concejala Jackeline Gómez Torres, quien también ha dedicado gran parte de su tiempo a este proyecto. Los habitantes sólo esperan que sus líderes estén sentados con el mandatario nacional lo más pronto posible para analizar este plan de desarrollo piloto, por eso hoy están insistiéndole al funcionario de Presidencia que siempre ha hablado con ellos que les dé rápidamente la cita.
Pero, ¿qué es lo que Pacelli está pidiendo? Lo planteado en el Plan de Desarrollo Integral Sostenible es algo muy sencillo y que todos los habitantes del Catatumbo persiguen, infraestructura vial, sostenibilidad en la producción de cultivoslícitos, efectividad de la comercialización de sus productos, cooperativas para agremiarse los campesinos, préstamos y subsidios.
Para los líderes de los pacellenses es claro que esto va a suceder y una vez se inicien las obras, la sustitución de la hoja de coca se comenzaría hacer gradual. “Si el Presidente se compromete y comienza a aplicar el plan de desarrollo, nosotros iniciaríamos con un 25 por ciento de la sustitución de los cultivos y a medida que todo avance se va aumentando la transformación de esas hectáreas de coca”, señaló Alfredo Rodríguez.
Se impuso el orden
Pero esta propuesta no sólo los unió para buscar una solución a la problemática de los cultivos ilícitos, también para que entre todos le pusieron en orden el pueblo. Se crearonunas reglas que todos conocen y nadie las puede violar, pues quien lo haga es sancionado monetariamente y hasta puede llegar a ser expulsado del pueblo. El 95 por ciento de los 3.600 habitantes de este alejado corregimiento aceptaron las nuevas reglas.
Lo habitantes de Pacelli acordaron prohibir en el pueblo la entrada a miembros del Eln y del Epl (conocidos también como ‘Pelusos’), a pesar de estar rodeados por dichos grupos. Habitantes como Pedro Elías Tapias, que ha vivido toda su vida en el corregimiento, ve con muy buenos ojos la medida, pues recuerda la incertidumbre y la zozobra que vivían hasta cuatro años cuando las guerrillas y paramilitares recorrían las calles e imponían sus reglas. Tapias recuerda que años atrás eran frecuentes los homicidios selectivos y los desplazamientos.
Hace tres meses, gran parte de la población se le enfrentó a un grupo de integrantes del Epl paseaba tranquilamente por las calles portando armas de diferentes calibres, sin importarles que se desatara un enfrentamiento con un pelotón del Ejército que está cerca de ahí. “Todos cerramos las puertas de las casas y los negocios y salimos a la calle con unas banderas blancas. Marchamos hasta donde estaban ellos y les exigimos que se salieran de acá, que entendieran que ellos no eran bien recibidos por acá, pues nosotros no necesitamos ni del Ejército ni de la Policía para controlar a la guerrilla. Como ellos (‘Pelusos’) no entendían, lo que hicimos fue retener a seis de esos muchachos, mientras que los otros corrían hacia afuera del pueblo. Luego los dejamos ir pero nos quedamos con los fusiles de ellos, aunque comenzaron a llorar y a rogarnos que se los entregáramos, entonces le dijimos que el comandante de ellos viniera y así fue, les hicimos entender que acá no son bien recibidos y así ha pasado con otros grupos armados ilegales”, contó un líder comunal, quien pidió reserva su nombre por seguridad.
A esto se le suma controles al exceso de velocidad, al horario de apertura y cierre de los negocios de esparcimiento, al volumen de los equipos de sonido y a la cantidad de personas que se suben a una moto (no pueden ser más de dos). Ahora sólo hay dos personas del corregimiento autorizadas para ir a vender la hoja de coca que sale de las cerca de 500 hectáreas sembradas en el corregimiento. Además, se han creado restricciones para la llegada de forasteros, por ejemplo, un venezolano sólo puede vivir allí si no ha sido invitado por un habitante de la zona y está rotundamente prohibido la apertura de prostíbulos, en este sitio es el único donde no existe ni uno y quiénes lo han intentado han sido sancionados.
Recogiendo experiencias
Tal ha sido el impacto de este trabajo de Pacelli que casi todos los fines de semana líderes de otras poblaciones del Catatumbo y representantes de organizaciones internacionales y hasta embajadores de varios países van a este corregimiento de Tibú a conocer más sobre su propuesta.
Jesús Uribe Palacios, presidente de la Junta de Acción Comunal del corregimiento Las Mercedes, de Sardinata, participó en un encuentro en esa localidad y escuchó como ha sido esas experiencias. “Este es un gran plan de desarrollo, por eso creemos que nosotros en Las Mercedes podemos implementarlo también. Nosotros desde el2005 venimos trabajando en algo parecido, pero no hemos podido tener nada concreto”, señaló.
Baudilio Lizarazo Contreras, presidente de la Asociación de Juntas del corregimiento Las Mercedes, también visitó a Pacelli para conocer ese trabajo que han desarrollado durante cuatro años. El líder campesino señaló que en su población vienen trabajando algo similar con apoyo de la Diócesis, la OEA y Naciones Unidas, pero aún no han logrado conseguir lo que ya tienen los pacellenses. “Ahí vamos trabajando poco a poco con la Pastoral Social y lo que queremos es mejorar la calidad de vida, pero no hemos avanzado mucho por falta de compromiso del gobierno, esperamos que para el año entrante se avance más y que el gobierno se fije más en el campesino del Catatumbo”, sostuvo el representante de los labriegos.
Tal es la fortaleza que hoy tiene Pacelli en el Catatumbo que la oficina de Prosperidad Social se le adelantó a ese encuentro entre líderes y el Presidente de la República y decidió llegar a proponerles que también fueran pilotos de la sustitución de cultivos ilícitos, eso sí, sin afectar lo que tienen planteado en su plan de desarrollo. Por eso, a 20 metros de cada lado de la ribera de la quebrada Las Indias están arrancado esas matas de coca para reforestar y así evitar que se vuelva a presentar una tragedia como la de hace más de cuatro años.
Mientras que este proyecto avanza, los habitantes de Pacelli esperan que el Presidente Santos le cumpla con lo prometido en 2012, porque a mediados de diciembre tuvieron un encuentro con representantes del gobierno y nos les dieron muchas esperanzas de poder ejecutar todo lo que ellos plasmaron en ese plan piloto. Por ahora los representantes de la comunidad están desanimados, pero aún guardan la esperanza de que todo se dé como lo aseguró el mandatario nacional.
(*) Este artículo hace parte del proyecto Open Society con VerdadAbierta.com