El Bajo Cauca vive una compleja paradoja: si bien las comunidades lograron certificarse como territorios limpios de coca, el esfuerzo al parecer fue vano, pues la aspersión aérea afectó varios proyectos productivos de sustitución de cultivos ilícitos.
Aldo Lale-Demoz, representante en Colombia de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) |
Las quejas por los daños de cultivos lícitos ocasionados recientemente por las aspersiones aéreas en municipios como Cáceres, Tarazá y Valdivia ya son de conocimiento de la Oficina en Colombia de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) y están en el proceso de verificación para determinar qué acciones correctivas se deben tomar para evitar que se repitan.
Si bien Aldo Lale-Demoz, representante en Colombia de Unodc, admite la existencia de las denuncias, advierte que es una información preliminar que requiere certeza científica: “Tenemos conocimiento de quejas sobre algunos daños y vamos a verificarla antes de hacer un pronunciamiento público”.
Pese a la falta de verificación, Lale-Demoz agrega que si hay cultivos lícitos afectados por la aspersión aérea, sobre todo en veredas certificadas por la agencia a su cargo, no serían tan extensos. “Además, quiero dejar en claro que si hay daños no son originados por gusto o por una mala intención”, precisa.
El representante de la Unodc también responde a las críticas que se le vienen haciendo a las coordenadas que utilizan los pilotos de la Policía Antinarcóticos para asperjar, pues en algunas localidades consideran que están equivocadas o desactualizadas. El tema le compete a esta agencia por cuanto son sus verificadores en tierra los que contribuyen con información detallada de la ubicación de cultivos de hoja de coca en las veredas, la cual luego se complementa con mapas aéreos y cartas catastrales.
Al respecto, Lale-Demoz, se comprometió a revisar la situación y dice que “si hay responsables no dudaremos en dar la cara y hablar del tema públicamente”.
La certificación de las veredas del Bajo Cauca por parte de la Unodc comenzó en el segundo semestre del 2008. Se trata de una política multilateral de “cero ilícitos”. El procedimiento es simple: las veredas hacen una solicitud de revisión de su territorio ante la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, la que a su vez traslada la petición a la Unodc, que se encarga de constatar que la vereda efectivamente no tiene cultivos ilícitos ni centros de procesamiento de base de coca o cristalizaderos de cocaína. Una vez se otorga la certificación, se visita cada cuatro meses para constatar que no haya nada de ilícitos. De esta manera acceden a recursos de sustitución, tanto de carácter nacional como internacional.
Gregorio Mejía Restrepo, responsable del Centro de Coordinación de Acción Integral (CCAI) para el Bajo Cauca y el Sur de Bolívar, y encargado de coordinar las labores de verificación, admite que su oficina tiene 27 quejas, todas ellas interpuestas por campesinos de zonas rurales del municipio de Valdivia. “Hasta ahora no hemos recogido quejas de otras localidades”, sostiene el funcionario.
De acuerdo con José Herrera y Milton Ramírez, representantes de la Asociación de Campesinos del Bajo Cauca (Asocbac), la aspersión aérea en Valdivia afectó proyectos de cacao que financian Naciones Unidas y la Gobernación de Antioquia, entre ellos varios predios ubicados en veredas libres de cultivos ilícitos de las veredas El Pescado y La Paulina.
El Gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos Botero, también reconoce que hay quejas sobre los daños causados por la aspersión aérea en cultivos de pancoger, pero a su juicio no son muchas: “hay algunos daños que van a ser verificados por una comisión de Naciones Unidas, del Gobierno Nacional y Departamental, y de la Policía para ver a quién hay que indemnizar, pero no son muchos”.
El Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, aclara que el tema de los daños a cultivos de pancoger le compete a las autoridades departamentales y a los ministerios de Defensa y Justicia. “Eso sí, nosotros trabajamos con mucho empeño en el acompañamiento a todas aquellas áreas que pasen del cultivo ilícito al lícito”. En la región del Bajo Cauca, esta cartera está vinculada con proyectos de caucho y cacao.
Sobre el tema, Germán Vargas Lleras, Ministro del Interior y Justicia, afirma que lo que se puede hacer es evaluar la posibilidad de implementar programas de erradicación manual “Pero son los unos o los otros”. En Colombia, según él, “no hay terrenos vedados para quienes combaten los cultivos ilícitos”.
Lo que esperan ahora los campesinos de aquellas poblaciones donde se han asperjado por vía aérea en los últimos meses es que haya una verificación efectiva y una reparación oportuna. De ello depende su inclusión en la legalidad o su marginamiento y regreso a la ilegalidad.