Según funcionarios de la Alcaldía de Medellín, han sido las adecuaciones de última hora y los incumplimientos por parte del contratista, y no la falta de voluntad política, los que han generado retrasos en una obra destinada para honrar la memoria de las víctimas de la violencia en la ciudad.
“El Museo Casa de la Memoria será el espacio de reflexión donde permanentemente el ciudadano va a reconocer la dimensión de lo que ha sido el conflicto urbano en Medellín. Nosotros no vamos a hacer semejante inversión, que le va a costar al Municipio cerca de 27 mil millones de pesos, para convertirla en una ludoteca o un colegio de calidad”.
Con esta afirmación, el subsecretario de Derechos Humanos de Medellín, Yomer Benítez Álvarez, busca ponerle freno a la ola de comentarios e inquietudes que vienen circulando en diversos sectores de la capital antioqueña, principalmente entre organizaciones sociales y el movimiento de víctimas, sobre la destinación final que se le dará al Museo Casa de la Memoria, iniciativa impulsada por la administración del exalcalde Alonso Salazar Jaramillo como espacio de construcción de memoria histórica sobre el conflicto urbano en la ciudad, y que ya debería tener sus puertas abiertas al público.
El retraso que a la fecha presentan las obras, sumado a otros factores como la no convocatoria en lo que va del año al Comité Asesor, integrado por voceros de las víctimas del conflicto, representantes de organizaciones no gubernamentales y funcionarios de la Alcaldía de Medellín y cuya función era debatir, proponer, estudiar y definir los contenidos del Museo, despertaron gran preocupación entre sectores sociales al punto de preguntarse si para la actual Administración era prioridad el Museo o no.
“Si bien es cierto que en una reunión el alcalde Aníbal Gaviria nos manifestó su intención de apoyar el Museo, es bueno que la Alcaldía se vuelva a pronunciar, porque esa reunión fue comenzando este año y ya se va a terminar, y todo lo que tiene que ver con el Museo está muy callado. Eso nos preocupa mucho”, le dijo a Verdadabierta.com Silvia Quintero, una de las integrantes del Comité Asesor en representación de las víctimas del conflicto de la ciudad.
Sin embargo, para Benítez Álvarez la demora en la entrega de la edificación y la falta de espacio de diálogo con el Comité Asesor obedecen a los traumatismos propios del cambio de administración y mucho más la de Aníbal Gaviria, que prácticamente se restructuró en todas sus dependencias, y no a un problema de voluntad política en el tema de las víctimas.
“El tema del Comité Asesor es que, como sabrá, estamos en la fusión de dos dependencias que son el Programa de Atención a Víctimas y la Gerencia del Desplazamiento, y hemos estado muy metidos con eso. A principios de año fue todo lo de Plan de Desarrollo”, precisó el funcionario.
A esas explicaciones se sumó el hecho de que la Subsecretaría a su cargo es nueva, y ponerla a marchar también les demandó tiempo. “Lo que nos exige la Ley de Víctimas a los entes territoriales también nos ha ocupado bastante, a pesar de que ya teníamos mucho de eso adelantado. Entonces, no ha sido falta de voluntad o desinterés. De hecho, lo que hemos hecho ha sido con base en las propuestas del Comité Asesor”, señaló Benítez Álvarez.
Detalle de los retrasos
Las obras físicas, que iniciaron en agosto de 2011 y demandaron una inversión inicial de 17 mil millones de pesos, fueron programadas para terminarse en su totalidad en mayo de 2012 y se esperaba que el Museo entrara en funcionamiento iniciando el segundo semestre de este año.
El optimismo era tal que la entonces directora del Programa de Atención a Víctimas del Conflicto de la Alcaldía de Medellín, Lucía Mercedes Ossa, realizó un evento inaugural el 16 de diciembre de 2011: una obra teatral que buscaba exaltar la memoria de las víctimas que han dejado todas las violencias en Medellín que tuvo como sede una edificación aún en un 35% de su ejecución.
Pero los trabajos no avanzaron al ritmo que se esperaba; el contratista incumplió sus fechas de entrega; y como si fuera poco, la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), responsable de la construcción del Museo, debió exigirle al contratista que repitiera parte de lo construido porque lo había hecho mal.
Mientras se resolvía el pleito jurídico, la obra estuvo parada de mes y medio (septiembre-octubre) y si bien las partes lograron subsanar el impase, lo obra demandó realizar adecuaciones que no fueron contempladas en el diseño inicial y sin las cuales la Casa de la Memoria no podría catalogarse como Museo.
“Faltó concertar más el diseño y construcción del edificio con el asunto conceptual. Eso hay que hilarlo desde el principio. Para la EDU, y para nosotros, el tema de construcción de museos es algo nuevo, porque no es lo mismo supervisar los diseños de una obra tipo parque lineal, parque biblioteca, a tener que aplicar, además, el concepto de museografía. Entonces, tuvimos que contratar, aparte, el equipo de arquitectos de museografía”, explicó Benítez Álvarez.
Lo anterior, según este funcionario, implicó no solo nuevos tiempos de entrega sino que también demandó una nueva inyección de recursos. A los 17 mil millones iniciales hubo que sumarle 500 millones de pesos para las adecuaciones de obra física y cerca de 1.600 millones de pesos para completar los elementos de dotación del museo y que, de acuerdo con conceptos de la EDU, más del 70% de ellos deben ser importados.
“¿En qué estamos hoy? El Municipio va a poner estos 2.100 millones de pesos adicionales. Con esto, la EDU se compromete a entregarnos la obra completa, con las adecuaciones físicas pero eso sí, sin la dotación, el 1 de diciembre. En este momento la EDU abrió la licitación para comprar todas estas adecuaciones”, añadió el Subsecretario.
Precisamente en el edificio donde quedará el Museo Casa de la Memoria, la Alcaldía de Medellín realizará un evento simbólico el próximo 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
Aunque será la segunda inauguración de esta obra, solo hasta marzo o abril de 2013 la ciudad podrá apreciar en toda su dimensión el Museo, que a juicio de Benítez Álvarez, se va convertir en el referente en investigaciones conceptuales e históricas de lo que ha sido el conflicto urbano en Medellín.
“Ya tenemos contemplada la segunda etapa del Museo, que nos vale tres mil millones en adecuaciones y cuatro mil millones en obra. Pero el Museo ya viene trabajando. Hay 20 funcionarios, pagados por la Alcaldía, trabajando en la Casa de la Memoria, sensibilizando a la ciudad sobre el tema”, indicó.
No obstante, hay temas que aún no están claramente definidos, entre ellos el presupuesto que tendrá el Museo para los próximos años; el tipo de figura administrativa que adoptará el proyecto una vez entre en funcionamiento; y más importante aún, quién será la persona que direccionará estainiciativa pensada y diseñada en memoria de las víctimas que la violencia ha dejado en Medellín. Por ahora solo les resta esperar las determinaciones que, en este sentido, adopte el alcalde de la ciudad, Aníbal Gaviria Correa.