En versiones colectivas, ex paramilitares del Bloque Central Bolívar involucraron a un capitán retirado del Ejército quien presuntamente les pasaba información para asesinar a personas que delataban a las Auc con el DAS y el Ejército en el puerto petrolero.
En breve: En cinco audienciascolectivas ante una Fiscal de Justicia y Paz en Medellín, alias ‘Julian Bolívar’ y nueve de sus hombres confesaron cerca de 30 homicidios perpetrados en Barrancabermeja en el año 2003. En estas versiones, se evidenció la relación que mantuvieron los comandantes del Frente Fidel Castaño del Bloque Central Bolívar con agentes del DAS y del Ejército.
Paramilitares mencionados: Juan Carlos Zocotá, alias ‘El Capi’; José Ricardo Rodríguez, alias ‘Peinilla’, y Yan Alberto Manjarres, alias ‘Cachama blanca’. Instituciones mencionadas: Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), Batallón de infantería de defensa aérea N° 2, Nueva Granada. |
‘Julián Bolívar’, uno de los jefes paramilitares que desde finales del 2000, consolidaron su poder en Barrancabermeja, imponiendo severos controles sociales a la población. |
Una red de informantes integrada en el puerto petrolero de Barrancabermeja, Santander, por agentes del DAS y militares del Batallón de Infantería de Defensa Aérea N° 2, Nueva Granada, le colaboraron al frente Fidel Castaño de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) con la entrega de información que les permitió identificar a presuntos guerrilleros, sus auxiliares y familiares, así como a todo aquel que denunció a los paramilitares ante las autoridades.
Así lo establecieron varios versionados ex integrantes de frente del Bloque Central Bolívar (BCB), quienes declararon en Medellín ante la Fiscalía 41 Delegada de la Unidad de Justicia y Paz durante cinco audiencias colectivas realizadas entre el 15 al 19 de febrero, las cuales fueron transmitidas de manera simultánea a través de circuito cerrado de televisión a Barrancabermeja.
El grupo de ex paramilitares que compareció ante Justicia y Paz estuvo encabezado por el ex jefe militar del BCB, Rodrigo Pérez Alzate, alias ‘Julián Bolívar’, y lo acompañaron sus lugartenientes Pablo Emilio Quintero Donino, alias ‘Bedoya’; Luis Jesús García Ortega, alias ‘Chucho Mono’; Luis Alberto Vargas Pinto, alias ‘Nare’; Bolmar Said Sepúlveda Ríos, alias ‘Oscar’; Leocadio Bohórquez Jaramillo, alias ‘Leo’; Jadith Payares Cantillo, alias ‘El costeño’; José Orlando Estrada Rendón, alias ‘Copito Jhonson’; Gustavo Morales León, alias ‘El Chivo’; John Alexander Caro González, alias ‘Pedro’; y Jairo Antonio Hernández Uribe, alías ‘El Águila’.
Este grupo de paramilitares actuó durante varios años en zonas urbanas y rurales de Barrancabermeja, y en las sesiones de versión libre se refirieron a hechos cometidos durante el 2003 en las siete comunas que conforman el área urbana de este puerto sobre el río Magdalena. Hasta el momento han hecho referencia a por lo menos 30 casos en los cuales han aceptado su responsabilidad tanto por línea de mando como por su autoría material.
De acuerdo con los versionados, la red de informantes conformada por agentes de los cuerpos de seguridad de Estado fue coordinada por un ex capitán del Ejército llamado Juan Carlos Zocotá, alias ‘El Capi’, quien no se desmovilizó con el BCB y sobre el cual se desconoce su ubicación actual. Este paramilitar fue designado como responsable de la zona urbana de Barrancabermeja y de hacer los contactos con la Fuerza Pública.
Durante la audiencia se reveló que alias Bedoya, comandante del Frente Fidel Castaño, había ordenado que toda aquella persona que intentara hacerle daño a la “organización”, en referencia a las Auc, “había que darles de baja”. En ello, los ex paramilitares le reconocieron las habilidades a alias ‘El Capi’, quien constantemente les reportaba información a sus superiores sobre presuntos guerrilleros o sus auxiliadores que vivían en Barrancabermeja, sin que se supiera de qué modo obtenía esos nombres.
Esa alianza fue evidenciada durante la narración de los homicidios de Dioselina Sánchez Restrepo, ocurrido el 20 de enero de 2003, y de Rosalía Campos Ardila, perpetrado el 21 de julio de ese mismo año.
Sobre el asesinato de Dioselina Sánchez Restrepo, los ex paramilitares explicaron que esta señora presuntamente se valía de su trabajo como vendedora de apuestas para ingresar, sin levantar sospechas, a los lugares que frecuentaban los miembros de las Auc en Barrancabermeja para, posteriormente, darle esa información a agentes del DAS.
Las denuncias de esta ciudadana generaron un incremento de la presencia de los hombres del DAS en algunas comunas de la ciudad, sobre todo a comienzos de enero de 2003, y constantemente capturaban integrantes del Frente Fidel Castaño, pero como no tenían antecedentes ni les encontraban armas eran dejados en libertad en pocas horas.
Paralelamente, agentes del DAS le informaron a los paramilitares que sus labores se sustentaban en la información que les venía entregando Dioselina Sánchez Restrepo, y les recomendaron que tenían que asesinar a la mujer lo más pronto posible, para evitar complicaciones.
Los mandos urbanos del Frente Fidel Castaño tomaron entonces la decisión de matar a la señora y le ordenaron a dos hombres de esa organización retenerla, trasladarla a otro sector de la ciudad y asesinarla. El procedimiento fue adelantado por José Ricardo Rodríguez, alias ‘Peinilla’, y Yan Alberto Manjarres, alias ‘Cachama blanca’, hoy desmovilizados del Bloque Sur del BCB y postulados a Justicia y Paz, quienes le propinaron siete impactos de bala.De acuerdo con la versión entregada por los ex paramilitares, con esa muerte los agentes del DAS redujeron las acciones contra ellos.
En cuanto a Rosalía Campos Ardila, se dijo que trabajó por varios meses para el Frente Fidel Castaño, inicialmente en oficios domésticos en una base paramilitar ubicada en una zona conocida como Los Yarumos y luego en un puesto de guardia en la meseta de San Rafael.
Sus constantes solicitudes de permiso para salir a Barrancabermeja, alegando problemas de salud, generaron sospechas en alias ‘Bedoya, quien ordenó a sus hombres que adelantaran labores de inteligencia para saber qué iba a hacer al puerto petrolero. Los seguimientos permitieron establecer que la mujer se reportaba al Batallón de Infantería de Defensa Aérea N° 2, Nueva Granada.
Los contactos de alias ‘El Capi’ en esa guarnición militar le hicieron saber que Rosalía Campos Ardila entregaba información sobre los puestos de vigilancia que tenían los paramilitares en las zonas rurales y del puesto de mando donde permanecía alias ‘Bedoya’, el comandante del Frente Fidel Castaño.
A su regreso de una sus visitas a esa ciudad, la noche del 21 de julio de 2003, la mujer fue retenida en uno de los puestos de vigilancia de las Auc, ubicado en la finca Las Delicias, y trasladada a la finca del Fondo Ganadero, donde fue asesinada de un tiro en la cabeza por Luis Alberto Vargas Pinto,alias ‘Nare’, integrante de la unidad de contraguerrilla de este frente paramilitar, y enterrada en una fosa en el mismo sitio del homicidio.
Las relaciones reveladas por los ex integrantes del Frente Fidel Castaño no eran nuevas. De acuerdo con reportes de organizaciones no gubernamentales defensoras de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional, varias masacres perpetradas en el puerto petrolero a finales de los años noventa fueron apoyadas por tropas del Ejército. Entre esas incursiones resalta la perpetrada el 16 de mayo de 1998, cuando un comando paramilitar retuvo y desapareció a 25 personas y asesinó a otras siete en barrios del suroriente de la ciudad. (Ver Masacre por error)
Según lo documentó VerdadAbierta.com y cuyo reportaje fue retomado por Amnistía Internacional, las Fuerzas Militares apostadas en una base cercana al lugar de la incursión armada ilegal no hicieron nada para impedir la acción paramilitar y, por el contrario, levantaron los retenes en varios puntos de la localidad para facilitar el ingreso y la salida del comando de las Auc.
Esa fue una de las primeras acciones directas de un comando paramilitar de las Auc en el puerto petrolero que terminaría con su consolidación en diciembre de 2000, año en el cual comenzarían a enfrentar reductos de las guerrillas en los barrios de la ciudad, afectando además las organizaciones sociales, culturales y sindicales consideradas de izquierda e imponiendo un estricto control de la vida cotidiana de la población.
La versión colectiva continuará esta semana en Medellín y se espera que en ella los ex paramilitares del BCB continúen aclarando los crímenes perpetrados en Barrancabermeja durante el año 2003 y precisen aún más los vínculos que tuvieron con agentes de la Fuerza Pública con el fin de determinar su responsabilidad en esos hechos.