El ex jefe de Autodefensas del Casanare (ACC), Héctor Germán Buitrago Parada, aceptó cargos por la masacre que cometieron los paramilitares en julio de 1997 en ese municipio de Meta.
‘Martín Llanos’ fue capturado siete años después de abandonar el proceso de desmovilización de los grupos paramilitares. Imagen: Semana.com. – Las víctimas de la masacre de Mapiripán son menos: Justicia y Paz – “En Mapiripán, sí hubo masacre”: familiar de desaparecido – CIDH dice que proceso de Mapiripán se basó en información de Fiscalía y Gobierno – Lo que encontró la Fiscalía sobre las falsas víctimas de Mapiripán – Víctimas falsas de Mapiripán no deslegitima justicia internacional – EEUU: En Mapiripán hubo encubrimiento – La primera cita de ‘Martín Llanos’ con la justicia colombiana |
‘Martín Llanos’, quien era considerado el último gran jefe paramilitar por fuera del radar de las autoridades, reconoció ante la Fiscalía de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, su responsabilidad dentro de esta masacre que cometió una alianza de grupos de autodefensas del Urabá antioqueño y de los Llanos Orientales.
Durante muchos años ‘Martín Llanos’ estuvo prófugo, luego de que se negara a desmovilizarse dentro del proceso de Justicia y Paz que firmó el Gobierno Uribe con la mayoría de los grupos paramilitares del país en 2005. Su fuga duró hasta el pasado mes de febrero, cuando fue capturado en Venezuela y deportado a Colombia para que responda por los crímenes que él y sus hombres cometieron.
Dentro de los procesos que le sigue la justicia colombiana se encuentra la masacre de Mapiripán, una matanza que cometió un numeroso grupo de paramilitares entre el 15 y el 20 de julio de 1997 en el departamento de Meta. Esa masacre fue el inicio de la llegada de los hombres de los hermanos Castaño a los Llanos, que terminaría con la creación y desmovilización del Bloque Centauros.
Por esos hechos, cuyo saldo de víctimas mortales no ha sido establecido aún -la justicia transicional estableció que hubo personas que se colaron como víctimas-, el exjefe paramilitar de Casanare aceptó su responsabilidad por los delitos de homicidio agravado, secuestro agravado y terrorismo. ‘Martín Llanos’, quien se encuentra preso en la cárcel La Picota de Bogotá, será condenado próximamente por un juez de Villavicencio, Meta.
Una masacre rodeada de decisiones y dudas
Antes de que el proceso de Justicia y Paz arrojara resultados sobre cómo fue y cuál fue el saldo final de la masacre de Mapiripán, se consideró que el total de personas asesinadas y desparecidas -varios cuerpos fueron arrojados al río Guaviare- por los paramilitares era aproximadamente de 49.
Sin embargo, en una audiencia de imputación de cargos ante un magistrado de Justicia y Paz a finales de octubre del año pasado, la Fiscalía demostró que varias personas se hicieron pasar como víctimas y denunciaron falsamente que perdieron familiares en esa incursión paramilitar.
En esa audiencia, la Fiscalía le imputó cargos a los exparamilitares por diez asesinatos e indicó que investigaba 16 muertes o desapariciones más que pudieron ocurrir durante la masacre. Este hallazgo causó gran revuelo, porque en marzo de 2005 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) condenó al Estado colombiano por la muerte de varias personas, que resultaron vivas o que murieron en circunstancias diferentes a la toma paramilitar de 1997.
Ante las dudas, la entonces fiscal General de la Nación, Viviane Morales, explicó durante una rueda de prensa que luego de escuchar a víctimas, victimarios y de cruzar información, la Unidad de Justicia y Paz tiene “perfectamente establecidos y documentados seis homicidios, cuatro desapariciones forzadas y tres secuestros”.
La exjefe de la Fiscalía fue enfática en negar que con los hallazgos de la Unidad de Justicia y Paz se pretendiera descalificar la gravedad de los hechos que cometieron las Auc en ese municipio de Meta. “Aquí noestamos diciendo que no existió (la masacre de) Mapiripán, aquí no estamos diciendo que no se cometieron hechos gravísimos. Esta es una masacre que nos avergüenza como colombianos y que avergüenza al Estado. Aquí lo que pasa es que el número de las víctimas de las cuales se hablaban no corresponde a la realidad”, aclaró.
Además de la condena de la justicia internacional, por esta masacre la justicia nacional también tomó cartas en el asunto y condenó a varios integrantes de las Auc y a cinco miembros del Ejército por su responsabilidad en este crimen, en el que los paramilitares se tomaron como si nada al poblado y no fueron combatidos ni perseguidos en ningún momento.
Entre ellos, el militar de mayor rango es el general (r) Jaime Humberto Uscátegui Ramírez, quien fue sentenciado a 40 años de prisión. Lea el artículo ‘La justicia en Mapiripán‘, para conocer quiénes más han sido condenados y procesados por estos crímenes.
Por otro lado, en Justicia y Paz, varios exjefes paramilitares han salpicado a personas que supuestamente les ayudaron a trasladar parte de las tropas de los hermanos Castaño de Antioquia a los Llanos Orientales.
En una versión libre en diciembre del año pasado, el extraditado Salvatore Mancuso declaró que entre finales de 1996 y principios de 1997, participó en una reunión con varios jefes paramilitares y el esmeraldero Víctor Carranza para planear la entrada de las Auc a esta región del país. En su relato dijo que contaron con el apoyo de dos altos mandos del Ejército en el Urabá, entre ellos, el general (r) Rito Alejo del Río.