Los paramilitares que delinquieron en el Urabá se financiaron con aportes de los bananeros, ganaderos y comerciantes, algunos entregados de forma voluntaria y otros, mediante extorsión.
Los paramilitares del Bloque Bananero extorsionaron hasta las panaderías del Urabá antioqueño. / Foto archivo Semana |
La Unidad de Justicia y Paz no sabe a ciencia cierta cuánto dinero recaudó ilegalmente los paramilitares el Urabá. Sin embargo, sabe que se valieron de varias formas de financiación para mantener a sus tropas y cometer delitos a lo largo del territorio.
Así lo aseguró un fiscal durante una audiencia de control de legalidad contra el extraditado alias ‘H.H.’, jefe paramilitar del Bloque Bananero, que cobró impuestos ilegales a bananeros, comerciantes, ganaderos y narcotraficantes entre 1998 y 2004, hasta cuando los 447 paramilitares a su cargo se desmovilizaron en Turbo, en el Urabá antioqueño.
“Alias ‘H.H.’ confesó en una versión libre que no llevaban contabilidad. Que confirmaban cuentas y luego las quemaban. Él y Raúl Emilio Hasbún alias ‘Pedro Bonito’ han contado en versiones libres cómo financiaron sus grupos”, dijo la Fiscal ante un magistrado de Justicia y Paz.
La historia de las extorsiones y los impuestos ilegales en el Urabá antioqueño por parte de los paramilitares se remonta a 1998. Antes de ese año, el Bloque Bananero se financió con los recursos directos que enviaba Vicente Castaño, jefe de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu), por medio de las oficinas de cobro que tenía en Medellín.
La Fiscalía documentó que esas oficinas estuvieron ubicadas en El Poblado, Belén y Envigado, y que los encargados de manejar la plata eran alias ‘Merchán’ y ‘Lucas’. “Esos dineros se manejaron primero informalmente porque no podían hacer transacciones en bancos. Luego, utilizaron las Convivir (organizaciones de seguridad privada) para canalizar ese dinero”, dijo la Fiscalía a partir de las versiones libres de los paramilitares.
En 1998, cuando el Bloque Bananero ya delinquía en el Urabá con el Frente Turbo a cargo de alias ‘H.H.’ y el Frente Arlex Hurtado a cargo de alias ‘Pedro Bonito’, el grupo paramilitar empezó a autofinanciarse cobrando impuestos ilegales. “Alias ‘Pedro Bonito’ ya tenía contactos porque era miembro de la Asociación de Bananeros de Colombia, y tuvo acceso a los listados de productores de banano asociados”, explicó la Fiscalía.
Banano y cocaína
La comercialización del banano, el contrabando y el narcotráfico estuvieron relacionados. En versiones libres, los exjefes paramilitares contaron que todos los barcos que llegaban a los puertos y que transportaban mercancía de contrabando tenían que pagar 600 mil pesos por carga.
En los barcos bananeros los paramilitares buscaron otra forma de financiación, utilizando la técnica de “preñar al barco”. Eso significaba camuflar kilos de cocaína en las panzas de los barcos para transportar la droga hacia el centro y norte de América. En una versión libre, alias ‘H.H.’ confesó que pagaban entre $7 y $8 millones de pesos a la Armada Nacional para que apagara los radares y así en este tipo de operativos las lanchas no fueran detectadas.
“Cuando el barco ya estaba cargado en altamar, en la noche los paramilitares enviaban lanchas rápidas con buzos experimentados. Ellos se sumergían y pegaban la droga en la parte inferior del barco. La operación se repetía cuando el barco llegaba a su destino”, contó la Fiscalía.
Alias ‘H.H.’ contó que las lanchas rápidas se escondían en un sitio conocido como ‘El Hueco’, en el Golfo de Urabá y que cada barco que zarpaba hacia Panamá podía cargar hasta 6.000 kilos de cocaína. La Fiscalía estimó que cada mes, entre 1998 y 2004, de los puertos del Urabá salieron en promedio 4.000 kilos de cocaína, una carga que le significó millones para el Bloque Bananero.
Cuando el pago por la droga no era dinero, los exjefes paramilitares confesaron que el trueque era por armas. Los paramilitares se refirieron a Carlos Mario Jiménez alias ‘Macaco’, jefe paramilitar del Bloque Central Bolívar, que estuvo integrado por ocho subgrupos paramilitares en el país. “En versiones libres, los paramilitares han contado que ‘Macaco’ cambiaba drogas por armas provenientes de Panamá, Nicaragua, Guatemala y Honduras. Una vez echaron tantos fusiles en una lancha, entre 2.000 y 3.000 armas, que ésta se hundió”, dijo la Fiscalía.
Ya en tierra las cosas no era distinta. En algunos casos de forma voluntaria y en otros mediante extorsión, los paramilitares del Bloque Bananero cobraron cuotas mensuales a los dueños de fincas bananeras en el Urabá. En un listado suministrado por alias ‘Pedro Bonito’, que antes de ser paramilitar fue un terrateniente y empresario del banano, aparecen los nombres de los finqueros y de las empresas del banano a las cuales estaban afiliados.
En la tabla, expuesta ante el magistrado de Justicia y Paz, se podía ver que la cuota mínima mensual que cobraban a un finquero era de $1 millón 200 mil pesos y la más alta de $18 millones de pesos al mes. El único que no pagaba era Ramiro Vanoy alias ‘Cuco Vanoy’, el exjefe paramilitar del Bloque Mineros, propietario de La 14, una finca ubicada en la zona de Bajirá.
Impuesto al pan
“En el Urabá ha sido difícil reconstruir las finanzas del Bloque Bananero. Quienes dieron aportes o pagaron extorsiones no se atreven a contar por miedo a terminar involucrados en un proceso penal. Sin embargo, por las versiones de los paramilitares tenemos algunas pistas de cómo le cobraron al comercio”, dijo la Fiscalía.
En listados entregados por los paramilitares, la Fiscalía pudo documentar que el Bloque Bananero cobró impuestos ilegales al comercio incluyendo a las panaderías. En las tablas aparecieron los nombres de negocios de calzados, alimentos, fumigadoras, hoteles, apuestas y prestamistas gota a gota. “A las empresas de bebidas, gaseosas, cerveza y combustibles les dieron un tratamiento especial por su compleja distribución. Por versiones, supimos que a la gaseosa les cobraban $2 millones por mes, y a los de la cerveza $6 millones por mes”, indicó la Fiscalía.
Los exjefes paramilitares calcularon que en Nueva Colonia recaudaban $800 mil pesos al mes, en Currulao entre $1 millón y $1 millón 200 mil pesos, en Apartadó entre $24 y $25 millones, y en Chigorodó entre $10 y $11 millones de pesos.
Los cobros incluyeron también a las fincas ganaderas teniendo en cuenta la cantidad de hectáreas. “En el Urabá, los paramilitares cobraron a los ganaderos entre $5.000 y $10.000 pesos por hectárea. Se estima que por mes recaudaban entre $30 y $40 millones, y al año entre $360 y $480 millones de pesos”, señaló la Fiscalía.
Con las extorsiones, los exjefes paramilitares del Bloque Bananero confesaron que sostuvieron a la tropa, integrada por grupos rurales y urbanos. En 1996 el costo de la tropa rural fue de $1 mil 940 millones y en 2004 éste ascendió a $2 mil 970 millones. Lomismo sucedió con el grupo de los urbanos. En 1996 el Bloque gastó en ese grupo $3.300 millones mientras en 2004 éste aumento a $4.270 millones.
“También cobramos peajes. A todo camión que pasara le cobrábamos de a $50.000 pesos. Al que no quería se le retenía y se le dejaba por allá atrás en lo oscuro y lo poníamos a esperar lo que quisiéramos”, dijo en versión libre Benito Martínez alias ‘El Caimán’, un paramilitar encargado de supervisar los retenes ilegales el Urabá.