La Fiscalía imputó los primeros 13 delitos de género cometidos por los paramilitares bajo el mando de Ramón Isaza. Esta es la primera vez que de este tipo de crímenes se responsabiliza a los jefes ‘paras’.

Las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (Acmm) cometieron todo tipo de delitos contra las mujeres del oriente Antioqueño, el nororiente de Caldas y el norte del Tolima. La Fiscalía logró identificar varios casos de violaciones, acoso y esclavitud sexual, y prostitución forzada.

En audiencia de priorización, fiscales de la Unidad de Justicia y Paz le imputaron 13 casos a los jefes del Acmm Ramón Isaza, alias ‘El Viejo’; Walter Ochoa Guisao, alias ‘El Gurre’; Luis Eduardo Zuluaga, alias ‘Macguiver’; Jhon Fredy Gallo Bedoya, alias ‘El Pajaro’; y Oliverio Isaza Gómez, alias ‘Terror’.

Estos hechos se suman a los 624 casos de violencia sexual que ha documentado la Unidad de Justicia y Paz, y que fueron cometidos en 21 departamentos, la mayoría de los casos en Magdalena, con 189, y Antioquia, con 64. En el 95% de los casos las víctimas son mujeres.

Sin embargo, como reconoce la Fiscalía, estos representan sólo una pequeña porción de los vejámenes cometidos por los paramilitares contra las mujeres en todo el país. Sobre estos, la magistrada Teresa Ruíz del Tribunal de Justicia y Paz de Bogotá dijo que “son irrisorios los casos de violencia de género si se tiene en cuenta la dimensiones del conflicto armado”.

La primera condena que hubo en Justicia y Paz por delitos de género fue en diciembre de 2011 contra miembros del Bloque Vencedores de Arauca. Según dijo la Fiscalía, desde ese entonces se ha trabajado para ampliar y visibilizar más la información sobre este tipo de hechos, pero reconoce que el trabajo no ha sido fácil.

En estos casos del Magdalena Medio, muchas mujeres que fueron abusadas sexualmente decidieron denunciar otros delitos de los que fueron víctimas, como el desplazamiento o el homicidio de un familiar. Después de cinco años de entrevistas con investigadores de la Fiscalía, algunas de ellas se atrevieron a hablar de los delitos de género.

Como en el caso de otros bloques, los ex jefes paramilitares de las Acmm han dicho que estos crímenes no hacían parte de las políticas de las Auc, pues quienes las cometían eran castigados en algunos casos con la pena de muerte. Sin embargo, la Fiscalía aseguró que se trató de una práctica sistemática y de carácter reiterado, y aunque en algunos casos se castigó a los patrulleros, estas represalias nunca tocaron a jefes paramilitares.

En la mayoría de los 13 casos presentando por la Fiscalía, los victimarios directos ya están muertos, no hicieron parte del proceso de desmovilización o no se encuentran postulados a la Ley de Justicia y Paz. Ramón Isaza y otros cuatro ex jefes paramilitares aceptaron estos cargos por línea de mando.

VerdadAbierta.com reconstruyó algunos de los casos documentados.

Secuestrada y esclavizada 
María* vivía en el municipio de Caracolí, Antioquia. Su viacrucis comenzó cuando el paramilitar Roger William Lesmes Henao, alias ‘Edwin’, puso sus ojos en ella. Un día  en la casa de una amiga empezó a hablarle y al mismo tiempo le mostró su pistola diciéndole “que si quería las cosas por las buenas y por las  malas” y abusó sexualmente de ella.

Luego la obligó a irse con él a una finca cercana y, aunque ella lloraba y le rogaba que la dejara ir, la presentó ante los demás paramilitares como “su nueva mujer”. Pasaron ocho días de abusos sexuales y físicos en los que María no pudo comunicarse con su familia. Cuando pudo hablar con su madre, ‘Edwin’ le dijo que no podía abandonar la finca o mataría a su hermano y obligaría a su cuñada a desplazarse.

En una oportunidad, María intentó fallidamente un escape, cuando ‘Edwin’ se dio cuenta la pateó y la llevó a un lago cercano donde la tomó del cabello e intentó ahogarla. También la obligó a desnudarse y pasar varias horas a la orilla del lago para que la picaran los sancudos y las hormigas.

Luego de casi cinco meses en los que María fue secuestrada y esclavizada sexualmente, consiguió que un grupo de paramilitares la ayudaran a escapar a Bogotá.

Menores reclutadas y abusadas 
Luis Fernando Herrera Gil, alias ‘Memo Chiquito’, el jefe militar del Frente Omar Isaza, reclutó decenas de menores de edad para incorporarlas a las filas de las Autodefensas para abusar sexualmente de ellas. Este es el caso de Lina*, quien fue reclutada con tan solo 14 años en febrero de 2004 en el municipio de Marquetalia, Caldas.

Como era costumbre con las menores que ingresaban al grupo, ‘Memo Chiquito’ incluyó a Lina en su escolta personal donde tomaba apuntes de las reuniones y hacía guardia. Durante los dos meses que Lina estuvo en este frente, Herrera abusó sexualmente de ella diariamente, según le contó la víctima a los psicólogos de la Fiscalía.

Un día no fue citada a una reunión a la que asistió ‘Memo Chiquito’ y se escapó del campamento y se entregó ante las autoridades. Este jefe paramilitar fue asesinado por miembros de las Acmm.

Mujeres como táctica de guerra 

En cuatro de los 13 casos imputados, las víctimas eran familiares o personas cercanas a miembros de grupos de la subversión o a ex paramilitares que desertaron. Las mujeres se convirtieron en un objeto de guerra y abusar de ellas suponía como un ataque contra el enemigo.

Así le sucedió a Gloria*, una ama de casa de 35 años, quien fue secuestrada por miembros del Frente Celestino Mantilla y se le acusaba de ser una supuesta ideóloga de las Farc, pues uno de sus hermanos había sido parte del grupo guerrillero. Los ‘paras’ la retuvieron durante 15 días en un campamento, donde la interrogaron y torturaron.

Todas las mañanas cuando Gloria se iba a bañar era custodiada por Samael Samir Rubio, alias ‘Alfonso’, quien la intimidaba colocándole un cuchillo en el cuello mientras la tocaba y en más de una oportunidad intentó violarla. Luego de 15 días y tras comprobarse que no tenía ningún vínculo con las Farc, Gloria fue liberada, pero uno de sus hermanos fue desaparecido.

La historia de Ester* es muy similar. En 2004, cinco paramilitares encapuchados llegaron a su finca en la vereda Buenos Aires en el municipio de Palocabildo, Tolima, preguntando por su hermano, quien perteneció por cuatro meses al grupo paramilitar y desertó, pero éste no se encontraba en la casa.

Wilson Garzón Hernández, alias ‘Pantera’, golpeó a Ester y le dijo que ella pagaría las consecuencias de lo que hizo su hermano. El paramilitar amarró a la mujer a la cama y abusó sexualmente de ella. Luego grito: “Patrón, siga  que ya se la tengo lista”, haciendo referencia a Camilo de Jesús Zuluag, alias ‘Napo’,  quien entró a la habitación y también violó a la mujer.

Luego otros dos paramilitares, José Iván Ospina, alias ‘El Flaco’, y Andrés Cazallas Ruiz, alias ‘El Rolo’, también abusaron de Ester. Esto sucedió en presencia de sus dos hijos menores edad. Los ‘paras’ amenazaron a la mujer y le dieron una hora para desplazarse de la región. Desde la fecha, se encuentra medicada y en tratamiento psicológico.

En las audiencias de versión libre Camilo de Jesús Zuluaga, alias ‘Napo’, negó los hechos. Walter Ochoa Guisao, alias ‘Gurre’, ex jefe paramilitar del Frente Omar Isaza, aceptó los delitos de acceso carnal violento y desplazamiento por línea de mando.