Fiscalía de la Unidad de Justicia y Paz reveló documentos hasta ahora desconocidos almacenados en una memoria USB y escritos por este ex jefe paramilitar. Su escolta personal entregó el dispositivo al Ente acusador.
“De las personas que aún quedan con vida soy la única que conoce las verdaderas razones por las cuales su hermano fue asesinado. Los sé porque fui por más de 10 años el desahogo de mis hermanos Fidel y Carlos, fui el paño de lágrimas de los dos. Varios de los hechos relacionados en este episodio ya se conocen, pero los detalles solo los conozco yo. Es mi deber dárselos a conocer a usted. Quisiera dárselos de manera personal, pero como las circunstancias lo hacen ahora casi imposible, lo haré en un sobre cerrado dirigido a usted”.
Las palabras son del desaparecido jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), Vicente Castaño Gil, alias ‘El Profe”, y hacen parte de una corta misiva dirigida en enero de 2007 al presidente de la desaparecida Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (Cnrr), Eduardo Pizarro Leóngomez, en alusión a su hermano, Carlos Pizarro Leóngomez, ex jefe del grupo guerrillero M-19, asesinado el 26 de abril de 1990 por hombres al servicio de Carlos Castaño Gil.
Dicha comunicación aparece contenida en uno de los 158 documentos almacenados en una memoria USB entregada recientemente por Jesús Ignacio Roldán Pérez, alias ‘Monoleche’, a la Fiscalía 13 de Justicia y Paz y que asegura perteneció al mayor de los hermanos Castaño Gil.
Tras un minucioso análisis pericial, la Fiscalía señaló que todo apunta a que los documentos allí almacenados corresponden en efecto a textos escritos por alias ‘El Profe’ sobre diversos temas del acontecer nacional, directrices dirigidas a los negociadores del Estado Mayor Negociador, relatos históricos sobre el surgimiento del movimiento de Autodefensas, el desarrollo del proceso de paz entre las Auc y el Gobierno Nacional y, en especial, los tropiezos y dificultades del mismo.
También aparecen varias misivas dirigidas en el año 2006 al entonces Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, firmadas por Iván Roberto Duque, alias ‘Ernesto Báez’ así como diferentes correos electrónicos enviados entre ‘Báez’ y Salvatore Mancuso, y entre ambos a una cuenta de correo electrónica que perteneció a Vicente Castaño.
De acuerdo con Roldán Pérez, estando recluido en la cárcel de Máxima y Mediana seguridad de Itagüí fue abordado por el Comisionado de Paz, quien le pidió que contactara a Castaño Gil, por aquel entonces prófugo de la justicia, para entablar con él un diálogo epistolar que apuntara a su sometimiento a la ley. “Así fue como comenzaron estos correos entre Vicente, ‘Ernesto Báez’ y Mancuso”, expresó alias ‘Monoleche.
Deseo de entregarse
Entre los archivos que más llamaron la atención del Ente Investigador figura, precisamente, una carta enviada por Castaño Gil en septiembre de 2006, al parecer, a Restrepo, en la que desde la clandestinidad manifestó su inconformidad por el cambio en las reglas del juego de la negociación.
“Ahora que las Autodefensas cumplimos a cabalidad con todos los compromisos pactados con el Gobierno Nacional, incluidos el desarme, la desmovilización y la desactivación de todas nuestras estructuras militares, me veo en la necesidad de denunciar el incumplimiento del Gobierno Nacional en materias tan decisivas para nuestro futuro como la inseguridad jurídica”, dice en un sus apartes la misiva.
Y continúa la carta: “la mayoría de los compañeros del Estado Mayor Negociador fueron capturados mucho antes de que saliera la Ley de Justicia y Paz. No se respetaron los salvoconductos que impedían la captura. Un mes después de la captura no se han expedido los decretos reglamentarios de las leyes 782 y 975. El acogimiento a la Ley de Justicia y Paz lo hicimos en circunstancias y condiciones muy diferentes a las de hoy”.
Se refiere Castaño Gil a la detención por orden del entonces presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, de los máximos jefes paramilitares ocurrido a mediados de agosto de 2006, quienes fueron recluidos en un centro especial del municipio de La Ceja, en el oriente antioqueño. Varias semanas después fueron distribuidos en varias cárceles del país y en mayo de 2008 extraditados a Estados Unidos.
En su relato recriminatorio, Vicente le recuerda a su destinatario que el entonces ministro del Interior y de Justicia, Sabas Pretelt de la Vega, se comprometió a construir o adecuar cuatro centros de reclusión especiales para los postulados a la Ley de Justicia y Paz y asevera que “con la detención de los principales líderes del proceso de paz se le asestó un golpe mortal al proyecto Villa Esperanza (casa finca ubicada en Copacabana, Antioquia, donde los voceros de las Autodefensas se instalaron por un tiempo), que se había convertido en un excelente escenario de reconciliación”.
En lamisma comunicación, Vicente Castaño dejó clara su voluntad de someterse a los requerimientos de la justicia si le cumplían una serie de exigencias, entre otras, la expedición de los decretos reglamentarios a la Ley 975; garantizarle a los miembros de las Autodefensas la condición de delincuentes políticos; continuar con el proyecto Villa Esperanza; y permitirle a los paramilitares recluidos en cárceles y centros penitenciarios seguir liderando proyectos productivos y programas de erradicación de cultivos ilícitos.
“Para efecto de convenir lo anterior, solicitó una reunión con el Alto Comisionado de Paz, con presencia de la Iglesia católica a través de monseñor Julio Cesar Vidal, el viceministro de Justicia, el director de un medio de comunicación relevante y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (Mapp) de OEA a través del jefe de Misión. De llegar a un acuerdo, éste debe ser suscrito por todas las partes con aval de la iglesia y la OEA. Las condiciones de mi entrega, conducción y sitio de reclusión serían convenidas con el Alto Comisionado”.
La estrategia
Otro de los documentos que llama la atención de los investigadores judiciales por su contenido es un correo electrónico enviado desde la cuenta virtual de Vicente Castaño a Salvatore Mancuso y alias ‘Ernesto Baéz’, también en el año 2006, en el que les pide que, pese a las dificultades y los llamados “incumplimientos del Gobierno Nacional”, las Autodefensas deben continuar con las negociaciones de paz.
Sin embargo, les reclama por no haber planteado una mejor estrategia de negociación y les propone recuperar la vocería del proceso y recordarle al Estado que en Santa Fe de Ralito, Córdoba, se hicieron unos acuerdos que, según Castaño Gil, para ese entonces no se estaban cumpliendo.
“El Congreso nos otorgó unas prebendas que no se pueden dejar perder, y si no se recuperan todas, por lo menos se pueden recuperar algunas, como la sedición, que no fue declarada inconstitucional por la Corte (Constitucional)”, manifestó en su mensaje el máximo jefe paramilitar, en la que añade: “ustedes están miopes con el grupo de garantes. Si conseguimos el grupo de garantes, tendremos quién nos defienda, quién hable por nosotros, ese grupo es casi infinito mientras exista un proceso jurídico en contra nuestra, de alguna forma, lo ligaríamos al proceso”.
En el mismo correo, ‘El Profe’ les pide a Mancuso y a Báez retomar las labores de cabildeo: “Yo sé que ustedes están maniatados pero, ¿dónde están los amigos? Alguien nos tiene que quedar. Digámosle que se pronuncien, que nos cambiaron las reglas de juego. Si no nosquedan amigos, busquemos una agencia de lobby internacional. Cuando se acaba la fe y los amigos queda la plata que hace el oficio de los dos (…) no necesitamos correr, sea como sea, íbamos un año para la cárcel y aún no se ha cumplido”.
Esos “amigos” a los que pudiera refererirse alias ‘El Profe’ podrían ser senadores, representantes a la Cámara, gobernadores, alcaldes y muy probablemente periodistas y columnistas afines a su proyecto. Cabe recordar que para esa época ya era pública la influencia que las Auc tenían en el Congreso. Según declaró a medios de prensa en el año 2005, “tenemos más del 35 por ciento de amigos en el Congreso. Y para las próximas elecciones vamos a aumentar ese porcentaje”.
Y en lo que parece ser un emotivo mensaje dirigido a alias ‘Ernesto Báez’, Vicente le pide que en el inicio de sus diligencias de versión libre “ratifique que usted no fue miembro activo de la parte en armas. En su versión libre sea bien aseverante (sic) que la traición del Gobierno abrió las puertas de una nueva violencia en armas. Qué lástima que yo no sea una víctima suya y me tenga que perder el primer palco. No se vaya dejar poner las esposas como Mancuso. A él le tocó la peor parte, con él se están dando un banquete”.
También llama la atención del Ente Investigador una serie de documentos relacionados con proyectos solidarios y productivos adelantados por Vicente Castaño en diversas regiones del país y sobre los cuales apenas se inició su averiguación. Sobre algunos de ellos se sabe que hacen referencia a Colombia Sin Hambre, organización creada por alias ‘El Profe’ con fines humanitarios.
Otros, por su parte, dan clara cuenta de la construcción de una represa en la Alta Guajira, en asocio con Gervasio Valdeblánquez, un influyente hombre de negocios guajiro señalado por las autoridades de ser uno de los protagonistas de la bonanza marimbera y que hoy tiene cuentas pendientes con la justicia.
Para la Fiscalía, como para el Tribunal de Justicia y Paz de Medellín, lo contenido en la USB constituye material valioso para la construcción de la memoria histórica.