Desde 1992 hasta 2002 el grupo armado atacó alrededor de 45 poblaciones, fijando como objetivo en la mayoría de los casos hurtar la dotación militar de las estaciones de Policía y saquear la Caja Agraria, acciones que dejaron como resultado varios civiles muertos y decenas de viviendas afectadas.
VerdadAbierta.com presenta un mapa interactivo en el que podrá observar cómo la guerrilla a partir de tomas militares a municipios y corregimientos del departamento, durante la expansión del Bloque Oriental, pretendió ejercer control y dominio sobre Bogotá.
Fue después de la Octava Conferencia, realizada entre el 11 y el 18 de abril de 1993, que el Secretariado de las Farc ordenó “crear las condiciones políticas y militares para cercar, bloquear y ejercer dominio sobre Bogotá”. Determinaron que los Frentes 22, 25, 31, 42, 51, 53, 54 y 55 y las columnas móviles ya constituidas como la ‘Ché Guevara’ y la ‘Teófilo Forero’ realizaran retenes en las vías que de la capital conducían a Villavicencio, Medellín, Tunja, Melgar, Chiquinquirá, San Juan de Rioseco, el complejo industrial de Paz del Río y los pozos petroleros de Cusiana, entre otras, según documentó un informe de la Unidad de Contexto de la Fiscalía.
De esta manera los frentes guerrilleros se organizaron para dar golpes solos o en conjunto. De 1992 a 1994 las tomas se realizaron con armas de corto alcance y no contaron con estrategias militares de asalto, pero un año más adelante comenzaron a emplear rockets, ametralladoras y cilindros bomba. Un total de 15 veces fue asaltada la Caja Agraria, y en cinco oportunidades otros bancos.
El frente 22 o ‘Simón Bolívar’ y el 53 fueron de los que más tomas realizaron durante esos años. En las zonas en las que hacía presencia, estos frentes además cometieron asesinatos selectivos, cobraron vacunas y difundieron propaganda del grupo armado.
El 22, comandado por Antonio Marín, alias ‘Hugo’, llegó a tener una fuerte influencia en municipios como La Palma, La Peña, Villeta, Guayabal de Síquima, Guaduas, Caparrapí y Topaipí. Poblaciones en las que perpetró varias tomas y hurtó dinero de la Caja Agraria, como ocurrió en 1999 cuando en complicidad con miembros del banco saquearon más de 70 millones a plena luz de día, como contó en versión libre Gustavo Lasso Céspedes alias ‘El Gato’, un desmovilizado de la guerrilla.
Fue tal el alcance del Bloque Oriental enCundinamarca que en 1994 los frentes 51, 53 y 54 atacaron conjuntamente la estación de Policía del municipio de La Calera y robaron 120 millones de la Caja Agraria. Un año más adelante, el Frente Antonio Nariño atacó con rockets la estación de Policía del Barrio Kennedy en Bogotá , el 30 de mayo de ese año, que dejó tres policías asesinados y decenas de casas dañadas.
El hecho generó que en septiembre de 1996 miembros de la Dijín de la Policía asesinaran a seis personas en Bogotá y el municipio de Mosquera, luego de que un informante contara que ellos habían sido los responsable del ataque a la estación de Policía del barrio Kennedy, en lo que se conoció como la ‘Masacre de Mondoñedo’.
Para el año 2000 el grupo armado tenía más de mil guerrilleros activos en el departamento: el Frente 42 estaba desde San Juan de Río Seco, Girardot y La Mesa hasta Facatativá, Madrid y Mosquera. Los frentes 25, 52 y 55 se encontraban en Sumapaz; 53 y 54 delinquían en el suroriente del departamento; y en el norte se encontraban las columnas móviles Policarpa Salavarrieta, Vladimir Stivel y Manuela Beltrán.
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Ese mismo año, más de 1.000 hombres se unieron y conformaron un ‘bloque móvil’ con el objetivo de tomarse la vía que comunica Bogotá con Villavicencio. Allí, en varios puntos de la carretera detonaron artefactos explosivos, que causaron la muerte de policías civiles, y atacaron los puestos de Policía. Esta toma, que también se extendió hasta el departamento del Meta dejó más de siete civiles muertos, ocho policías y militares asesinados y decenas de heridos.
Fue hasta el año 2003 que el “cerco” a Bogotá se vio truncado por el inicio de la política de Seguridad Democrática del gobierno de Álvaro Uribe. La ‘Operación Libertad uno’, en la que participaron cerca de 15 mil soldados de la Brigada 13, logró acabar con parte de los comandantes de los frentes y columnas móviles. Además de ello se debilitó la estructura militar y financiera de la guerrilla, logrando que los frentes se dispersaran hacia Arauca, Guaviare y el Meta.
A ello se sumó que desde principios del 2.000 se intensificó la guerra con los grupos paramilitares que delinquían en la zona. De tal maneta que el Bloque Cundinamarca de las Auc, comandados por Luis Eduardo Cifuentes, alias ‘EL Águila’, empezó a coptar el espacio que dejaba a la guerrilla tras la arremetida del Ejército, como de igual manera lo hizo el bloque centauros por el sur del departamento y por el occidente el Frente Omar Isaza de las Auto defensas Campesinas del Magdalena Medio. La población de estas zonas terminó re victimizada con la llegada de los ‘paras’ que cometieron varias masacres y asesinatos selectivos en contra de comunidades estigmatizadas por años de presencia guerrillera.