Las mujeres, dinamizadoras del cambio en el Catatumbo

      

En este tercer y último capítulo de la serie documental “Con los pies en la tierra”, una lideresa campesina muestra cómo, a través de diversos saberes, se pueden consolidar las estrategias para hacerle frente a las violencias que se han impuesto en esta región fronteriza del nororiente del país.

Las rutinas de las mujeres en el Catatumbo, una de las zonas más convulsionadas del país en límites con la República Bolivariana de Venezuela, vienen cambiando progresivamente y sus dinámicas de vida le están apostando a construir un mejor futuro.

“Nos levantamos cada día con el compromiso intacto de mantener la labor de producción de los alimentos, de cultivar los saberes ancestrales de la cría de animales y del cultivo de plantas ornamentales, medicinales, condimentos, pancoger, que tejen con delgados hilos la posibilidad de permanecer en la historia, en los territorios”, escriben desde el Comité de Integración Social del Catatumbo (Cisca) y la Asociación Minga, dos organizaciones que adelantan trabajos de incidencia en esta región del país.

Recogiendo las voces de miles de mujeres que habitan los once municipios que integran el Catatumbo, Cisca y Minga resaltan los esfuerzos que ellas vienen haciendo para consolidar sus “esfuerzos por el legado ancestral, por los conocimientos milenarios, por nuestras abuelas, por esta tierra que pisamos y este cielo que nos cubre”.

“A estos desafíos -continúan diciendo las dos organizaciones- queremos sumar algunos más, la conquista de una sociedad de mujeres y hombres que se puedan mirar a los ojos, sin jerarquías, sin ejercicios de poder que se traducen en opresión, en marginalidad, en pobreza, en violencia. Queremos caminar el horizonte de los feminismos, de los conocimientos situados, del valor del alimento puesto en la mesa, que recoge el sudor del trabajo de quien lo cultivó, de quien lo preparó, para convertir ese acto cotidiano en una acción política, ecológica y revolucionaria que debe llevarnos a poner al centro de nuestra existencia la vida digna, la justicia social, climática y de género, el sentido de humanidad”.

Un ejemplo de esa persistente lucha por un mundo mejor lo representa María Ciro, campesina, feminista y defensora de los territorios, quien, junto con otras mujeres y hombres de los distintos municipios de la región, participó, hace 17 años, en la fundación de Cisca.

En este tercer y último capítulo de la serie documental “Con los pies en la tierra”, se relata la historia del Cisca y el papel que han tenido las mujeres en la lucha organizativa en el Catatumbo. A través de las vivencias de María se exponen las principales afectaciones a las que se enfrentan las mujeres en esta región fronteriza y cómo “desde la pedagogía, el encuentro, el intercambio de saberes y el trabajo colectivo, luchan para construir otro mundo posible, de mujeres y hombres que se puedan mirar a los ojos, sin jerarquías, sin ejercicios de poder que se traducen en opresión, en marginalidad, en pobreza, en violencia”.

Con este capítulo se cierra la primera fase de este proyecto, realizado con el esfuerzo mancomunado entre Minga y un grupo de jóvenes del Catatumbo que integran el equipo de comunicación del Cisca, y que tendrá futuros desarrollos. Así lo afirman ambas organizaciones: “Partiendo de la convicción del poder de las voces que salen desde los territorios para contar sus propias historias, el compromiso está puesto para continuar alimentando la serie con futuras entregas que den protagonismo a otras diversidades que habitan en la región, y qué, cómo las mujeres que se dieron a conocer en sabiduría, lucha y resistencia, trabajan cada día por un Catatumbo con vida digna”.

Vea aquí el primer y segundo capítulo: