La movilización social se convirtió en un factor importante para presionar la firma definitiva del Acuerdo Final entre el gobierno nacional y la guerrilla de las Farc. De igual manera, será clave para las nuevas discusiones que se avecinan sobre la refrendación y la implementación.
Tras el estrecho margen la victoria del No en el plebiscito delpasado 2 de octubre, que obtuvo el 50,21% de la votación (6.431.376 Votos) frente al 49,78% (6.377.482 Votos) del Sí, múltiples movimientos ciudadanos y estudiantiles se gestaron y se volcaron a las calles en ciudades y pueblos para apoyar la continuidad de las conversaciones entre el gobierno nacional y las Farc para que lograran un rápido acuerdo.
Hoy, tras haberse firmado en Bogotá y por cuarta vez el Acuerdo Final, voceros de distintos gremios y movimientos sociales aseguran que este nuevo estrechón de manos entre el presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño, máximo jefe de las Farc, es también producto de la presión que realizó la sociedad civil a través de las marchas y campamentos por la paz.
En el discurso pronunciado durante la firma en el Teatro Colón, Londoño expresó su sentimiento de admiración para todos aquellos que salieron a las calles a rechazar la guerra y exigir a las partes en la mesa no pararse hasta logar un nuevo acuerdo: “A las comunidades indígenas, campesinos y afrodescendientes; a líderes comunitarios; a decenas de miles de familias que se unieron a las Farc en vigilas por la paz; a la iglesia católica; la ciencia; a los académicos de las plataformas por la paz; a quienes participaron en las marchas del silencio, de las flores, de las víctimas de la UP; a quienes fundaron campamentos por la paz y se sembraron en ellos; a quienes convocaron actos por la paz en diferentes ciudades: este acuerdo final les pertenece porque ayudaron a construirlo con sus esperanzas y acciones”.
Katherine Miranda, una de las voceras del campamento ubicado en la Plaza de Bolívar, dijo que pese a ser desalojado con un fuerte dispositivo policial el fin de semana pasado, cerca de 250 personas permanecieron alrededor 45 días esperando a que se firmara el nuevo acuerdo. “Nosotros ya habíamos cumplido nuestra labor como ciudadanos. Hoy estamos a puertas de una paz con las Farc gracias a la presión ciudadana”, afirmó esta activista.
Para los fundadores del campamento lo que realizaron por más de 40 días es el resultado de todos los esfuerzos que se hicieron desde la sociedad civil para rodear el acuerdo. Las marchas, las jomadas pedagógicas y los espacios culturales realizados con la ciudadanía, a juicio de los voceros, se convirtieron en las herramientas que ayudaron a impulsar la consecución del nuevo Acuerdo Final.
“El campamento por la paz no fueron las carpas, es su gente. Seguiremos en movilización pacífica para rodear el acuerdo. Queremos acompañar la implementación, es una movilización pacífica, ciudadana. Estamos enviando un mensaje de reconciliación y nos vamos a mantener en esa tónica”, agregó Iván Vargas, miembro del colectivo Paz A La Calle.
A ellos se suma el sentir de las víctimas, movimientos sociales y partido políticos que respaldaron el proceso de paz y que insistieron en la salida negociada al conflicto una vez triunfó el no en el plebiscito.
A las calles
Pese al panorama de optimismo que generó la firma del Acuerdo Final y definitivo, el partido político Centro Democrático y sectores afines a esa colectividad anunciaron que buscarán las vías jurídicas para frenar la implementación. Algunos senadores de esa colectividad, entre ellas Paloma Valencia, plantearon hasta la revocatoria del Congreso y que por lo pronto saldrían a las calles a defender el triunfo del no y a abogar por un acuerdo nacional.
Por su parte el senador Álvaro Uribe aseguró que el arma que tiene el Centro Democrático es apelar al pueblo: “el gobierno prefirió descartar un pacto nacional que habría sido tan conveniente y nosotros, con toda claridad tenemos que decirles a ustedes que por responsabilidad política con muchos colombianos buscaremos un mecanismo de participación ciudadana para apelar a los puntos que el gobierno no quiso aceptar”.
Si el Congreso insiste en desconocer los resultados democráticos y refrendar lo q fue rechazado habrá q buscar formas de revocar el congreso
— Paloma Valencia L (@PalomaValenciaL) 22 de noviembre de 2016
A él se sumaron diversas voces de la oposición como la del exprocurador Alejandro Ordoñez y a del expresidente Andrés Pastrana, quienes en ocasiones pasadas convocaron a la ciudadana marchar en contra de lo acordado con las Farc. Si octubre fue el mes de las movilizaciones y manifestaciones de los sectores del Sí, muy seguramente el Centro Democrático, sectores afines al uribismo y algunas iglesias cristianas se tomarán las calles para expresar su desacuerdo con lo pactado con ese grupo guerrillero y su implementación.
“Después del pronunciamiento del pueblo en el plebiscito del 2 de octubre, la única fuente de legitimidad posible para el viejo acuerdo reformado es la refrendación por el mismo pueblo. Otro plebiscito o un referendo sobre determinadas materias es el camino”, aseguró Carlos Holmes Trujillo a través de una declaración publicada en su cuenta de twitter.
Las reacciones no se hicieron esperar. Diversos sectores de la Unidad Nacional aseguraron que la oposición tiene todo el derecho a la protesta y a estar inconformes, pero los invitaron, una vez más, a que se sumen a la implementación y a hacer la oposición desde el debate en el Congreso.
“Hay que buscar la manera de podernos reconciliar todos, también en la política”, declaró el senador del Partido Liberal Horacio Serpa y agregó que la polarización no va a aumentar porque los colombianos han recibido con lafirma del acuerdo un impulso de optimismo y compromiso muy grande: “Todos vigilaremos la paz y aspectos que tengan que ver con la reconciliación”.
No obstante, la realidad del país ha mostrado la fuerza que ha logrado condensar el Centro Democrático y sus sectores afines luego del triunfo del No el pasado 2 de octubre, donde los próximos días medirán su injerencia y capacidad tanto en las calles como en los recursos jurídicos que utilicen para convocar a una nueva refrendación.
Carlos Lozano, director del Semanario Voz, cree que las acciones de la oposición serán contundentes para ir en búsqueda del referendo. “No veo tampoco al uribismo como tan fuerte y poderoso como para que arrase con todo, pero sí tiene influencia y capacidad. Aquí la calle será definitiva”, sentenció.
Por ahora, el Acuerdo Definitivo será discutido la semana entrante en el Congreso, donde se espera su refrendación definitiva, pero sin duda alguna, durante su discusión, y más aún, en su implementación, la calle será el escenario donde se expresen todos los puntos de vista sobre un momento histórico para el país, que marca el comienzo de cómo las Farc dejaron las armas para convertirse en un movimiento político.