Para el general (r) de la Policía, Luis Mendieta, así como la guerra fue un negocio que favoreció a determinados sectores, la paz también será otro negocio del cual sacarán provecho otros sectores de la sociedad.
“Yo no firmaría”, responde sin titubear el general (r) de la Policía, Luis Mendieta, cuando se le pregunta si daría su rúbrica a quienes actualmente promueven el No al proceso de paz con las Farc. De hecho, para este oficial, a quien este grupo guerrillero confinó durante casi doce años a vivir encadenado en la profundidad de la manigua, la paz es una apuesta que el país debería aceptar.
Mendieta también hizo parte del grupo de 60 víctimas que viajó hasta La Habana, Cuba, para exponerle a los negociadores de las Farc y del gobierno nacional, lo que esperaban de esta negociación. Su visita se produjo en octubre de 2014 y es recordada por el cruce de palabras que tuvo en su momento con el jefe negociador de las Farc, alias ‘Iván Márquez’.
Como se recordará, mientras el oficial de Policía alegó ser víctima del flagelo del secuestro por parte de las Farc, alias ‘Iván Márquez’ refutó señalando que se trató de un prisionero de guerra y que, por tanto, no debía considerarse víctima. Mucha agua ha corrido bajo el puente desde ese encuentro con sus verdugos.
Hoy, a juzgar por sus comunicados, la postura de las Farc frente a las víctimas parece haber cedido mientras el gobierno nacional acelera a fondo para culminar con éxito las negociaciones. VerdadAbierta.com aprovechó un encuentro con el general (r) Mendieta para dialogar sobre sus expectativas con este proceso.
VerdadAbierta.com (VA): ¿Ve cercana la firma de un acuerdo de paz con las Farc?
Luis Mendieta (LM): Según lo que nos han informado, eso se va dar en pocas semanas. Por lo menos esa primera parte, la firma del acuerdo. Ya lo otro, que es la implementación de los acuerdos y su cumplimiento eso es otro cuento y va ser bien difícil.
VA: La imagen de las Farc ante la opinión pública no es muy favorable, ¿será obstáculo para construir una paz estable y duradera?
LM: Colombia ya ha pasado por esto. Lo hizo con el M-19, con el EPL, con la Corriente de Renovación Socialista. Hoy muchos de sus miembros hacen parte del juego democrático. Y hoy, años después de esos acuerdos, la sociedad no los recrimina ni los estigmatiza. Es probable que si los de las Farc, después de pagar unas condenas, y por ello la importancia de la justicia transicional, después de que brinden garantías de no repetición, de que reparen a las víctimas, pues puede que los colombianos que tanto los rechazan los acojan.
VA: ¿Cómo ve el ambiente en el país frente a los diálogos de paz con las Farc?
LM: Hay determinados sectores que quieren la paz, otros que quieren la guerra y vemos que la opinión pública está radicalizada y en eso influyen mucho los medios de comunicación. Hay quienes dicen que la paz es un negocio, así como la guerra también es un negocio. Mucha gente le apostó a la guerra y sacó dividendos económicos de ella, asimismo ocurrirá con la paz. ¿Qué no hay plata para la paz? Al menos desde las víctimas dicen: ‘pero si el país se endeudó comprando cosas para la guerra porque no se va endeudar haciendo planes y programas para la paz’. Yo por lo menos le apuesto a la paz, la paz para mi familia, para mis hijos, porque quiero que las próximas generaciones disfruten de un país en paz.
VA: ¿Cuál cree usted que es la ‘paz’ que esperan las Farc?
LM: Cuándo hablábamos con los guerrilleros y les preguntábamos cuál paz es la que desean mire esta situación: un escenario de violencia intrafamiliar en el campo donde además el o la joven no tienen acceso a educación o trabajo; entonces, a muchos les tocó irse como raspachines. Pero vino la erradicación de los cultivos ilícitos y muchos se quedaron sin trabajo y ¿qué hicieron? Se metieron a las Farc, porque allí les ofrecieron comida, les ofrecieron armas y algunas condiciones de bienestar. Ahora, ¿todos ellos que esperan? Que el Estado les otorgue mejores condiciones de vida.
VA: ¿Cree que las víctimas han sido suficientemente escuchadas a lo largo de este proceso?
LM: Pues mire, en La Habana fueron 15 minutos y participaron únicamente 60 víctimas y somos ocho millones de víctimas según los censos, y en los escenarios donde participamos cada uno de nosotros quiere exponer su caso, hacer catarsis, quiere sanar sus heridas y ¿en qué momentos nos vamos a escuchar? Por eso el Estado y todas estas asociaciones tendrán que conformar equipos con profesionales que entren a tratar las víctimas. Por ejemplo, en Madrid hay centros donde se les da muchísima asistencia a las víctimas del terrorismo de ETA, pero son profesionales, incluso, médicos capacitados para elaborar duelos. Pensemos en Colombia, en un caso como Bojayá, ¿Será que las víctimas de Bojayá ya hicieron su catarsis? ¿Ya se reconciliaron con sus agresores? Yo realmente lo dudo y creo que para llegar allá necesitaremos de muchas instituciones.
VA: Qué opinión le merece la Comisión de la Verdad, mecanismo acordado por las partes en la mesa de negociaciones y que la experiencia en otros países muestra que ha sido particularmente dura con las Fuerzas Militares
LM: Hacía allá es donde se dirige la comisión de la verdad: identificar los responsables de la violencia. Por supuesto, el Estado es responsable porque actúa con una Fuerza Pública pero es precisamente para garantizar la seguridad, la vida, la tranquilidad de los ciudadanos y contrarrestar a los violentos. Pero resulta que los violentos quieren justificar sus acciones y contra ellos lo que hay que hacer es medidas de justicia. Por eso, en esta comisión de la verdad es importante saber quiénes la van a entregar, quienes van a integrar el Tribunal de Paz. Las Farc, por su puesto, quieren participar imponiendo la gran mayoría, para que los responsables de la Fuerza Pública entren a ser condenados.
VA: ¿Cree que habrá impunidad en este proceso de paz?
LM: Impunidad va haber mucha. En ese tribunal, ¿qué delitos se van a confesar? Lo que se pueda comprobar con justicia transicional será la verdad que vamos a saber, pero lo que no logremos demostrar allí pues no habrá justicia en esa parte. Y pues también lo dicen los teóricos, que nos tendremos que tragar muchos sapos y que es preferible sacrificar justicia para tener un poco más de paz.