Según se contó en Justicia y Paz, un coronel de la Armada le dio la idea al Bloque Calima de desviar la atención de la Fuerza Pública haciendo algo grande. Esa idea se convirtió en una brutal masacre en El Firme.
Los habitantes de El Firme eran una comunidad afrodescendiente de pesacadores y agricultores que vivían de lo que les daba el mar y el río Yurumanguí. Como desplazados, ahora pasan dificultades en diferentes regiones del país. Imagen: VerdadAbierta.com. – Los orígenes de la masacre de El Naya |
La Fuerza Pública reaccionó cuando la masacre del Naya ya se había consumado. Las capturas de los paramilitares iniciaron 20 días después de su ingreso a esa región limítrofe de Cauca y Valle del Cauca, cuando ya habían asesinado, desplazado y torturado.
Durante una audiencia de imputación de cargos en el Tribunal Superior de Cundinamarca, la Fiscalía 18 de Justicia y Paz expuso apartes de la confesión de Juan Mauricio Aristizábal, alias ‘El Fino’, exjefe de finanzas del Bloque Calima, en los que indicó que contactó a un coronel de la Armada Nacional, de apellido Moreno, para tratar de liberar a los capturados y evitar más detenciones.
Según el exjefe paramilitar, el coronel le respondió que no podía hacer nada porque ese operativo era una orden presidencial, pero sí les dio la idea de hacer algo para llamar la atención de la Armada y evitar que el resto de su tropa fuera captura en el Pacífico.
Para ese momento, habían sido capturados alrededor de 70 paramilitares de los cien que aún continuaban en el Naya, porque casi la mitad del grupo 220 que ingresó a la región, se devolvió en Patio Bonito.
El único paramilitar que hizo todo el recorrido por el Naya y logró salir de la región fue Yesid Enrique Pacheco, alias ‘El Cabo’. Éste le informó a los jefes paramilitares de Buenaventura que algunos de sus compañeros estaban escondidos en Puerto Merizalde y después volvió a llevarles víveres.
Cuando ‘El Cabo’ regresó a Buenaventura, recibió la orden de hacer “cualquier barbarie a nombre de las Farc” para permitir la fuga de los hombres que continuaban en la región. Ese hecho fue planeado por alias ‘El Mocho’, jefe militar del Bloque Calima en Buenaventura; alias ‘Félix’, otro jefe paramilitar de la ciudad-puerto que desertó del Frente 30 de las Farc varios de sus hombres; y alias ‘El Fino’.
‘Félix’ y ‘El Cabo’ salieron en dos lanchas rápidas con 15 paramilitares más y se dirigieron hacia el sur de Buenaventura para realizar su montaje. ‘Félix’, quien como exintegrante de las Farc conocía la región, los llevó a varios caseríos en los que quemaron viviendas.
Pero el sitio en el que ocurrió la mayor tragedia fue en la vereda El Firme, corregimiento de Yurumanguí. Los paramilitares llegaron a ese sitio en la madrugada del 29 de abril y con fusil en mano sacaron los pobladores de sus casas y los reunieron cerca de la playa.
En ese sitio, ‘Félix’ seleccionó a varias personas y las hizo tender en el piso bocabajo porque, supuestamente, tenían nexos con el Frente 30 de las Farc, aunque a las víctimas no les mencionó ese detalle porque se hizo pasar como guerrillero. Mientras el grupo reunía y escogía a las personas que iban a ser asesinadas, alias ‘El Cabo’ violó a una mujer.
En sus primeras versiones libres en Justicia y Paz en 2008, este exparamilitar dijo que la “muchacha accede a que tengamos relaciones, de pronto por temor a ser asesinada”. Pero años después y en otra versión libre ante la víctima, reconoció que la amenazó de muerte y la violó mientras empuñaba una pistola.
Después de la violación, ‘El Cabo’ se dirigió a donde estaban las personas retenidas y ordenó a sus compañeros que consiguieran machetes para no hacer disparos. En el sitio no encontraron machetes, pero sí un hacha que no dudó en usar.
Tras decapitar, descuartizar y abrirles el estómago a dos personas, ‘El Cabo’ le cedió el hacha a sus compañeros para que siguieran su ejemplo. Al ver esa barbarie algunos de los retenidos salieron a correr y se escondieron en el monte. Los paramilitares les dispararon e hirieron a varios de ellos.
En ese cruel acto fueron asesinados José Plácido Quintero Sarria, Severo Castro Mosquera, William Valencia Caña, Luis Valencia Castro, Mercedino Canga Castro, Juan Caicedo Valencia y Ramón Angulo Rosendo. Los desplazados que han asistido a diferentes audiencias de Justicia y Paz, han defendido a ‘capa y espada’ el buen nombre de estas víctimas, recalcando que eran pescadores y personas honradas.
Para terminar, los paramilitares saquearon la vereda y quemaron algunas casas, la guardería y la escuela. Por último, pintaron grafitis alusivos a las Farc en los que amenazaban a los colaboradores de los paramilitares, y antes de marcharse, les gritaron que les había ocurrido esos hechos por sus nexos con los paramilitares.
Esta barbarie produjo el desplazamiento forzado de la comunidad pescadora y afrodescendiente de El Firme. El temor se apoderó de los pobladores de veredas vecinas y también huyeron.
Durante la audiencia de imputación de cargos una desplazada y representante de El Firme reconoció que los hechos ocurrieron como los narró la Fiscalía, pero negó que su comunidad tuviera nexos con la guerrilla y le pidió explicaciones a ‘El Cabo’ por esos señalamientos.
El ahora postulado a los beneficios de Justicia y Paz le respondió a la víctima que esa información la dio ‘Félix’ y no fue corroborada. También reconoció que con el tiempo se enteró que las víctimas de esa comunidad eran inocentes porque eran “personas trabajadoras y dedicadas a la pesca”.
Además, la víctima aceptó la petición de perdón que le hizo el exparamilitar y en medio de la audiencia hizo una pequeña oración por las víctimas y los victimarios, que le permitió “alcanzar paz y sanidad” en su alma, porque antes de tener ese estado “te odiaba y decía que era de las que mataba y comía del muerto”.
La víctima también expresó la difícil situación en la que viven los desplazados. En cuanto a la reparación, señaló que “lo económico minimiza un poco, pero uno no va a recobrar esa sensación de vivir en el territorio”. Actualmente el caserío de la vereda El Firme no existe.
La representante de la comunidad es consciente de que El Firme no va a ser reconstruido, pero pide más respaldo de las instituciones del Estado. “Estoy muy agradecida con la Fiscalía porque nos han apoyado mucho, no como otras entidades”, señaló.
Por estos hechos la Fiscalía le imputó cargos a ‘El Cabo’, quien es el único exparamilitar que participó en esa masacre que está en el proceso de Justicia y Paz, y a los exjefes paramilitares ‘El Cura’, ‘El Fino’ y ‘Sancocho’, por línea de mando o coautoría. Las otras personas que incursionaron en esa vereda de Buenaventura están muertas o libres.
En este caso, en el que la justicia ordinaria no se ha pronunciado hasta la fecha, Justicia y Paz procesó a los postulados por los delitos de acceso carnal violento, homicidio en persona protegida, tentativa de homicidio en persona protegida, tortura, violación de habitación ajena, secuestro, destrucción y apropiación en bien ajeno, incendio, actos de terrorismo y desplazamiento forzado de población civil.
Según los exparamilitares, con esa masacre la presión de la Fuerza Pública disminuyó y alrededor de 24 de sus hombres pudieron escapar de las capturas en el Naya. Entre los personajes que se fugaron se encuentra alias ‘Boca Negra’, un jefe de escuadra que es bien recordado por las víctimas de el Naya a raíz de todas las barbaridades que cometió.
Cuestionada por la magistratura sobre la situación del coronel Moreno, la Fiscalía dijo que de acuerdo a los registros de la época y las declaraciones de los postulados, esta persona podría ser Alexander Moreno y estaría activo. Justicia y Paz compulsó las copias para que las autoridades correspondientes establezcan la identidad del coronel y determinen su posible grado de responsabilidad.