En la audiencia colectiva del ex jefe paramilitar y cuatro de sus hombres, varias víctimas aseguran que los ‘paras’ mienten para justificar sus crímenes.
Familiares de víctimas del BEC cuestionaron el manejo que los paramilitares le dieron a versión colectiva. Foto VerdadAbierta.com |
“No están confesando nada”, “se están yendo por las ramas”, son algunas de las frases de las familiares de víctimas durante la audiencia, que se trasmite en Medellín y Dabeiba, en la que además de ‘el Alemán’ están participando Elkin Jorge Castañeda, alias ‘Hermógenes Mazo’; Javier Correa Álzate, alias ‘Fredy’; Juan Pablo López, alias ‘Gabriel’; y Darío Enrique Vélez, alias ‘el tío’; quienes integraron el Frente Gabriela White del BEC.
Según algunos de los afectados, la audiencia se ha convertido durante estos días en “un ejercicio de oratoria” por parte del ex comandante del BEC y sus hombres, “quienes ha tratado de justificar los crímenes cometidos”, advirtió un asistente, quien pidió reserva de la identidad.
Ejemplo de ello lo representa la desaparición del líder indígena Andrés Barrientos Domicó, y de Luz Mery Covaleda, ocurridas el 26 de diciembre de 2001, un día después de la llegada de un comando del BEC compuesto por cerca de 180 hombres. Durante la audiencia, los ex paramilitares argumentaron que ambos fueron asesinados porque al momento de la retención se les encontró una pistola nueve milímetros.
“Eso es falso”, aseguraron fuentes que conocieron de cerca a la pareja, que se había dedicado a la defensa de la tierra de los indígenas en aquella región del Occidente antioqueño, puerta de entrada al Urabá. “En estas audiencias están reconociendo solo crímenes selectivos, pero los justifican señalando a las víctimas como guerrilleros”, agregó.
Ex funcionarios municipales de Dabeiba estimaron que más de dos mil personas fueron asesinadas en esta subregión entre finales del 2001 y agosto de 2006, cuando se desmovilizó el BEC, pero la cifra es incierta, pues ninguna autoridad llevó estadísticas al respecto. Incluso, durante la audiencia de versión libre se escuchó a alias ‘Hermogénes Mazo’ decir que para evitar “revuelo” con los asesinatos, muchas de las víctimas fueron arrojadas al Río Sucio y sus familias se abstuvieron de denunciar el caso.
A juicio de los familiares de las víctimas, los cinco ex paramilitares no están avanzando en la verdad sobre lo ocurrido en Dabeiba y en los municipios vecinos de Uramita y Frontino, donde operó el BEC. “En esta versión están encubriendo a quienesapoyaron su ingreso y permanencia en el municipio hasta agosto de 2006, cuando se desmovilizaron”, dijo una mujer que no quiso revelar su nombre ni el de su víctima.
Desde Dabeiba uno de sus habitantes que está presenciando la audiencia desde el auditorio de la Institución Educativa Juan H. White, sostuvo que la verdad no consiste en que le pregunten a los paramilitares por casos aislados. “Detrás de todo lo que hicieron hubo un fondo que no quieren reconocer”.
¿Pero realmente qué esperan los pobladores de esta zona de Antioquia que sufrieron con rigor los ataques del BEC? Un ex trabajador municipal que vivió en Dabeiba para los años de la incursión de los paramilitares respondió así a la pregunta: “es importante que estos tipos reconozcan las conexiones que tuvieron con reconocidos comerciantes, con oficiales y suboficiales de la Policía Nacional y del Ejército, con varios concejales, fiscales seccionales y hasta con funcionarios del hospital”.
Denuncias de la época advirtieron de retenes a plena luz del día en sitios cercanos al parque central de Dabeiba, tal como el Restaurante Los Burros, donde los paramilitares cobraban peaje a los vehículos que pasaban por allí, sin que la Policía y el Ejército tomaran las medidas necesarias para evitar este tipo de atropellos.
A los pobladores de Dabeiba no sólo los sorprendió la llegada de los paramilitares ese fin de año del 2001, sino que varios días después llegaron nuevamente las tropas del Ejército, retiradas de allí seis meses antes y de nuevo se concentraron allí los batallones Granaderos y Arhuacos.
El regreso del Ejército fue ratificado a comienzos de enero del año siguiente por el general Mario Montoya Uribe, quien una semana antes había sido nombrado comandante de la IV Brigada del Ejército, con sede en Medellín y con jurisdicción en esta zona del departamento de Antioquia.
“Montoya estuvo en el parque principal con varias autoridades del pueblo”, dijo una fuente consultada al respecto que participó de la reunión con el alto oficial, hoy embajador de Colombia en República Dominicana. “Mientras él hablaba en el atrio de la iglesia, los paramilitares se paseaban por la vía principal del pueblo en sus camionetas, sin que nadie dijera nada”.
Interrogados los ex paramilitares sobre este asunto durante la audiencia colectiva, Rendón Herrera tomó la vocería del grupo para negar que el general Montoya hubiese viajado a Dabeiba y le advirtió al fiscal que allí no iban a tocar ese tema ni nada relacionado con la Fuerza Pública sin tener protección para su familia y la de sus hombres.
Pero no sólo la “verdad” confesada por estos ex paramilitares ha sido cuestionada en Medellín y Dabeiba. Las víctimas también dejaron sentir su voz de protesta por este modelo de audiencia colectiva. “Aquí solo se observa al ‘alemán’ conducir la audiencia, él es quien lleva la vocería, le da pautas de respuesta a sus hombres y es más hasta él mismo hace preguntas, dejando de lado al propio fiscal”, narró un asistente.
De acuerdo con las voces de las víctimas escuchadas, esta versión colectiva del BEC que termina este viernes no ha dejado más que desazón y frustración, no sólo porque sus familiares muertos y desaparecidos han sido victimizados nuevamente, sino porque la verdad sobre sus fuentes de apoyo y financiación no fueron aclaradas. “Es como si hubieran cometido los crímenes solos, sin ayuda de nadie, y eso no es cierto”, dijo una de las afectadas con evidente dejo de insatisfacción.