Entre el 21 y el 29 de julio deberán arrancar las labores de exhumación en la zona conocida como La Escombrera, considerada como la fosa común en zona urbana más grande del país. Será la búsqueda de cadáveres más compleja realizada hasta ahora por la Fiscalía.
En las próximas tres semanas, la Fiscalía General de la Nación dará inicio al más complejo plan de búsqueda de cadáveres realizado por esta Entidad desde que decidió desenterrar los muertos que la violencia dejó regados por todo el país.
Se trata de las labores de exhumación que tendrán lugar en la denominada Escombrera, un extenso lote que bordea los cerros sobre los que se erigen decenas de barrios de la comuna 13 de Medellín,sitio que por espacio de más de una década sirvió como botadero de escombros pero que tanto sus pobladores como defensores de derechos humanos de la capital antioqueña denuncian como la fosa común en suelo urbano más grande de Colombia.
Las labores comenzarán en terrenos de lo que hoy que se conoce como “Agregados San Javier”, en la parte más encumbrada del barrio Eduardo Santos. Este sitio, junto a otro vasto lote utilizado para depositar escombros conocido como “Terrígenos”, ubicado en inmediaciones del barrio El Salado, fueron señalados por antiguos miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) como lugares donde eran enterradas sus víctimas luego de ser torturadas.
Quien primero habló del tema fue Luis Adrián Palacio Londoño, alias ‘Diomedes’, antiguo integrante del Bloque Metro. ´Diomedes´ aseguró ante fiscales de Justicia y Paz que existía una fosa común en la parte alta de la comuna 13, utilizada por los paramilitares para desaparecer a sus víctimas. Pero serían las declaraciones entregadas por Juan Carlos Villa Saldarriaga, excombatiente del Bloque Cacique Nutibara conocido con el alias de ‘Móvil 8’, quien afirmó ante funcionarios de la Fiscalía haber sepultado él mismo varios muertos allí.
Con estas declaraciones, sumadas a las entregadas por decenas de pobladores de la comuna 13 que padecieron el accionar del Bloque Cacique Nutibara, el Ente Investigador definió los polígonos para avanzar en la búsqueda de cadáveres. No será tarea fácil si se tiene en cuenta que, según estudios técnicos, se calcula que solo en “Agregados San Javier” deberán removerse poco más de 23 mil metros cúbicos de escombros y tierra.
Sin embargo, este no será el principal reto que tendrá que afrontar la Fiscalía en esta labor de exhumación. La pregunta que tanto autoridades civiles, de Policía y habitantes de esta comuna en particular se formulan es: ¿cuántos cuerpos realmente pueden haber enterrados allí?
Fosa común
“Se dice que allá puedenhaber 300 cadáveres”, señala Luz Elena Galeano, habitante del barrio 20 de Julio de la comuna 13 e integrante de la Organización Caminando por la Verdad, que agrupa a 130 víctimas, mayoritariamente mujeres, que han padecido todas las violencias que históricamente han azotado a este sector del suroccidente de la ciudad.
En la última década ha escuchado cientos de relatos de pobladores de sectores aledaños a “Terrígenos” y “Agregados San Javier” que afirman haber visto cómo las milicias, primero; y los paramilitares, después, llevaban jóvenes a esos sectores para asesinarlos y luego enterrarlos, aprovechando que la zona era un botadero de escombros.
Sobre el particular, ya existen antecedentes de hallazgos de fosas comunes en la zona. El 1 de agosto de 2003, miembros del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) exhumaron 10 cuerpos en la finca Bellavista, corregimiento San Cristóbal, predio que funcionó como base de operaciones de los bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada. De los cadáveres hallados, la Fiscalía logró la identificación plena de seis de ellos. Se trataba de personas que habían sido reportadas como desaparecidas.
Quizás por ello es que hoy, Luz Elena, al igual que sus compañeras de organización, aguarda con moderadas ansias las labores de exhumación. “Llevamos más de 13 años exigiendo que se desentierre la verdad para que salga a la luz pública”, afirma. Ella, en lo profundo de su alma, también espera encontrar allí pistas que le permitan saber qué pasó con su esposo.
“Desapareció en 2006”, relata. Para esos años, alinterior de la comuna 13 se libraba una guerra silenciosa entre estructuras no desmovilizadas de los paramilitares con nuevos grupos de delincuencia organizada. Los bandos enfrentados impusieron férreos controles a la movilidad así como al ingreso de personas extrañas a los barrios escenario de confrontación. Fue lo que se conoció después como las llamadas “fronteras invisibles”.
“Me llamó cuando salió del trabajo. Que ya venía para acá. Pero nunca llegó”, recuerda. La única información que ha logrado recabar de tanto indagar es que ese día, unos hombres armados abordaron un bus que se dirigía al barrio 20 de Julio y obligaron a descender a uno de los pasajeros, a quien se llevaron con rumbo desconocido. “Puede que esté allí, no se puede descartar”, dice Luz Elena.
Lo mismo siente la familia de Hermey Mejía. Su caso fue documentado por la Corporación Jurídica Libertad, organización de derechos humanos de Medellín. El recuento de hechos muestra que Hermey, un joven de 18 años de edad, fue sacado a la fuerza de su residencia, en el barrio Nuevos Conquistadores, por varios hombres señalados de pertenecer al Bloque Cacique Nutibara de las Auc, quienes lo condujeron al sector conocido como “Terrígenos”, en el barrio El Salado. Nunca más se ha vuelto a saber de él. Se cree que fue enterrado allí.
Los hechos sucedieron el 18 de diciembre de 2002, tan solo dos meses después de ejecutada la Operación Orión, el recordado operativo militar llevado a cabo en octubre de 2002 por fuerzas conjuntas de Policía, Ejército, DAS, CTI y Fuerza Aérea, mediante el cual se expulsaron las milicias de las Farc y el Eln de la comuna 13.
Al respecto, en febrero de 2012, Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, excomandante del Bloque Cacique Nutibara, declaró desde su sitio de reclusión en los Estados Unidos que dicho operativo fue planeado conjuntamente por paramilitares a su servicio y los generales Mario Montoya, entonces comandante de la IV Brigada del Ejército; y Leonardo Gallego, excomandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá. Por estos hechos, la Procuraduría General de la Nación destituyó al exgeneral Gallego y la Fiscalía abrió investigación preliminar contra el general (r) Montoya. (Ver más en: “Don Berna’ volvió a señalar a Montoya y Gallego”)
Será la justicia quien controvierta o ratifique las declaraciones del exjefe paramilitar. Lo que sí se ha logrado esclarecer gracias al proceso de Justicia y Paz es que, pocas semanas después de ejecutada la Operación Orión, comenzaron a tener lugar una ola de desapariciones forzadas al interior de la Comuna 13 que se extendieron incluso hasta el año 2005.
¿Cuántos son?
Paradójicamente, no existe un consenso sobre cuál es la cifra exacta de personas que fueron desaparecidas entre octubre de 2002 y diciembre de 2005. Según la Unidad de la Fiscalía para la Justicia Transicional (antes Justicia y Paz) fueron cerca de 70 las personas desaparecidas.
Lo extraño es que, en versión libre rendida por alias ‘Don Berna’ en enero de este año, aseguró ante fiscales de esta unidad que dichas personas fueron sacadas de la ciudad, para luego asesinarlas y arrojarlas al río Cauca. Sin embargo, organizaciones como la Corporación Jurídica Libertad apuntan a que la cifra de desaparecidos puede oscilar entre 70 y 80 y que estos muy probablemente pueden estar enterrados bajo las toneladas de escombros de la Escombrera.
“Esta fue la primera tarea que se realizó: definir cuántos cuerpos puede haber allá. Existen diferentes cifras, pero el consenso, entre unos y otros, es que pueden haber 80 cuerpos enterrados allí”, explica Jorge Mejía, consejero de la Alcaldía de Medellín delegado para el tema de la Escombrera, quien agrega que las labores de exhumación serán complementadas con otra serie de actividades que apuntan a construir la memoria de lo que fue el conflicto armado en esta zona de Medellín.
“Estamos diseñando un plan de acompañamiento psicosocial para las víctimas; también vamos a construir un mausoleo para depositar allí los cuerpos que se logren hallar y la idea es avanzar en la reconstrucción de la memoria de la comuna 13”, afirma el funcionario, quien añade además que “en este primer polígono se invertirán 1.100 millones de pesos, solo en las labores de excavación, sin contar con las labores de depósito e identificación”.
¿Y si no se llegan a encontrar cadáveres? Frente al interrogante, que para diversos sectores de opinión es válido dada la complejidad del terreno, el funcionario es bastante claro: “sabemos las dificultades que encierra estas labores. Ya en 2010, un grupo de expertos forenses internacionales habían hecho unas recomendaciones. Los fiscales nuestros dijeron que ellos eran capaces de realizar esta tarea, que solo les faltaban los recursos. Pues bien, los recursos ya están así que vamos a empezar”.
Luz Elena también es consciente de la complejidad de la labor que empezará dentro de pocas semanas: “las víctimas estamos preparadas para cualquier escenario. Lo importante es que esta tarea, que la llevábamos exigiendo hace años, por fin se haga, y se haga bien”.
Así las cosas, llegó la hora de desenterrar la verdad en la comuna 13 de Medellín.