Los paramilitares del Bloque Calima controlaron este municipio del norte de Cauca cometiendo asesinatos y desapariciones forzadas. Usaron el río Cauca para no dejar rastro de sus fechorías.
Los paramilitares del Bloque Calima controlaron este municipio del norte de Cauca con asesinatos y desapariciones forzadas. Usaron el río Cauca como un gran manto para no dejar rastro de sus fechorías.
El municipio de Santander de Quilichao es un importante punto que permite el fácil acceso a diferentes partes del norte de Cauca y el sur de Valle del Cauca. Una vez que el Bloque Calima se instaló en Cauca a mediados de 2000, puso a esa ciudad como objetivo de sus acciones criminales. Durante una versión libre ante la Fiscalía de Justicia y Paz en junio de 2011, Elkin Casarrubia Posada, alias ‘El Cura’, quien fue el segundo al mando y jefe militar de este grupo de las Auc, contó que los paramilitares llegaron a Santander de Quilichao con motivo de la expansión que implementó alias ‘HH’. ‘El Cura’ dijo que decidieron enviar gente a Santander “para coparle espacios a la guerrilla”, porque ese municipio supuestamente era “una zona manejada por el Sexto Frente de las Farc”. Sin embargo, en medio de supuesta guerra antisubversiva, también ahogaron en violencia y terror a sus habitantes, sin importar si eran del casco urbano o de las veredas aledañas. Los primeros jefes paramilitares a cargo del municipio fueron alias ‘El Capi’ y alias ‘Diego La Marrana’, pero al poco tiempo se retiraron del sector y fueron relevados por alias ‘Patepalo’. A ese naciente grupo urbano del Bloque Calima se sumó Armando Lugo, alias ‘El Cabezón’, quien como exmiembro de la Defensa Civil, cumplió un rol importante para las Auc. Los paramilitares se valieron de los conocimientos de Lugo sobre la población de Santander de Quilichao y de los grupos ilegales que operaban en la zona, porque como integrante de la Defensa Civil participó en varias brigadas de salud. La función inicial de ‘El Cabezón’ consistió en señalar a supuestos miembros de la guerrilla y colaboradores, para que sus nuevos compañeros los asesinaran sin mediar palabra ni verificar la información que les suministraba. En las versiones libres los exparamilitares han confesado que en muchas ocasiones asesinaron por sospecha y por informaciones erróneas que llegaron a sus oídos. Para evitar que los índices de violencia se dispararan y no dejar evidencia de sus crímenes en las calles, decidieron utilizar al río Cauca para encubrir la escalada de violencia. Para ello, sacaban a sus víctimas del casco urbano o de las veredas, y las llevaban a los territorios por donde pasaba el río y eran de su dominio. Entre ellos se encuentran la vereda Lomitas, en donde instalaron una base, y el corregimiento de La Balsa del vecino municipio de Buenos Aires, en donde andaban a sus anchas por la falta de autoridades permanentes. Decenas de cuerpos fueron arrojados al río y nunca más volvieron a ser vistos. Otros familiares de las víctimas contaron con un poco más de suerte, y pudieron rescatar los cuerpos de sus seres queridos que se quedaron atorados en palos o recodos del río. Pero aún queda mucha verdad por salir a flote. En algunos casos, durante las versiones libres, varios paramilitares confesaron que contaron la complicidad algunos miembros de la Policía, a quienes contactaban para que no fueran a hacer operativos en los sitios donde iban a delinquir, o no los persiguieran después de cometer asesinatos y desapariciones. (Ver cuadro interactivo al final del texto). Uno de los postulados que más ha mencionado a miembros de la Fuerza Publica es ‘El Cabezón’, pero la Fiscalía pidió que sea expulsado de Justicia y Paz porque intentó extorsionar a dos congresistas. No obstante, en una versión libre de octubre del año pasado, ‘HH’ reconoció sus señalamientos contra funcionarios de Santander de Quilichao, pese a que desmintió sus declaraciones sobre algunos políticos. A raíz de la reforma que el Congreso de la República implementó en la Ley de Justicia y Paz, la Fiscalía ahora debe desarrollar una línea de investigación sobre la macrocriminalidad de los grupos armados ilegales y priorizar los casos más graves del conflicto armado. En medio de esa metodología, durante los últimos meses los investigadores de la justicia transicional han documentado en detalle numerosos casos de desapariciones y desplazamientos forzados. En el caso del Bloque Calima, los fiscales de Justicia y Paz esperan escuchar la verdad que tiene al respecto el extraditado jefe paramilitar Éver Veloza García, alias ‘HH’, durante este lunes y martes, 29 y 30 de abril. El exjefe paramilitar estará acompañado en la versión libre por 24 de los hombres que lo secundaron durante su guerra, a quienes la Fiscalía ya les imputó varios casos de asesinatos selectivos y desapariciones forzadas en Santander de Quilichao. En la siguiente línea de tiempo VerdadAbierta.com presenta los casos de Santander de Quilichao que ya fueron imputados en Justicia y Paz. Pase el mouse sobre las fechas y desplace la barra horizontal para conocer los hechos. |
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