Considerada en los años 80 como la capital paramilitar de Colombia, Puerto Boyacá se encuentra apenas a 6 horas de Bogotá sobre el camino que bordea el rio Magdalena. En este municipio petrolero nació el modelo económico, político y militar del paramilitarismo que se conserva hasta el día de hoy.
El modelo de paramilitarismo que nació en Puerto Boyacá en los 80, se conserva aún hasta el día de hoy. Foto: Archivo Semana |
“Bienvenidos a Puerto Boyacá, tierra de paz y progreso, capital antisubversiva de Colombia”, se leía en una valla levantada en la entrada al pueblo en el que se creó el primer modelo organizado de autodefensas en el país.
La legitimidad del modelo paramilitar que nació en el Magdalena Medio era evidente, pues ante los ojos del país y del mismo gobierno, en Puerto Boyacá se establecieron las bases y principios de lo que hoy se conoce como la estrategia económica, política y militar de las autodefensas.
Con la participación coordinada de narcotraficantes, terratenientes, políticos, miembros de las Fuerzas Militares y civiles, se creó un modelo de para-sociedad que sirvió como referencia para la organización y expansión de los grupos de autodefensas en Colombia.
Puerto Boyacá fue el escenario estratégico por su ubicación y reservas petrolíferas, donde por primera vez confluyeron abiertamente todos los actores sociales en un proyecto integral de anti subversión.
Como en otras regiones del país, los ganaderos, políticos y terratenientes del Magdalena Medio, entre ellos Carlos Loaiza, Luis Suárez, Gonzalo de Jesús Pérez y elex congresista Pablo Emilio Guarín, sintiendo la presión de las guerrillas, decidieron formar cuerpos de seguridad privada para combatir a los frentes de las Farc que operaban en la zona.
Así, en 1982 se conformó la Asociación Campesina de Agricultores y Ganaderos del Magdalena Medio Acdegam, organización que adquirió la personería jurídica dos años después cuando empezó a administrar y articular las acciones paramilitares en Puerto Boyacá.
Ver Puerto Boyacá: Cuna del modelo paramilitar en un mapa más grande
Los orígenes de la para economía y la parapolítica
Las alianzas peligrosas de los miembros de las autodefensas con los sectores económicos, políticos y militares en Puerto Boyacá, hacen de este municipio la cuna del paramilitarismo moderno. Con la instalación de la Brigada 14 y el Batallón Bárbula del ejército en Cimitarra, que luego se ampliaría a Puerto Berrio a principios de la década de los 80, se inicióun sistema de colaboración con miembros de las fuerzas militares.
Luis Antonio Meneses Báez, alias “Ariel Otero”, ex oficial del ejército, declaró ante el DAS que los Comandantes de Brigada XIV y de Batallón Bárbula realizaban operaciones mixtas (Militares – autodefensas) creando una vía ilegal de lucha contra la subversión. Para Meneses las autodefensas “son una política del Gobierno para la lucha antisubversiva”.
La Brigada 14 proveía las armas al para-estado que surgió con el guiño de las autoridades políticas, entre ellos el ex congresista Pablo Emilio Guarín quien lideró el proyecto en su ala política. Con el apoyo de varios representantes liberales a este proyecto de “pacificación” mediante el exterminio del la izquierda, Pablo Guarín se convirtió en una leyenda en Puerto Boyacá por su lucha contra la subversión, más aún luego de que las Farc lo asesinaran y se convirtiera en un martir de la causa anticomunista.
En 1989, dos años después del asesinato de Guarín, Ivan Roberto Duque, liberal que asesoraba a Acdegam, fundó el Movimiento de Reconstrucción Naciona MORENA desde donde movilizó políticamente el proyecto paramilitar. Duque, conocido luego por su alis de “Ernesto Báez” aceptó el cargo de concejal en Puerto Boyacá, desde donde dirigió enfrentamientos con la guerrilla y sindicalistas de la región.
El MORENA continuó con la doctrina de la seguridad nacional que había usado la Acdegam para transmitir su proyecto de sociedad mientras se consiladaron las Autodefensas del Magdalena Medio. Henry Pérez alias ‘Móvil 20’, Gonzalo Pérez alias ‘El Viejo o Caruzo’ y Ramón Isaza alias ‘El Viejo’ dirijieron estas estructuras tanto políticas como paramilitares.
Ante la ausencia del Estado, la Acdegam ejecutó autónomamente los proyectos de educación, salud, infraestructura, economía y por supuesto, de seguridad y defensa mediante una captura de los recursos del Estado. En principio, la financiación de las autodefensas de Puerto Boyacá provenía de los aportes de ganaderos y agricultores, pero luego con la llegada de las mafias, las drogas se convirtieron en la principal fuente de ingresos.
La fuerza del narcotráfico se integró al gran proyecto antisubversión a través del grupo Muerte a Secuestradores MAS, que tenía como padrinos a los principales capos del “cartel de Medellín” entre ellos Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gachay los hermanos Ochoa.
El MAS se fusionó con los grupos emergentes de Puerto Boyacá y las autodefensas de Ramón Isaza que habían llegado a petición de Henry Pérez, luego del secuestro de su padre, Gonzalo Pérez. Nacen las autodefensas con un modelo que parecía infalible.
La universidad del paramilitarismo
Con la fusión y la coordinación de todos los estamentos, la organización paramilitar se fortaleció, hasta el punto de conformar una especie de universidad, donde los paramilitares no solamente conseguían armas sino que también podían participar en “capacitaciones” ideológicas y de entrenamiento militar.
Diego Viafara Salinas, concejal de Puerto Boyacá entre 1988 y 1990 habló en sus declaraciones al DAS, sobre la “contratación de mercenarios israelíes e ingleses para entrenar a los paramilitares”.
El famoso mercenario israelí Yair Klein, participaba de estos simulacros que se realizaban en haciendas del Magdalena Medio con la financiación del narco – paramilitar Gonzalo Rodríguez Gacha alias “el mejicano”.
Según declaraciones de Klein “cuando lo contrataron en Puerto Boyacá se reunió con unos ganaderos de Acdegam que estaban asediados por las guerrillas. Y fue así como llegó a esta región a preparar grupos de autodefensa. Eran ganaderos y campesinos que no aguantaban más a la guerrilla”. Con la formación militar adecuada se ejecutaron la masacre de la Rochela en 1989 y la de los 19 comerciantes en Cimitarra, Santander, en el año de 1987.
Un cofundador del MAS, Óscar de Jesús Echandía Sánchez, que fue alcalde militar de Puerto Boyacá además de revelar la presunta relación entre el Comandante de la Escuela de Caballería del Ejército, Alfonso Plazas Vega y las autodefensas de Rodríguez Gacha, advirtió sobre la colaboración entre mercenarios y militares. Según Echandía, “los mercenarios siempre estaban escoltados por personal civil del ejército”.
Desafiando los aires de pacificación y negociación que surgieron durante el gobierno de Belisario Betancur durante los años 80, el modelo de Puerto Boyacá no solamente se convirtió en una escuela del paramilitarismo, sino en una forma de para –sociedad que legitimó y fortaleció el proceso de expansión de las autodefensas.