“El cuerpo no lo logramos encontrar, lo único que sabemos es que lo mataron los paramilitares”

      

El 4 de septiembre de 2000, un grupo de paramilitares del Frente Farallones del Bloque Calima llegó al corregimiento La Balsa, en jurisdicción del municipio de Buenos Aires, Cauca, y asesinó a cinco personas. La protagonista de este testimonio relata cómo perdió a su primo en la masacre y, meses después, a un sobrino.

ys la balsa

Aquí se vivía bien, todo calmado. Cuando llegaron los paramilitares nos cambiaron todo, ya la situación no volvió a ser la misma. Era ese miedo que no teníamos antes. Por esos días, yo estaba en Santander de Quilichao y al frente mío se encontraron dos muchachos y se saludaron. Uno le preguntó al otro que para dónde iba y el otro le dijo que para el corregimiento de La Balsa, Buenos Aires. “Ah, ¿vas pal pequeño Caguán?”, le respondió el primero. Y a mí me dolió mucho que compararan al pueblo de uno con El Caguán, porque allá hubo un conflicto muy grande.

El 4 de septiembre de 2000 murió Willington Cortés Díaz, mi primo hermano, agricultor, en la Balsa. Trabajaba en una empresa que en ese entonces se llamaba Agronaya, tenía entre 25 y 30 años y dejó dos hijas.

El día de la masacre  mi tío fue a la casa llorando y nos derrumbó a todos los de la familia porque llegó donde mi mamá, estábamos todos allí a las seis de la tarde. De inmediato yo lo abracé y le pregunté que qué había pasado, y él me dijo: “Me mataron a Willington, me mataron a Willington”. El cuerpo no lo logramos encontrar, lo único que sabemos es que lo mataron los paramilitares.

Después, como en febrero de 2001, desapareció mi sobrino Jefferson, un muchacho joven, de 18 años. Un día llegó un vecino a mi casa y me dijo que me asomara. Me preguntó que si era verdad que a mi sobrino Jefferson lo habían matado. Como no aparecía, nos fuimos a buscar su cuerpo al río Cauca con mi hermano, el papá de Jefferson, y casi vamos hasta el paso de La Balsa, pero nos dijeron que mejor nos devolviéramos porque de pronto nos podía pasar algo. Fue una cosa que no se la deseo a nadie.

En esa época había mucho abuso. Se metían a la casas sin permiso, y había que cocinarles cuando querían. Le decían a uno “usted tiene la puerta abierta, voy a cargar el teléfono”, así, sin pedir permiso. También llegaban diciendo que tenían hambre o que querían tinto, era difícil la situación.

Aquí cuando en la noche los perros empiezan con la ladradera lo único que yo pienso es que se metieron los paramilitares otra vez, porque así era en esa época. Subían por aquí y por allá, en carro y en moto, y todo era muy horrible para nosotros. Fue algo muy duro.

Actualmente hago parte de grupos de víctimas y voy a capacitaciones que le sirven a uno. No me quedo estancada, trato de superar eso y sigo adelante. Yo sé que son los seres queridos los que se fueron pero he estado en los grupos con otras víctimas y eso sirve mucho porque ayuda a superar la situación. Tengo dos hijos: una niña de quince años y un niño de siete años. Mi hija está en grado once y mi niño está en tercero de primaria. A mi hija le gusta acompañarnos en los grupos y mi hijo dice que quiere ser futbolista y que también quiere ir a la  universidad. Yo trabajo en el campo, cultivando cítricos y yuca con mi esposo.

También pertenezco a la asociación Afrobalseñas por un Mejor Vivir, compuesta por 76 mujeres. La mayoría fue víctima del conflicto. Hacemos varias actividades para salir adelante, y yo sé que en el nombre de Dios todo es posible, Él le ayuda a superar todas esas cosas a uno. Ojala los mandatarios a nivel nacional no se olvidaran de las víctimas y nos tengan en cuenta y no nos tengan solo para la parte política.

Escuche el testimonio

Yo sobreviví al conflicto es un proyecto de periodismo testimonial y participativo que le da continuidad a las Rutas del Conflicto, proyecto de Verdad Abierta y el Centro Nacional de Memoria Histórica, y que busca que las víctimas cuenten su propia historia sobre hechos poco visibles. Usted puede mandar su testimonio a Tu memoria cuenta www.rutasdelconflicto.com o al correo verdadabierta@gmail.com.

Haga clic en la imagen para conocer más de esta masacre
btn la balsa

– “No sé por qué ocurrió la masacre de La Horqueta”

– “Yo presencié el asesinato de mis padres”

– “A mi mamá la mataron en plena carretera”

– “Alias ‘Tolemaida’ asesinó a mi papá”

– “Los mataron delante mío y no pude hacer nada por ellos”

– “Un billete no hace justicia cuando una madre pierde a su hijo”: Luisa Medina

– “Por sindicalista querían asesinarme”

– “Aunque el tiempo pasa, a diario recuerdo ese momento”

– Hato Nuevo sigue siendo un pueblo fantasma

– “Todo nuestro territorio fue prácticamente destruido”

“Si Miguel estuviara aquí”

“Aún guardo la esperanza de encontrar el cuerpo de mi esposo”

“Los cocíamos con cáñamo para ponerlos en un ataúd”

“Mi sueño es recordar sin dolor”

“Esto no se lo deseo a nadie”

“Yo nunca en mi vida había visto matar gente”