El 6 de diciembre comenzará el proceso de desarme de las Farc

      

El presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño firmaron un nuevo acuerdo de paz que califican como definitivo y mejor que el anterior. Esta vez la refrendación se hará en el Congreso de la República y se estima que en los próximos días empiece su implementación.

firma bogota 1Pasadas las once de la mañana y con el Teatro Colón lleno, fue firmado el nuevo Acuerdo Final. Foto: Presidencia de la República.Los protagonistas eran los mismos, pero el lugar y los acompañantes otros. A diferencia de la firma del pasado 26 de septiembre en Cartagena, Juan Manuel Santos, como presidente de los colombianos, y Rodrigo Londoño Echeverri, como comandante máximo de las Farc, firmaron el nuevo Acuerdo Final en el Teatro Colón, de Bogotá, rodeados por todos sus negociadores en el escenario.

Tras estampar sus firmas con un ‘balígrafo’, una bala de fusil convertida en bolígrafo, que simboliza la esperanza de que la historia del país ya no será escrita por la violencia sino por la paz, llegaron los discursos.

El primero en tomar la palabra fue el jefe las Farc, también conocido como ‘Timochenko’ o ‘Timoleón Jiménez’. Su corto discurso lo inició con una arenga: “¡Que la palabra sea la única arma de los colombianos!”. Acto seguido enumeró los años de confrontación y de negociaciones que han transcurrido para llegar al día de hoy, en el que se sientan las bases para terminar una guerra que ha desagrado a la nación por más de 52 años.

En especial destacó la fase de renegociación a la que se llegó tras la derrota del acuerdo de Cartagena en el plebiscito refrendatorio del 2 de octubre: “Estudiamos con desprevención y esmero todo lo puesto a consideración de las partes en la Mesa por los interesados e introdujimos importantes y numerosos cambios y modificaciones sustanciales a los textos antiguos, hasta convertir el Acuerdo Final en definitivo”.

Asimismo, agradeció el apoyo que el proceso de paz recibió por parte de la comunidad internacional, de los países amigos de la negociación y de los diferentes sectores de la sociedad civil tras la derrota en las urnas.

El jefe guerrillero argumentó que Colombia debe cerrar filas en torno a este nuevo acuerdo de paz porque implicó debates profundos con todas las voces del establecimiento, a prestantes miembros de las Fuerzas Armas, tensó las posiciones a los puntos más extremos y requirió inusuales esfuerzos de aproximación. “Nadie debe quedarse por fuera de él. Con este acuerdo no se deponen posiciones ideológicas, políticas o de conciencia, solo ponemos fin de manera definitiva a la guerra para confrontar civilizadamente las contradicciones. Por eso reclamamos su implementación pronta y eficaz”, planteó.

Por otro lado, ‘Timochenko’ se refirió a las víctimas y a los opositores del proceso. A las primeras les reiteró, a nombre de las Farc, su solidaridad sin distinción del bando al que hayan pertenecido, e hizo una “petición de perdón por las consecuencias que para ellos haya podido provenir de nuestras manos”. A los otros, a sus “adversarios públicos”, les ofreció respeto y un “ramo de olivo”, así como “nuestra invitación fraternal a convivir en la diferencia. No habrá más violencia entre colombianos por política. Ese sólo hecho debe llenarnos de ánimo para trabajar por hacer de nuestra patria un país muchísimo mejor”. Y terminó su intervención señalando que creen “indispensable que para el bien del país, la palabra sea la única arma que nos permitamos usar los colombianos”, indicó.

Posteriormente tomó la palabra el presidente Santos. Sus primeras palabras fueron para las víctimas del conflicto armado y destacó los diferentes intentos que se han realizado para ponerle fin: “Ese gran objetivo común nos ha sido esquivo, a pesar de múltiples intentos hechos a lo largo de más de medio siglo”. Y destacó la perseverancia del pueblo colombiano, la cual permitió que este 24 de noviembre se firmara un nuevo acuerdo de paz, que tuvo que ser renegociado por los resultados del plebiscito del 2 de octubre.

firma bogota 3Las dos delegaciones de paz estuvieron en el escenario central durante la firma del nuevo acuerdo. A la izquierda el equipo el gobierno, y a la derecha el de las Farc. Foto: Oficina del Alto Comisionado para la Paz.Por esa razón, explicó el mandatario, “durante más de cuarenta días, en jornadas intensas, nos pusimos en la tarea de recoger, ordenar y atender las propuestas de ajustes y cambios para tener un nuevo acuerdo”. Al mismo tiempo aprovechó la oportunidad para agradecer el apoyo que recibió el proceso de paz tras los resultados del No y los aportes de diferentes sectores para mejorar el acuerdo anterior.

Eso sí, aclaró que la renegociación se hizo “entendiendo que esos cambios no podían echar para atrás los inmensos logros alcanzados a lo largo de seis años de negociaciones”. Además, reconoció que se logró un acuerdo “mejorado y ajustado gracias a los aportes de la sociedad, incorpora la inmensa mayoría de las propuestas presentadas, pero preserva los objetivos esenciales del acuerdo de Cartagena”.

Tras explicar las transformaciones que implicará la implementación del Acuerdo Final, el presidente destacó que el objetivo principal del pacto de paz es que “los que estaban alzados en armas las abandonen, reconozcan y respeten las instituciones y las leyes y puedan participar en la contienda política en la legalidad. Que todos los colombianos puedan decidir su futuro con tranquilidad. De eso se trata la democracia. Tramitar pacíficamente las diferencias”.

Santos precisó, apelando a la Constitución Política, que en esta ocasión el nuevo texto no será refrenado por consulta popular, sino que “será discutido en el Congreso, para que sean los representantes elegidos por los colombianos quienes lo refrenden y lo implementen, bajo el control de la Corte Constitucional”.

Según el jefe de Estado, el Acuerdo Final será refrendado la próxima semana y a partir de ese día arrancará el famoso Día D que, según los protocolos acordados en La Habana, es la unidad de medición del proceso de concentración, desarme y tránsito a la vida civil de los integrantes de las Farc.

De acuerdo con los cálculos del mandatario, “cinco días después (de la refrendación) se iniciará el movimiento de las Farc hacia las zonas veredales transitorias, a los 90 días se iniciará la dejación de las armas, y en 150 días, tan sólo 150, todas las armas de las Farc estarán en manos de las Naciones Unidas”. Y agregó que, “también a partir del Día D, la semana entrante, empezará en forma el desminado para que nuestros campos no sean nunca más una trampa mortal para nuestros niños. Ese mismo día iniciará el proceso de implementación de todos los demás elementos del nuevo acuerdo en el Congreso”.

Sobre por qué se acudirá al Legislativo para la refrendación, explicó que esa decisión se tomó por la urgencia de la paz: “Había comenzado a desmoronarse el cese al fuego por cuenta de la incertidumbre sobre el futuro. No podíamos dilatar un minuto más la implementación”.

Al finalizar su intervención, el presidente Santos reconoció que este acuerdo es mejor que el de Cartagena, porque “recoge las esperanzas y las observaciones de la inmensa mayoría de los colombianos. Del 50 por ciento de los que votaron Sí y de un importante porcentaje de los que votaron No. Este nuevo acuerdo nos permite trabajar juntos, como nación, para recuperar las regiones más afectadas por el conflicto, para reconciliarnos, para aprovechar nuevas oportunidades de crecimiento y progreso”.

Por eso, les pidió a todos los colombianos unión para aprovechar el reto que plantea este nuevo acuerdo: “Quiero invitarlos a que dejemos atrás definitivamente décadas de violencia para unirnos, por nosotros, por Colombia, por esta patria querida, y trabajar juntos por la reconciliación, alrededor de ideales compartidos de paz, de convivencia, y de respeto. Quiero invitarlos a que veamos en este momento un momento de cambio, de transformación que nos permita creer en un mejor mañana no con la exigencia de lo inalcanzable, sino con la certeza de lo posible”.

Minutos después, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, radicó el nuevo Acuerdo Final y la proposición de refrendación ante el Congreso de la República. Con ello se espera que el próximo martes empiece a ser debatido y que el jueves concluya positivamente la refrendación. Si se cumplen las estimaciones, el 1 de diciembre sería el Día D y el 6 de diciembre los guerrilleros de las Farc iniciarían su traslado a las zonas veredales de concentración, en donde, a lo largo de seis meses, le entregarán gradualmente sus armas a la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Voces y expectativas

firma bogota 2 2En la Plaza de Bolívar, en Bogotá, se vivió minuto a minuto con emoción la firma del nuevo acuerdo de paz. VerdadAbierta.com consultó a varios asistentes. Foto: Juan Diego Restrepo E.Carlos Lozano, director del Semanario Voz, advirtió que la refrendación a través del Congreso es la mejor opción por las circunstancias actuales, pero alertó sobre los riesgos que implica, entre otras razones porque el gobierno nacional no tiene control total sobre la totalidad de su bancada y desconoce cuál será la postura de Cambio Radical y del Partido Conservador, cuyos votos son clave.

“La refrendación de pronto es más fácil, pero luego viene la implementación y el gobierno tiene que garantizarla y no lo veo muy claro todavía. Hay que acompañarlo desde fuera, con movilización social, popular, democrática, respaldando esto que es fundamental y vital. Ese esfuerzo hay que hacerlo desde la sociedad civil, no sólo la izquierda, sectores democráticos, progresistas y todos los amigos de la paz. Con ese empeño es posible”, planteó.

A la par, consideró que el apoyo popular se puede resentir por las decisiones que el gobierno nacional está adoptando en materia económica: “Lo de La Habana y la paz está muy bien, pero aquí vemos una reforma tributaria; y la Cumbre Agraria, que acompaña la paz, está muy indignada porque no le han resuelto sus compromisos”.

Por esa razón, le sugirió a la administración del presidente Santos “una agenda para la paz, que incluya la parte social porque no puede ser que en La Habana se pacte la paz del silencio de los fusiles, pero aquí la parte social se agrava. En todo eso tiene que pensar el gobierno y paradójicamente este proceso de implementación de los acuerdos estarátambién en el marco de luchas sociales, de movilizaciones populares, de paros y de agitación social, y de guerra sucia”.

Otro tema que salió a relucir en esta nueva etapa que afrontará el proceso de paz es el de la oposición, que en días anteriores desconoció el nuevo acuerdo y pidió más ajustes. Para Horacio Serpa, dirigente del Partido Liberal, esos sectores deben aportar en las etapas de refrendación e implementación, puesto que “el país quiere convivencia, no más violencia, que se acaben rencillas, que dejemos los odios y venganzas. Creo que es el momento de lograr para Colombia lo que no se ha logrado en dos siglos, no en 50 años sino en dos siglos”.

Clara Rojas, congresista que estuvo secuestrada durante seis años por las Farc y dio a luz en cautiverio, destacó que con el Acuerdo Final hay un compromiso de que no habrá más víctimas. Además, es optimista sobre el reto que enfrentará el Congreso a partir de la próxima semana, y recordó que “el gobierno no tenía ni obligación de hacer plebiscito ni de pedir refrendación por el Congreso. Había todas las opciones. De manera que no se trata de polarizar más el país”, y concluyó reafirmando su posición ante este proceso: “lo hemos apoyado desde el día uno y lo apoyaremos hasta que esto funcione”.