Edna Rosa Guerra es una madre soltera que vive en la comuna nororiental de Medellín y trabaja en casas de familia para criar a sus hijos. Su hijo está desaparecido.
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| Edna Rosa Guerra busca a su hijo Juan que habría desaparecido en manos de los paramilitares. |
Edna Rosa Guerra recuerda a su hijo a la usanza paisa: “Juan era el machote, era el mayor, ya tenía 20 años. Había trabajado en construcción, era un muchacho muy obediente. Un día le dijo a la mujer que se iba a trabajar y desde ese día no lo volví a ver.
“Al año, un amigo de él me dijo que lo había visto con los ‘paras’. El amigo de él me dijo que no podía hacer nada, que no se podía volar, que no podía llamar porque después los ‘paras’ nos buscaban a nosotros.
“Un día llegó una bulla al barrio que habían matado a Juan, pero no sabemos pues nunca apareció el cuerpo.
Después del asesinato de Juan, Edna Rosa Guerra no averiguó por el paradero de su hijo, pues tenía miedo que los paramilitares les hicieran algo a sus otros dos hijos.
Un día la llamaron y le contaron sobre las madres de la Candelaria, una organización de víctimas del paramilitarismo en Medellín. Edna Rosa Guerra y varias madres del barrio Pablo Escobar se entrevistaron con jefes paramilitares desmovilizados para indagar sobre el paradero de sus hijos.
Edna Rosa Guerra dice que “fui a la cárcel y el señor Ramón Isaza me dijo que tiraba los cadáveres al río. Le pregunté que si él los botó, que diga a quien botó. Ramón Isaza dijo que no se acordaba. Yo sólo quiero saber la verdad, la que sea. Tengo valor para que me entreguen a Juan como sea”.
