El ex paramilitar aseguró que agentes del Estado apoyaron a las Auc en los asesinatos de Mario Calderón y Elsa Alvarado, y de Jaime Garzón. Dijo que Carlos Castaño asesinó a Héctor Abad.
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En un pequeño cuarto de una correccional de la ciudad de Miami, en Estados Unidos, acompañado de su abogada, Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, reanudó sus audiencias de versión libre ante fiscales de la Unidad Nacional de Justicia y Paz, suspendidas de desde mayo de 2009, señalando que sectores del DAS e Inteligencia Militar fueron los apoyos de Fidel y Carlos Castaño Gil en la comisión de varios crímenes.
En sus primeras declaraciones a fiscales de la Unidad Nacional de Justicia y Paz, este exjefe paramilitar y confeso narcotraficante, reiteró su deseo de colaborar con la justicia y de aportar a la reparación de las víctimas. Y justamente uno de sus aportes fue el de aclarar cómo se realizaron varios asesinatos contra personas que mantenían una posición crítica y de izquierda en sus reflexiones académicas, investigaciones de campo, actividades sindicales y periodísticas.
“En cualquier acción urbana siempre se contaba con el apoyo de la Fuerza Pública”, admitió el exinspector geneal de las Autodefensas Unidas de Colombia y excomandante de los bloques Cacique Nutibara, Héroes de Granada y Héroes de Tolová.
De acuerdo con alias ‘Don Berna’, los apoyos recibidos por parte de sectores de los organismos de seguridad obedecían a la identidad ideológicay política con el proyecto contrainsurgente que impulsaban las nacientes estructuras de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) y eran coordinados directamente por Carlos Castaño Gil.
Papel de Inteligencia Militar
Uno de los casos expuestos por el exparamilitar fue el de los investigadores sociales Elsa Alvarado y Mario Calderón, que trabajan para el Centro de Investigaciones y Educación Popular (Cinep), y del padre de Elsa, Carlos Alvarado. Según ‘Don Berna’, la decisión se tomó luego de que Castaño recibiera información de Inteligencia Militar aportada por el coronel Gonzalo Plazas Acevedo, conocido con el alias de ‘Don Diego’, quien era del B2 del Ejército en Bogotá.
Plazas fue condenado a 40 años por el secuestro y asesinato del industrial israelí Bejamín Khoudari pero se voló el 25 de julio de 2003 de la Escuela de Caballería en Bogotá, desde entonces está prófugo de la justicia.
“Los informes de Inteligencia Militar decían que los investigadores hacían parte de la estructura del Eln, y manejaban la parte política y social”, indicó alias ‘Don Berna’.
La comisión de este crimen, perpetrado en Bogotá el 19 de mayo de 1997, fue delegada a la banda La Terraza, comandada por Elkin Mena Sánchez, alias ‘El Negro Elkin’, quien personalmente ejecutó la acción acompañado de dos hombres y una mujer de su confianza, identificados tan solo por sus alias: ‘San Pedro’, ‘Carlitos’ y ‘Ángela’.
“Cuando recibieron la orden de matar a los investigadores, se desplazaron por tierra a Bogotá, donde fueron recibidos por hombres de Inteligencia Militar, quienes, además, les dieron las armas”, explicó Murillo Bejarano. Una vez cometido el crimen, regresaron a Medellín vía terrestre.
Al respecto, la justicia condenó a Juan Carlos González Jaramillo, alias ‘El Colorado’, a 40 años de prisión y Walter Josué Alvarez Rivera, a 45 años, al encontrar evidencias como autores materiales; como cómplices fueron sentenciados Vanderley Vargas García a 55 meses de prisión y Gabriel Jaime Alvarez Paniagua a 20 meses. Al proceso fueron vinculados los hermanos Fidel y Carlos Castaño Gil, como determinadores del crimen. Hasta el momento, ningún alto oficial del Ejército ha sido vinculado penalmente para que responda por este triple homicidio.
Otro de los crímenes relatados, en lo que también participó Inteligencia Militar, fue el del humorista Jaime Garzón, ocurrido en Bogotá el 13 de agosto de 1999. Según el exjefe paramilitar, quien insistió en ese crimen fue el exsubdirector del DAS, José Miguel Narváez, un hombre, según él, “orgánico” de la organización contrainsurgente.
“Un día llegó Narváez a la finca La 21, en Valencia, Córdoba, con la información de que Jaime Garzón hacía parte de la estructura de las Farc. Dejó una carpeta con todos los datos y luego Carlos (Castaño) decidió darle de baja”. Para acometer tal crimen volvió a llamar al ‘Negro Elkin’, de la banda La Terraza, quien viajó nuevamente a Bogotá con tres personas.
Luego de ser recibidos por miembros de Inteligencia Militar, el grupo de sicarios le hicieron seguimientos al humorista, estudiaron su rutina apoyados por Inteligencia Militar y después de estar seguros de los movimientos de Garzón lo abalearon en una calle de Bogotá. “El ‘Negro Elkin’ y sus hombres siempre actuaban sobre seguro, pues sabían que tenían el apoyo de los militares”, agregó alias ‘Don Berna’.
Conscientes del impacto que causaría este homicidio a nivel nacional e internacional, Castaño llamó a Murillo Bejarano para evaluar la situación y una vez hechas algunas consideraciones, le hizo jurar sobre una Biblia que nunca hablaría de ese tema.
Por este caso, el vocero nacional de las Auc fue vinculado al proceso el 24 de abril de 2000 y el 29 de junio de ese mismo año se le impuso medida de aseguramiento por el delito de homicidio agravado. Asimismo, el exsubdirector del DAS fue acusado formalmente por la Fiscalía General de la Nación el 20 de junio de 2011 y llamado a juicio para que respondiera por el delito de homicidio agravado. De acuerdo con el ente acusador, Narváez instigó a Carlos Castaño para que ordenara el asesinato del humorista. Hasta el momento no se ha proferido sentencia alguna. Por este mismo caso, el vocero de las Auc fue vinculado al prceso el 24 de abril de 2000
El 24 de abril del 2000 se vinculó a Castaño y el 29 de junio del mismo año se le impuso medida de aseguramiento de detención preventiva como presunto infractor de homicidio agravado.
De la mano con el DAS
Pero no sólo Inteligencia del Ejército fue salpicada con las declaraciones del exjefe paramilitar. El DAS nuevamente fue puesto en el centro de la polémica, pues alias ‘Don Berna’ narró cómo varios homicidios cometidos en Medellín y Urabá contaron con la complicidad de agentes de esta agencia de seguridad, liquidada por el actual Gobierno Nacional, debido a los escándalos de corrupción en sus actuaciones judiciales.
Uno de los crímenes cometidos con el apoyo del DAS fue eldel diputado de la Unión Patriótica en Antioquia Gabriel Jaime Santamaría, quien fue abaleado en su oficina en la sede de la Asamblea Departamental el 26 de octubre de 1989 por un joven sicario, a quien alias ‘Don Berna’ llamó ‘Suiso’, por aquello de que era una labor suicida, pues dada la seguridad del lugar era claro que no saldría con vida.
“Carlos ordenó la muerte del Presidente de la Asamblea de Antioquia”, dijo el exparamilitar y luego narró como los propios escoltas del diputado, adscritos al DAS, le facilitaron la tarea al sicario, dejándolo entrar al recinto y entregándole el arma con la cual ejecutó el crimen.
Una vez realizada la acción suicida, los propios escoltas del DAS ajusticiaron al sicario, en una reacción calculada, según alias ‘Don Berna’, para “borrar todo vestigio del testigo”. Según este exjefe paramilitar, Castaño pagó las honras fúnebres del joven y le entregó un dinero a su madre.
El segundo crimen con estas características se cometió en el Urabá antioqueño el 26 de febrero de 1990. La víctima fue la alcaldesa de Apartadó, Diana Cardona, militante de la UP. “la decisión también la tomó Carlos y en esa ocasión cuatro paramilitares utilizaron un carro similar en el transportaban a la señora, y por acuerdos con los escoltas del DAS para que se retrasaran unos minutos, la recogieron y la asesinaron luego en las afueras de la localidad”.
Para justificar estos crímenes y muchos otros cometidos en Antioquia a finales de la década del ochenta y comienzos del noventa, Murillo Bejarano aseveró que la UP “era el brazo armado de las Farc” y por esa razón las nacientes autodefensas de los Castaño las declararon “objetivo militar”.
Según alias ‘Don Berna’, un cuaderno que siempre portaba Fidel Castaño contenía decenas de nombres de personas que, según le había informado Inteligencia Militar, eran de la guerrilla. “Fidel era un hombre muy radical y todo lo que veía cercano a la izquierda era de la guerrilla”.
No es la primera vez que Murillo Bejarano hace referencia a los nexos del DAS con el paramilitarismo. Hace pocos días se conoció una versión suya dada a autoridades colombianas y estadounidenses en la que afirmó que las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) recibieron ayuda de esta agencia de inteligencia para desacreditar a la Corte Suprema de Justicia. En esa ocasión dijo que “el DAS siempre ha sido muy cercano a las autodefensas”.
Castaño asesinó a Héctor Abad Gómez
Uno de los datos que más llamó la atención de los fiscales fue la confesión que hizo el exjefe paramilitar sobre la muerte del médico y activista de derechos humanos, Héctor Abad Gómez, quien fue acribillado en una calle del centro de Medellín a plena luz del día el 25 de agosto de 1987 por el propio Carlos Castaño.
La historia surgió cuando la Fiscalía le preguntó a alias ‘Don Berna’ qué papel tenían los hermanos Castaño en Medellín a finales de la década del ochenta. El exjefe paramilitar explicó que pese a que ellos tenían su zona fuerte en el departamento de Córdoba, consideraban a la capital antioqueña estratégica en sus pretensiones de ganarle terreno a las guerrillas de las Farc y el Eln.
“Para finales de los ochenta quien tenía el control de la guerra urbana en Medellín era Carlos, que lideraba un grupo de cinco o seis hombres y eran ayudados por militares, para ejecutar acciones contra la guerrilla”, precisó alias ‘Don Berna’. Y agregó que en desarrollo de esas operaciones “ejecutó personalmente a Héctor Abad Gómez y al Presidente de Adida”, refiriéndose a Luis Felipe Vélez Herrera, líder de los docentes en el departamento.
Según Murillo Bejarano, la historia de este asesinato la escuchó de boca del Carlos Castaño, quien justificó el crimen aduciendo que el médico Gómez hacía parte de las estructuras de la guerrilla del Epl y que con su labor como defensor de derechos humanos “hacía denuncias que afectaban a las Fuerzas Armadas, haciéndole el juego al Epl. Por eso Carlos tomó la decisión de ejecutarlo”.
En su relato también se refirió al homicidio de Pedro Luis Valencia, Representante a la Cámara por la UP, cometido el 11 de agosto de 1987 en el occidente de Medellín. “Recuerdo que Carlos fue personalmente a ese operativo con miembros de la IV Brigada”, precisó el exparamilitar.
Ante algunas preguntas de la Fiscalía sobre otros nexos del paramilitarismo con miembros de la Fuerza Pública, alias ‘Don Berna’ se abstuvo de hacer referencias precisas a ellas con nombre propio alegando razones de seguridad, pero sí hizo alusión al general Farouk Yanine Díaz, a quien tuvo la oportunidad de conocer en Medellín, durante una reunión del oficial con Fidel y Carlos Castaño Gil.
“Este General era clave en la lucha antisubversiva y en el apoyo a las autodefensas, en asuntos logísticos, de relaciones con otros oficiales y con información”, aseveró Murillo Bejarano. El general Yanine Díaz murió el 29 de agosto de 2009, días después de que la Fiscalía lo vinculara a la investigación por la masacre de La Rochela, en la que fueron asesinados 12 investigadores judiciales, y que fue cometida por paramilitares del Magdalena Medio en 1989.
Si bien, no hizo más alusiones personales a oficiales de la Fuerza Pública, lo que sí tenía claro este exjefe paramilitar era el sentido de su lucha. Según él, “éramos unos defensores de la democracia”.