En ese municipio de Meta atribuyen el asesinato de dos líderes sociales y miembros del Partido Comunista a exintegrantes de esa guerrilla que no se acogieron al proceso de paz. El temor en la región es que las disidencias aumenten y con ellas, la violencia.
A comienzos de esta semana comenzó a circular un comunicado con una triste noticia: el asesinato de los hermanos José Antonio y Luz Ángela Anzola Tejedor, miembros del Partido Comunista y del Sindicato de Trabajadores Agrícolas Independientes de Meta (Sintragrim), ocurrido el domingo pasado en la vereda El Gobernador, de Mesetas, Meta.
La primera víctima fue José Antonio, asesinado a las cinco de la tarde en el camino que comunica a las veredas El Gobernador y Buenos Aires. Dos horas después, tres hombres ingresaron a la finca donde vivía Luz Ángela, hicieron tender en el piso a todos los presentes y le dispararon en la cabeza.
El hombre que tomó la vocería, sin decir su nombre o alias, se identificó como un disidente de las Farc que no quiso acogerse al proceso de paz y señaló que de ahora en adelante sería el comandante de esa área. Además, indicó que tenía muchas personas que matar, lanzó la amenaza de que quien no trabajara bajo sus órdenes debía irse de la región, y reconoció que había asesinado a José Antonio.
Como antecedente a esos hechos, está el desplazamiento forzado del que fueron víctimas Luz Ángela y otro familiar, quienes estuvieron por fuera de la región durante más de seis años, por amenazas de muerte proferidas en su momento por hombres de las Farc, que los acusaban de ser “sapos”; a raíz de los avances del proceso de paz, decidió retornar a la vereda.
¿Paramilitares?
Tras conocerse el doble asesinato, las redes sociales se agitaron y empezaron a señalar como responsables a grupos paramilitares que intentan entorpecer el proceso de paz con la guerrilla de las Farc. Titulares como “El paramilitarismo sigue asesinando a militantes comunistas” fueron frecuentes durante esta semana.
Por otro lado, el Partido Comunista, a través de un comunicado, destacó a las víctimas como “parte de una familia campesina de arraigo reconocido, integrantes de organizaciones sociales y miembros de una familia de tradición comunista”; asimismo, planteó que el crimen no fue producto del azar y cuestionó las versiones que circularon tras el crimen.
“Asombra el expediente de los sicarios enmascarados que se autoproclaman como “disidentes” de un frente de las Farc, la ejecución de Luz Ángela delante de sus hijos y demás familiares y, más grave aún, el informe público de la Policía Nacional del departamento del Meta que presenta estas ejecuciones como el homicidio de dos ladrones que habrían ido a robar a una finca. Esta grosera e irresponsable aseveración por cuenta de un organismo del Estado indica encubrimiento, tergiversación de los hechos y justificación de un claro crimen político que atenta contra el proceso de implementación de la paz”, señala el documento.
Además, planteó otra hipótesis sobre los responsables: “Es evidente que los aparatos paramilitares están desplegados alrededor de las Zonas Veredales Transitorias de Normalización y que no son objeto de represión por la Fuerza Pública, pese a las denuncias ante elConsejo de Seguridad que tuvo lugar el 1 de marzo en Jardín de Peñas, municipio de Mesetas. El plan paramilitar de importar el terror en áreas rurales del proceso de paz no es inocente ni espontáneo, hace parte del Plan Victoria de contrainsurgencia que busca el aislamiento de las ZVTN y prepara el ambiente para nuevas agresiones por fuera del cese al fuego bilateral y definitivo”.
Según supo VerdadAbierta.com, días antes del asesinato de los hermanos Anzola, en Medellín del Ariari, una inspección de Policía ubicada entre Mesetas y La Uribe, se presentaron seis hombres que se autodenominaron como “paramilitares” y señalaron iban a hacer “boleteo” (cobro de extorsiones) en la zona. Es un sector apartado de la vereda El Gobernador. Conocedores de la región afirman que la versión del Ejército es que “ha llegado gente a nombre del ‘Clan del Golfo’”, nombre dado por el gobierno nacional a las llamadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia, surgidas a mediados de 2006, tras la desmovilización colectiva de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).
En declaraciones a la prensa, Islena Rey, directora del Comité por la Defensora de los Derechos Humanos del Meta, aseguró que esa información había sido puesta en conocimiento de las autoridades, pero la descartaron: “Nosotros alertamos a la institucionalidad de que estaban esos hombres, que estaban intimidando a los campesinos, que a veces decían que eran de las disidencias de las Farc y otras que eran del ‘Clan Úsuga’. Ese grupo está por ahí desde hace rato, dicen que van a vaciar los territorios y que las zonas veredales se van a acabar”.
Sin embargo, tras consultar con diferentes fuentes, VerdadAbierta.com pudo establecer que en la región circula otra versión: que el doble homicidio fue cometido por disidentes de las Farc que se marginaron de los acuerdos de paz.
Versiones
Un asistente al consejo de seguridad que se realizó tras el asesinato de los hermanos Anzola, le confirmó a este portal que la Policía y el Ejército han manifestado que en la región efectivamente hay una disidencia: “De hecho, hace 15 días, unos guerrilleros se salieron del campamento y no volvieron. Dice la comunidad que parece que ellos son los que han tratado de organizarse e intimidar. Los organismos de la Fuerza Pública están haciendo inteligencia para determinar qué está pasando”.
Al respecto, la Fundación Ideas para la Paz (FIP) ha identificado que en el departamento de Meta existe el potencial riesgo de que se presenten disidencias o deserciones. Eduardo Álvarez, coordinador del Área de Dinámicas del Conflicto y Negociaciones de Paz de la FIP, indicó que “en la zona de Mesetas tenemos al Frente 27 y alguno del 43 con potenciales disidencias, nos preocupan las fracturas que puedan afectar a líderes sociales”.
Además de las posibles deserciones, la FIP ha señalado que en esa zona hay otros factores de riesgo, como cultivos de hoja de coca para uso ilícito y rutas de narcotráfico.
Los riesgos que afrontan las zonas de concentración
En ese municipio está instalada una de las tres Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) del departamento de Meta, en las que los miembros de las Farc estarán concentrados hasta el 30 de mayo para preparar su tránsito a la vida civil y entregarle gradualmente sus armas a la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Rodrigo*, un investigador que conoce las dinámicas de los Llanos Orientales, le confirmó a VerdadAbierta.com que en el municipio se habla con fuerza y temor sobre la presencia de una disidencia: “Esa situación debe esclarecerse pronto porque genera mucha zozobra. De no darse con los responsables de ese hecho, la gente sentirá que existe un proceso de desmovilización con una de las zonas veredales más grande del país, pero que a la par puede darse una irrupción de fuerzas que quiere ocupar esos territorios históricos de las Farc”.
Agregó que se tenía conocimiento de la presencia de disidentes en el sur de Meta y en Guaviare, pero que hasta el domingo se desconocía que existieran en un municipio tan cercano a Granada y Villavicencio.
Otro componente que genera temor es la posible disputa violenta que se pueda desatar por las tierras de las Farc. De acuerdo con reportes y operativos de la Fuerza Pública, en los departamentos de Meta y Caquetá, la organización guerrillera se apropió de vastas extensiones de tierra, particularmente en los municipios donde se desarrolló la zona de distención durante los diálogos de paz con el entonces presidente Andrés Pastrana Arango (1998-2002), entre ellos Mesetas.
“Es posible que los disidentes se quieran quedar con las tierras. La gente que está en disidencia tiene información valiosa de quiénes son sus testaferros o a quiénes les adjudicaron esas tierras. Las disidencias guardan la memoria institucional y saben quiénes tienen las tierras que eran de ellos. La mayoría no tienen escrituración pública”, advirtió Rodrigo.
Sobre ese particular, Álvarez indicó que “las Farc en su momento adquirieron muchas tierras, se sabe que en esa zona invirtieron, y mucho. El tema es que si estas disidencias arrancan a reclamar ese botín de guerra, los temas de violencia pueden aumentar, pueden ser graves. Es una gran incógnita el comportamiento de las disidencias y está muy acorde con los intereses que están en juego en cada región, tanto económicos como políticos”. Además, alertó: “Si existen, no se sabe cuál es el estado de esas disidencias: si se mantienen unidas, si se separan, si empiezan ciclos de venganza contra sus excompañeros, contra líderes que le están apostando al proceso”.
Por consiguiente, si se desata ese nuevo foco de violencia a manos de disidentes, también podrían generarse repercusiones para el proceso de restitución de tierras. En el municipio de Mesetas, hasta el 11 de enero del presente año, se radicaron 402 solicitudes de restitución, equivalentes a 366 predios. Se espera que una vez las Farc dejen las armas ese número aumente, pero con un nuevo actor armado, pretendiendo mantener tierras mal habidas, el proceso se puede truncar.
Por esa razón, Rodrigo insta a las autoridades y a las Farc que reconozcan públicamente si existe una disidencia en Mesetas, como ya lo hizo anteriormente el grupo subversivo, cuando anunciaron a través de un comunicado fechado el pasado 13 de diciembre la expulsión de su organización de cinco mandos que no se acogieron al proceso de paz, y a mediados de enero aclararon que Marco Antonio Manyoma, quien entró en disidencia y se pasó a la banda criminal de ‘Los Urabeños’ en Buenaventura, asesinó a su hermana Emilsen (reconocida líder social) y a su cuñado.
Si bien los indicios apuntan a que los responsables del asesinato de los hermanos Anzola Tejedor son una disidencia de las Farc, conocedoras de las viejas rencillas del grupo subversivo con esta familia, es urgente que las autoridades aclaren el doble crimen para tranquilidad de las comunidades campesinas y sus líderes.
Nota de la redacción:Hasta el cierre de este artículo VerdadAbierta.com intentóhablar con voceros de las Farc, con el comandante de la Policía de Meta y con el Alcalde de Mesetas, pero no fue posible entablar comunicación.
* Nombre cambiado por petición de la fuente.