Débora Barros es una sobreviviente de la masacre de Bahía Portete, líder de la comunidad Wayúu y defensora de los derechos de su pueblo. Viene de una familia de pastores, pescadores, artesanos y tenía una tienda en el pueblo de Bahía Portete.
Débora Barros perdió a parte de su familia y tuvo que huir de su tierra después de la masacre de Bahía Portete en abril de 2004. |
El 18 de abril 2004 paramilitares del Frente Contrainsurgencia Wayúu del Bloque Norte de las AUC al mando de Arnulfo Sánchez González, alias ‘Pablo’ y José María Barros Ipuana, alias ‘Chema Bala’, irrumpieron en una ranchería de Bahía Portete, en la Alta Guajira y asesinaron a 12 Wayúus y desaparecieron a 30 más. El Frente Contrainsurgencia Wayúu llegó a la región, un punto estratégico para enviar droga y recibir armas y contrabando.
Débora Barros cuenta que unas semanas antes de la masacre la comunidad le había advertido al Ejército de las amenazas de los paramilitares. Ante el llamado, el Ejército hizo presencia en la zona pero tres días antes de la masacre los militares se retiraron de la zona. “Les rogé que se quedaran, pero el teniente que estaba a cargo me dijo que los habían enviado a otra zona”, recuerda Débora.
El 18 de abril de 2004, entraron a la ranchería wayúu más de 150 paramilitares que se movilizaban en camperos y motos. Para Débora la incursión fue planeada a tal punto que sabían quienes iban a ser sus víctimas: las mujeres. “Mataron a mi tía Margot, una autoridad tradicional reconocida por el ministerio del Interior”.
“Luego los paramilitares fueron bajando casa por casa. Llegaron a mi hogar, donde yo nací, donde jugué, donde crecí. Ahí mataron a mi tía, que me crió, que fue como mi madre, me dio todo y que hoy me hace tanta falta. Otra tía mía desapareció, también mi prima de trece años y dos familiares más.
“Los paramilitares nos dieron 24 horas para sacar las familias y los cuerpos de Bahía Portete. Ocho mujeres fuimos a recoger a la gente, eso era horrible, como una pesadilla., las personas estaban muriéndose de sed, tomando agua del mar, con los pies destrozados”.
Según dice Débora Barros unas 320 familias de la comunidad huyeron a Venezuela. Algunos atravesando la Alta Guajira a pie.
Débora Barros añade que “nuestro mayor sueño es volver. Sólo queremos que nos digan la verdad, donde está el cuerpo de Diana Fince, de Reina Fince, delos otros Wayúus, de mis hermanos. Que digan donde están”.
En noviembre de 2007 Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’ reconoció ser responsable de la masacre porque “habían identificado que se dedicaban al secuestro y al robo”.
Débora Barros además de perder a cinco familiares en la masacre se alejó de su tierra natal. La comunidad perdió además a varios líderes, entre ellos mujeres, que para los Wayúu son esenciales, pues la comunidad tiene una organización matrilineal.