Cali ‘siembra’ mil semillas de paz y reconciliación

      

En la capital de Valle del Cauca un millar de personas en situación de vulnerabilidad extrema trabajan con ahínco para promover la sana convivencia, la resolución de conflictos por medio del diálogo, la prevención del reclutamiento de menores de edad y la hermandad.

gestores paz cali 1La primera fase de los gestores de cultura ciudadana para la paz se empezó a implementar en las estaciones y paraderos del sistema masivo de transporte público de Cali, conocido como MÍO. Foto: Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana de Cali.Francelina es una desplazada de El Charco, Nariño, que padeció toda clase de violencia en su tierra natal por parte de los actores del conflicto armado y desde 2006 “sobrevive” en Cali; Alexander perteneció a una de las pandillas del Distrito de Agua Blanca y durante algunos años integró la red urbana de las Farc en la década de los 90; Susana* fue reclutada por el Eln cuando tenía once años edad y se desmovilizó trece años después; y Marta* militó durante diez años en las filas de las Farc.

Todos tienen un tormentoso pasado que los diferencia, pero en la actualidad trabajan codo a codo como gestores de cultura ciudadana para la paz. Ellos son parte de un variado grupo conformado por mil víctimas del conflicto, desmovilizados de grupos armados, expandilleros y jóvenes que viven en contextos de violencia, quienes, vistiendo camisetas, chalecos y gorras, hacen intervenciones artísticas en puntos neurálgicos de la capital vallecaucana para promover la buena convivencia y la reconciliación.

Esa es una apuesta de la Alcaldía a través de su Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana, que cuenta con el apoyo financiero de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), en un proyecto que es ejecutado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y que cuenta con la orientación del centro de pensamiento Corpovisionarios, dirigido por el exalcalde de Bogotá Antanas Mockus.

Basado en el modelo que desarrolló la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) para garantizar la permanencia en la sociedad civil de los excombatientes que dejaron las armas, el programa de cultura ciudadana define un proyecto de vida para sus participantes en el que reciben capacitación a nivel personal, familiar, educativo y productivo. Para desarrollar sus actividades los gestores de paz están contratados por prestación de servicios y devengan un millón de pesos mensuales.

Voces de reconciliación

gestores paz cali 2Con intervenciones musicales y teatrales, en donde predominan los ritmos del Pacífico, los gestores de paz transmiten sus mensajes en pro de la sana convivencia y la reconciliación. Foto: Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana de Cali.Marta ve este programa como una oportunidad para empezar de nuevo y un camino para enmendar los errores del pasado transmitiendo mensajes de cultura ciudadana, pero lo más importante, para construir paz: “No es fácil transmitirles a las personas el mensaje; la reconciliación no se va a dar de un momento a otro, pero trabajando con respeto y educación, la sociedad se dará cuenta de la necesidad de dar ese paso”.

Asimismo, esta exintegrante de la guerrilla de las Farc resalta que internamente el programa también es un laboratorio de reconciliación por el hecho de que víctimas y desmovilizados de grupos armado trabajan de la mano para lograr un objetivo común. “Así suene raro, yo también soy víctima. Los paramilitares mataron a mi hermana, que no hacía parte del grupo ni nada: fue violada, torturada y finalmente asesinada. Me dio muy duro conocer a desmovilizados de grupos paramilitares, pero igual uno tiene que perdonar para recibir el perdón de otras personas”, plantea esta mujer.

Y también destaca la necesidad de apoyar a los desmovilizados para poder reintegrarse a la sociedad: “Cuando uno llega a la ciudad no es fácil, es como volver a nacer y uno tiene temor al rechazo. Sólo con la ayuda y el estudio, se entiende lo errado que estaba uno. Es importante recibir una oportunidad para cambiar, recibir educación y demostrarle a la sociedad que uno no es malo por naturaleza. Todos merecemos una segunda oportunidad y el perdón”.

Susana y Francelina también coinciden con Marta y destacan la importancia del trabajo que están realizando víctimas y desmovilizados. “Eso también es un proceso de paz, es un proceso heroico. Es muy valioso darle a los demás una segunda oportunidad. Esta vía de reconciliar a víctimas y victimarios, para que trabajen por la cultura de paz, no tiene nombre. Es difícil, pero nos hemos compactado bien; trabajamos y no hay roces, estigmatización ni discriminación”, cuenta con emoción Francelina, quien quedó viuda en el año 2000 y aún no sabe quién asesinó a su esposo.

Y ella es una convencida de la reconciliación: “Yo creo que a través de la oralidad, de las puestas escénicas y de todo lo que estamos haciendo en esta estrategia de inclusión, la gente se puede sensibilizar y creer que sí es posible, que aún es tiempo de lograr la paz para vivir en hermandad y en armonía. Querer es poder, dicen los viejos”.

Para Alexander, quien en 1996 salió de los círculos de la violencia urbana, ese programa representa una gran oportunidad para construir paz porque “si no hay voluntad, apoyo ni empleo, la paz no existe.La paz es oportunidades, porque como decimos nosotros en el barrio, una mente vacía es una mente inquieta, en cambio, una mente llena piensa en lo bueno y no en lo malo”. Y cuenta que trabaja con jóvenes “que eran de pandillas, de quienes en el barrio decían que eran una porquería, pero ahora dicen que son unos señores: cuando uno porta este uniforme es un ciudadano y tiene que respetar a los demás”.

La lógica detrás de gestores de paz

gestores paz cali 3El pasado jueves se hizo el lanzamiento de la campaña de los gestores de cultura ciudadana para la paz. 500 se especializan en labores de convivencia y se identifican con camisetas celestes, los otros 500, de camisetas verdes, se especializan en temas medioambientales. Foto: VerdadAbierta.com.Rocío Gutiérrez Cely, secretaria de Paz y Cultura Ciudadana de Cali, explica que el programa de gestores de cultura ciudadana para la paz es producto de tres objetivos que se trazó la administración del alcalde Maurice Armitage: la generación de ingresos, la educación para el desarrollo y la apuesta en la cultura ciudadana para la paz. “En la medida en que se generen transformaciones en las lógicas de cotidianidad de los ciudadanos, las condiciones de violencia y otros aspectos empiezan a tener transformación”, plantea la funcionaria.

Además, señala que ese proyecto también se articula con las líneas de prevención de violencia y de reconciliación: “Cali le apuesta a la paz y a la reconciliación. Entendiendo la ciudad receptora de población vulnerable a causa del conflicto armado, en donde hay registradas más de 189 mil víctimas y 1.500 desmovilizados de diferentes grupos armados, el asunto se convierte en un epicentro de necesidad de estructurar acciones de reconciliación”.

Destaca, también, el acompañamiento integral que están recibiendo los mil gestores de paz. “No se trata de una oferta de empleo, se trata de un programa de intervención social, en donde se le genera un acompañamiento a través de la transferencia de un modelo usado por la ACR. Es un modelo que está estructurado en la superación de la vulnerabilidad a través de la intervención de ciertas dimensiones de cada sujeto, pero enganchando a la lógica de que los participantes le retribuyan algo a la ciudad a través de acciones concretas tanto en materia de cultura ciudadana como de medio ambiente y reconciliación”.

Intercambio epistolar ambienta reconciliación con las Farc en las ciudades

Cali pretende ser la capital de la paz y diferentes sectores están trabajando con ahínco por la reconciliación. Cientos de mujeres y jóvenes, desde sus capacidades y limitaciones, se comprometieron en esta tarea. Resultado de ellos son, por ejemplo, las madres que bordan telares para construir tejidos de paz y los jóvenes que iniciaron un diálogo por medio de cartas entre ciudadanos y miembros de las Farc que están concentrados en las Zonas Veredales Transitorias de Normalización.

* Nombre cambiado a petición del entrevistado.