Ana Isabel Gómez nació en 1950. Vivió toda su vida en Unguía, Chocó donde trabajaba con su esposo en las fincas de la región para mantener a sus nueve hijos.
Ana Isabel Gómez, asesinada en abril de 2009, lideraba desplazados que reclamaban tierras arrebatadas por los paramilitares. |
Una noche del 2002 los paramilitares del Bloque Elmer Cárdenas de las Auc llegaron a la finca donde trabajaba Ana Isabel Gómez y asesinaron a su patrón Germán Ocampo. Los paramilitares ordenaron a los 30 parceleros que cultivaban la tierra allí que desocuparan la propiedad.
Según escribió Ana Isabel Gómez en un diario, los campesinos que no atendieron la orden fueron asesinados al día siguiente, cuando los ‘paras’ regresaron a hacer el inventario de las reses y las tierras que acaban de robar.
Huyendo la violencia Ana Isabel Gómez acabó por ocupar un lote baldío en Los Córdobas, población cordobesa en límites con Antioquia.
Allá la recuerdan como una mujer trabajadora, dedicada, recia y responsable con sus nueve hijos. En Los Córdobas Ana Isabel Gómez lideraba un grupo de 148 familias desplazadas que reclamaban tierras a Freddy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, ex comandante del Bloque Elmer Cárdenas. La mujer también hacía parte de la junta directiva del Comité de Familiares de Víctimas del conflicto (Comfavic).
El crimen
Dos semanas antes de su asesinato Ana Isabel Gómez denunció ante miembros del Gobierno que estaba siendo amenazada para que renunciara a su campaña por recuperar 300 hectáreas que las autodefensas les habían arrebatado a los campesinos en la región.
El 14 de abril 2009 a las 2:30 de la tarde dos sicarios en moto la asesinaron cuando llegaba a su casa. Ana Isabel Gómez fue ejecutada delante de su hija de 15 años.
Aunque las autoridades dicen no tener pistas sobre el caso, varios miembros de Comfavic sostienen que la muerte de Ana Isabel Gómez es similar a la de Yolanda Izquierdo, que fue asesinada por paramilitares en enero de 2007.
La muerte de Ana Isabel Gómez se suma a la de varios líderes de víctimas que intentaban recuperar tierras arrebatadas por los paramilitares. Con sus muerte se trunca el proceso de reparación de las víctimas, uno de los aspectos esenciales del proceso de Justicia y Paz.