El ex comandante del Bloque Tolima Diego Martínez Goyeneche alias ‘Daniel’ incriminó a varios miembros de la policía y el ejército quienes presuntamente le permitieron a las autodefensas lograr el control del Tolima.
En breve: En su versión libre los días 3, 4 y 5 de diciembre ante la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía el jefe paramilitar del bloque Tolima, Diego José Martínez Goyeneche, alias ‘Daniel’, señaló los presuntos vínculos entre las autoridades locales del departamento con las autodefensas.
Nombres de paramilitares mencionados: Carlos Castaño, Carlos Mauricio García Fernández, ‘Don Berna’, Miguel Arroyave, ‘Fabian’, ‘Moises’, ‘Cara de Sapo’, ‘Juancho’, ‘Chocha gringa’, ‘Paisa’, ‘Augusto’, ‘Chala’ y ‘Guerrillo’. Miembros de las autoridades mencionados en la versión libre: Coronel Ciro Chitiva y Danilo Gonzáles; capitán Camilo Rodríguez; oficial Eduardo Calderón; Capitán Andrés Perdomo; ex alcalde de San Luis, Armando Gamboa. |
Diego José Martínez Goyeneche, alias ‘Daniel’, jefe del bloque Tolima. Foto: Fiscalía. – Perfil de Diego José Martínez Goyeneche – Perfil de Carlos Castaño – Perfil de ‘Don Berna’ – Perfil de Carlos Mauricio García Fernández – Bloque Tolima |
El ex comandante del Bloque Tolima Diego Martínez Goyeneche alias ‘Daniel’ incriminó a varios miembros de la policía y el ejército quienes presuntamente le permitieron a las autodefensas lograr el control del Tolima.
Diego José Martínez Goyeneche, alias ‘Daniel’, es un teniente retirado del ejército que decidió ingresar a las filas de las autodefensas de Cordoba y Uraba en 1999. Desde entonces se convirtió en uno de los hombres de confianza de Carlos Castaño, en algunos casos fue el encargado de abrir nuevos frentes paramilitares en el país.
En su versión libre del 3 ,4 y 5 de diciembre ante la fiscal de Justicia y Paz, María Patricia Meza González ‘Daniel’ contó que recibió la orden de comandar el bloque Tolima, una fuerza de apoyo de Carlos Castaño que en poco tiempo consiguió apoderarse de los municipios de Piedras, Líbano, Lérida, Ibagué, entre otros.
El Bloque Tolima surgió entre 2000 y 2002, como resultado de la unificación de varias bloques paramilitares como el de Ramón Isaza en el Magdalena Medio y el Bloque Centauros a cargo de Martín Arroyave. Este grupo paramilitar tuvo influencia en prácticamente todo el departamento y las autoridades consideran que fue el responsable del repliegue del frente 21 de las Farc y algunos reductos del Eln y el Erp. En el norte del departamento, en el corregimiento de Las Delicias, en Lérida, tenía su base de operaciones.
Para lograr establecer este bloque, que contaba con 207 hombres al momento de su desmovilización en octubre de 2005, el ex jefe ‘para’ sostuvo que el Coronel Ciro Chitiva y Danilo Gonzáles, quienes se desempeñaron como comandantes de Policía en el Tolima fueron presuntamente sus colaboradores.
De Chitiva señaló que, cuando se desempeñaba como comandante en el Tolima, presuntamente les pasaba información de inteligencia para ubicar a sus víctimas y además los ayudaba para entrar en poblaciones de control guerrillero. Mientras que de González, ex comandante de la Policía en este departamento y quien llegó a ser director del Gaula en Bogotá, dijo que, cuando se retiró, presuntamente les sirvió de enlace entre su bloque y la Policía.
‘Daniel’ también mencionó como presuntos colaboradores de las autodefensas al capitán Camilo Rodríguez, comandante de Inteligencia del Batallón Rooke en Ibague; al oficial Eduardo Calderón del CTI y al Capitán Andrés Perdomo de la Fuerza Áerea.
Según ‘Daniel’, el bloque Tolima consiguió consolidarse en el departamento porque reclutaron personal retirado del éjercito que eran nativos y manejaba la zona.
También confesó la forma en que los hombres bajo su mando imponían presión a los policías y militares de la región. Según ‘Daniel’, apilaban cuerpos en las comisarías y comandos de policía de los pueblos para manchar las hojas de vida de las autoridades que no se dejaban corromper por las autodefensas.
Fue así, pagando y amenazando, que Diego José Martínez Goyeneche consiguió expandir el control de su bloque dejando un prontuario de más de 770 víctimas registradas en SIJYP (Sistema de Información de Justicia y Paz).
En su versión libre Diego José Martínez, también se refirió al fenómeno de la parapolítica en el Tolima. ‘Daniel’ confesó haber entregado al ex alcalde de San Luis, Armando Gamboa, apoyo financiero para su campaña. Gamboa fue asesinado en el 2005.
La Fiscal delegada preguntó al ex jefe ‘para’ por el asesinato de 8 miembros pertenecientes al pueblo Pijao, ‘Daniel’ aseguró que el asesinato de indígenas no se encontraba dentro de las políticas de las autodefensas pero aseguró que la guerrilla tenía infiltrados en esa comunidad.
Como parte de la diligencia la Fiscalía presento a ‘Daniel’ un organigrama con las fotos de los miembros del bloque Tolima para que los identificara. Martínez argumentó que era difícil para él reconocer a sus hombres después de tanto tiempo.
Durante los días 4 y 5 de diciembre Diego José Martínez Goyeneche enunció más de 24 asesinatos que confesará en su versión libre. Los crímenes fueron ordenados por ‘Daniel’ y cometidos por sus hombres de confianza. Algunos de ellos responden a los alias de ‘Fabian’, ‘Moises’, ‘Cara de Sapo’, ‘Juancho’, ‘Chocha gringa’, ‘Paisa’, ‘Augusto’, ‘Chala’ y ‘Guerrillo’.
Alias ‘Daniel’ también relató en Justicia y Paz un episodio que aún es un enigma dentro las autodefensas. El fue testigo de cómo fueron los últimos años de uno de los mas importantes cabecillas de las Auc, ‘Doble Cero’. En el 2004, ‘Doble Cero’ huye a Tolima, acosado por el cerco que le tendieron Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, en el Magdalena y Nordeste antioqueños, y Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, en el Valle de Aburrá y el Oriente.
Aunque los jefes paramilitares, al mando de los bloques Central Bolívar y Cacique Nutibara argumentaron en su momento que la guerra contra el disidente jefe del bloque Metro obedeció a su renuencia a vincularse a un proceso de negociación política que, en esa época apenas se esbozaba, lo cierto es que García Fernández manejaba un multimillonario “negocio”, relacionado con el continuo robo de gasolina al poliducto de Sabastopol, que pasa por el Oriente y atraviesa el Valle de Aburrá.
‘Doble Cero’ siempre justificó su “disidencia” con el argumento de que la confederación de grupos que había surgido tras la cumbre en la que se habían convertido como Autodefensas Unidas de Colombia -Auc- (a finales de 1997) sirvió de pretexto para vestir de camuflado y dar un estatus político a los más grandes narcotraficantes colombianos de la época.
“Nadie mató más gente en Medellín que ‘Doble Cero’”, dijo una vez un delegado de un organismo internacional, quien pidió en su momento el anonimato, durante una exposición en la que explicó la forma como la guerra entre los grupos de autodefensas y de estos con la guerrilla influida en la situación de zozobra y en la oleada de crímenes que vivía la ciudad.
Macaco y don Berna acorralaron a ‘Doble Cero’ al punto que lo obligaron a quedarse solo, pues muchos de los combatientes del bloque Metro terminaron muertos o portando el brazalete de los bloques Central Bolívar, Cacique Nutibara o Héroes de Granada.
En Medellín, los combates tuvieron muchas repercusiones en las comunas occidental y oriental, con enfrentamientos que duraban días y noches enteras y que se escenificaban en medio de la población civil.
Cuando el Cacique Nutibara copó los espacios del Metro, prosiguió su campaña de exterminio en esas comunas contra los reductos de la guerrilla, proyecto que también se saldó con decenas de muertes, centenares de desplazados y utilizando las calles como trincheras.
Ese cruce de fuegos terminó con la controvertida operación Orión, en octubre de 2002, cuando en una acción oficial, que contó con la colaboración de todos los organismos de seguridad y la Fiscalía, el entonces comandante de la IV Brigada, general (r), Mario Montoya Uribe, anunció que el Estado había recuperado un territorio que antes se disputaron los grupos ilegales.
En ese momento, ‘Doble Cero’ desapareció de la escena del conflicto armado y solo se supo de él, en mayo de 2004, cuando lo mataron sus antiguos compañeros en una calle cerca de El Rodadero, en Santa Marta.
García Fernández huyó de Antioquia en busca de protección de uno de los pocos aliados que le quedaban en ese momento a Carlos Castaño, el también ex máximo jefe de las Auc, también asesinados por sus ex compañeros en abril de 2004.
Castaño y ‘Doble Cero’ tenían vínculos fuertes de amistad, pues fundaron las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá y se convirtieron en los instructores de miles de hombres que ingresaron a las filas de las autodefensas.