Así lo afirma alias ‘Erika Montero’, la única mujer que hace parte del Estado Mayor Central de las Farc, la máxima instancia de decisión de este grupo guerrillero.
En las cinco décadas de historia de la guerrilla de las Farc solo una mujer ha ocupado un alto cargo en la dirección de ese grupo alzado en armas. Se trata de Francy María Orrego, conocida dentro de las filas como ‘Érika Montero’, quien ingresó al grupo insurgente en 1978 y en 2015 fue ascendida al Estado Mayor Central, instancia donde se toman las decisiones estratégicas de la organización.
Alias ‘Érika Montero’ estuvo presente en la Décima Conferencia Nacional Guerrillera, celebrada en los llanos del Yarí, Caquetá, y allí atendió a VerdadAbierta.com para hablar sobre uno de lostemas más sensibles para las Farc: los abortos, la planificación y las acusaciones de violencia sexual entre las filas de la organización insurgente.
A finales de julio pasado, el saliente Fiscal General de la Nación (e), Jorge Perdomo, aseguró a través de diversos medios de comunicación que las Farc deberán responder ante la justicia por la práctica de delitos sexuales, asunto que se viene investigando de tiempo atrás.
“Contamos con documentos incautados que nos muestran que los abortos forzados fueron una política en las Farc. Llevamos más de dos años investigando casos de violencia sexual al interior de la guerrilla”, indicó Perdomo, quien basó su apreciación en el estudio de por lo menos 150 casos de los que se deduce que esta práctica fue una política en las filas del grupo alzado en armas.
La investigación de la Fiscalía es reforzada por Elda Neyis Mosquera, alias ‘Karina’, excomandante del Frente 47, unidad subversiva que hace parte del Bloque ‘Efraín Guzmán’ (anteriormente conocido como ‘José María Córdova’, del que hace parte alias ‘Érika Montero’. Esta desertora de las Farc aseguró ante los tribunales de Justicia y Paz que ella misma, en su paso por la guerrilla, practicó por lo menos tres abortos.
A pesar de los testimonios y las aseveraciones de la Fiscalía, alias ‘Érika Montero’ sostiene que dentro de las Farc no hay abortos forzosos sino deseados, que la violencia sexual jamás ha existido como política, que las guerrilleras toman libremente las decisiones sobre los hijos, pero reconoce que la mayoría de ellos han tenido que crecer sin sus padres. Ella misma tuvo una hija con la que no ha podido vivir por los embates de la guerra, así como tampoco estar al lado de sus tres nietas.
VedadAbierta.com (VA): ¿Cómo es la política frente a la mujer en las Farc en lo que respecta a abortos y planificación?
‘Érika Montero’(‘EM’): Nosotras tenemos el derecho a abortar si queremos. Aquí yo solicito el aborto consentido si no quiero tener ese hijo. Tengo el derecho. Igual, tengo el derecho a decir que no abortaré y que cómo sea lo sacaré adelante o que tengo el apoyo de x o y persona, de mi familia. Lo de la planificación igual: uno elige el método que mayor aceptación tenga el organismo. No se impone con qué tiene que planificar. Si quiere tiempo para uno, como todas las mujeres de Colombia, ninguna se embarcará en proyectos de maternidad cuando tiene otros planes de vida.
VA: Y cuando tienen los hijos, ¿crecen con ustedes en los campamentos?
‘EM’: No. Ha habido situaciones difíciles porque nuestros hijos han sido perseguidos. Una manera de refugiarlos ha sido traerlos por un tiempo. Dar unas travesías con ellos, buscar quién los recibe y sacarlos.
VA: Varias de las guerrilleras que han desertado han dicho que al interior de las filas hay violencia sexual y de género. ¿Qué responden ustedes?
‘EM’: Violencia de género como tal en las Farc, no. Pero sí de vez en cuando algún guerrillero se atreve, sobre todo gente nueva que trae sus comportamientos de la civil, donde el hombre ordena y determina sobre la mujer y habla de que ‘es mi mujer y ella hace lo que yo le diga’. Llega de pronto así, pero se choca porque nosotros tenemos el reglamento.
Es muy difícil decir rotundamente que no cuando llegaba gente nueva todos los días cuando estábamos reclutando personal. Es un intento que hacen algunos, pero no pueden materializar porque si yo soy una guerrillera, estoy armada, hay un cuerpo de mandos a mi alrededor, de guerrilleros más antiguos, que no permitirán jamás que me maltraten. Cuando más una mala expresión o un intento, pero de ahí no pasa. Y una mala expresión es maltrato, una mala palabra es maltrato. Pero de ahí a la agresión física, que pueda materializarla, no es posible.
VA: ¿Y de la violación?
EM: Jamás. No conozco yo un caso. Estoy en filas desde 1978 y no conozco un caso de violación a nivel interno de compañeras.
VA: Pero sí existen denuncias de las integrantes que han desertado…
‘EM’: Si hay denuncias, al organismo que las tenga le corresponde sustentarlas, investigarlas y que se mire. Pero yo meterle una mentira a los medios sobre lo que no he vivido ni he visto a mi alrededor… eso es imposible. Nuestro estatuto, nuestro reglamento, castiga la violación con pena máxima. O la castigaba porque en la medida que ha ido avanzando la mesa de conversaciones y el desescalamiento del conflicto, a nosotros también nos han dado órdenes y actuamos en consecuencia a lo que dice la Mesa (de Conversaciones). Entonces cuando ordenaron no más reclutamientos, de una, no más reclutamiento. Hace más de un año en la zona donde estoy no se recluta una persona, como producto del desescalamiento.
VA: ¿Qué pasará con las mujeres en la Jurisdicción Especial de Paz, especialmente con alias ‘Karina’, una desmovilizada de las Farc que se acogió al proceso de Justicia y Paz tras desertar de las filas guerrilleras?
‘EM’: El acuerdo dice que entran todos los implicados en conflicto.
VA: De otro lado, ¿a su juicio cuál será el papel de la mujer en el nuevo partido que ustedes conformarán?
‘EM’: Liderazgo, indiscutiblemente tendrá liderazgo. Además, nosotras tenemos la plena autoridad moral porque hemos estado hombro a hombro en todas las tareas de la organización de exigir nuestro puesto.
VA: Sin embargo, hasta ahora la mujer casi no ha estado en las instancias de representación de la guerrilla.
‘EM’: A nivel de Secretariado y eso tal vez no por lo que a nosotras la maternidad nos ha quitado muchísimo tiempo, como a cualquier mujer. Muchas veces una comandante puede tener 56 personas bajo su responsabilidad, pero de un momento a otro sale a maternidad. Hasta ahí queda su función como jefe. Eso nos ha quitado bastante. De ahí la exigencia de evitar los hijos. Vamos a ver ahora cuántas vamos a decidir o maternidad, o estudios y participación pues las Farc tienen muchas comandantes que mañana serán líderes.
VA: Pero ¿cómo será esa participación de las mujeres en la política?
‘EM’: Eso lo decidirá el partido que conformemos. Ahí se dirá dónde nos ubicamos.
VA: ¿En qué se ve usted?
‘EM’: En trabajo social, con las comunidades, en la orientación sobre cómo implementar y materializar esos acuerdos de la Reforma Rural Integral hacia un campo colombiano. Yo me veo ahí, soy una campesina.