En cinco años logró recolectar ese dinero entre ganaderos, transportadores, narcotraficantes y comerciantes del suroriente de Antioquia. Parte de ese dinero lo invirtió en “obras sociales”: centro de salud, viviendas y hasta una plaza de toros.
Aspecto de urbanización construída por el Frente José Luis Zuluaga de las Acmm. Foto VerdadAbierta. |
A Luis Eduardo Zuluaga Arcila, alias ‘McGuiver’, comandante el Frente José Luis Zuluaga de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (Acmm), los cinco años de guerra contra la subversión y el Oriente de Antioquia le costaron 27 mil 533 millones de pesos. Las cifras, muy detalladas, reposan en los expedientes que han venido construyendo fiscales de la Unidad Nacional de Justicia y Paz.
Los dineros fueron recaudados entre finqueros, contrabandistas de combustibles, narcotraficantes, transportadores, comerciantes y productores de leche y papa, así como en dos peajes instalados en sus áreas de influencia. El “recaudo” se cobró entre los años 2000 y 2005 en los municipios de Sonsón, La Unión y Nariño. En total, este grupo armado ilegal recibió 28 mil 285 millones de pesos y reportó gastos por 27 mil 533 millones de pesos.
Un desglose de las cifras revelan la manara cómo el Frente José Luis Zuluaga ejerció el control en sus áreas de influencia. Por ejemplo, las fincas del corregimiento La Danta, de Sonsón, donde alias ‘McGuiver’ tenía su base de operaciones, aportaron 704 millones de pesos “para su seguridad”, según se advierte en las cuentas. En los listados aparecen los nombre de 63 fincas y finqueros que pagaron cuotas mensuales durante cuatro años.
Otra de las fuentes de ingresos de este grupo armado ilegal fue el “impuesto” al gramaje, allí donde se cultivaba hoja de coca. De acuerdo con las cuentas presentadas por alias ‘McGuiver’, se realizaba un cobro de 2.500 pesos por arroba de hoja cosechada. En total, entre los años 2003 y 2005 se habría producido 246 mil arrobas, lo que arrojó un “tributo” de 615 millones de pesos.
Adicional a ello, los libros contables del Frente José Luis Zuluaga revelan que en su zona de influencia se instalaron tres laboratorios clandestinos para el procesamiento de la hoja de coca. Este tipo de negocios también debía cancelar un “impuesto”. En total, durante sus años de funcionamiento, los narcotraficantes dueños de esos laboratorios pagaron 1.600 millones de pesos.
Las actividades productivas de los municipios donde hizo presencia este frente también tuvieron que hacer sus aportes a la guerra. Una de las localidades que aportó buena parte de los recursos fue La Unión, un poblado del Oriente antioqueño productor de leche y papa. Allí las fincas de las veredas Almería, La Madera, Las Acacias, El Mazorcal, San Juan, Buena Vista, Chalarca, El Arenal, Vallejuelito y Chuscalito, cancelaron aportes por 622 millones de pesos. Además, los transportadores y el comercio pagaron 614 millones.
A los productores de papa les cobraron 100 pesos por bulto producido y a los lecheros 2 pesos por litro. Entre unos y otros, le “aportaron” durante cinco años al Frente José Luis Zuluaga de las Accm un total de 1,290 millones de pesos.
Los aportes de las actividades productivas del municipio de Sonsón, suroriente antioqueño, también quedaron registrados en los libros contables de alias ‘McGuiver’, donde aparecen discriminados por área urbana y área rural.
De acuerdo con los registros, en la cabecera municipal le giraron a los paramilitares, durante cuatro años, diversos establecimientos comerciales, estaciones de gasolina, distribuidores de cerveza y de gas, salsamentarías y el transporte. En total, “tributaron” 390 millones. En cuanto al área rural, se precisó que 192 predios pagaron, durante tres años, un total de 139 millones de pesos.
Por último, en la relación de aportes por municipio, quedó registrada la localidad de Nariño, uno de las localidades más pobres de Antioquia. Según las notas contables del Frente, durante cuatro años diversos sectores productivos aportaron 93 millones de pesos.
VerdadAbierta.com tiene los registros detallados de los aportantes a este grupo paramilitar pero se abstiene de publicarlos, puesto que todo ello es materia de investigación por parte de los fiscales de la Unidad de Justicia y Paz, que deberán establecer si esos aportes fueron voluntarios o forzados.
Otro de los mecanismos de financiación que tuvo el Frente José Luis Zuluaga fue el de establecer peajes viales en dos vías bajo su control. Uno de ellos, ubicado en un sector conocido como Los Colones, sobre la autopista Medellín-Bogotá, que operó durante seis meses y recibió ingresos por 165 millones de pesos; el segundo estuvo situado en el corregimiento La Danta y durante cinco años percibió aportes por 151 millones de pesos.
Pero el ingreso mayor se derivó del impuesto cobrado a los vehículos que transitaban por La Danta con combustible robado en los oleoductos del Magdalena Medio. Todos los vehículos tenían que pagar el “impuesto”, aunque con “tarifas” diferenciadas, dependiendo del tamaño del automotor, sencillo, doble troque y tractomula; asimismo, tenían que pagar por caneca transportada. En total, se recaudaron 20 mil 304 millones de pesos.
Las rentas que obtenían de estos cobros le permitieron a este frente paramilitar comprar y vender ganado, negocio que les dejó utilidades por 1,594 millones de pesos, las cuales fueron reportadas como ingresos y complementaron su financiación.
¿En qué se gastó la plata?
De los 28.281 millones pesos percibidos entre los años 2000 y 2006 de diversas fuentes de financiación, el Frente José Luis Zuluaga de las Acmm invirtió en la guerra contra la insurgencia 27.533 millones de pesos entre el 4 de abril de 2000, cuando se conformó el grupo y el 5 noviembre de 2005.
Plaza de toros del corregimiento La Danta, de Sonsón, Antioquia. Foto VerdadAbierta. |
Se desconoce si entre esa última fecha de reportes y el día de la desmovilización, ocurrida el 7 de febrero de 2006 en el corregimiento Las Mercedes, de Puerto Triunfo, Antioquia, se produjeron algunos gastos, pues no hay registros que así lo indiquen.
Siguiendo los datos contables de este grupo paramilitar, buena parte de los recursos conseguidos se gastaron en seis rubros específicamente: en alimentación, uniforme e intendencia para 250 hombres se invirtieron durante su periodo de operaciones 9.363 millones de pesos; en compra de armamento, 5.944 millones; en combates, 1.641 millones; en gastos médicos de sus hombres, 1.327 millones; Gastos funerarios, indemnizaciones y asesorías legales, 477 millones; y en pérdida de armamento, 940 millones de pesos.
Pero llama la atención que una buena parte de esos ingresos se invirtieron en tres rubros más que, en principio, parecerían ajenos a la confrontación armada con la guerrilla. Se trata de obras sociales, a las que se destinaron 6.336 millones de pesos; en eventos sociales se gastaron 899 millones; y en compra de vehículos y maquinaria, 604 millones de pesos.
En lo referente a las llamadas obras sociales, que el frente paramilitar denomina “proyectos de contribución social”, VerdadAbierta había informado hace varios meses que este grupo armado ilegal realizó un conjunto de inversiones en construcción y mantenimiento de carreteras, construcción de escuelas y vivienda de interés social, centro de salud, espacios deportivos, electrificación rural y hasta una plaza de toros.
Según las explicaciones que alias ‘McGuiver’ le ha dado a los fiscales de la Unidad de Justicia y Paz, las obras civiles fueron ejecutadas por la misma organización que aportaba no sólo el dinero, sino apoyo técnico, contactado y pagado por el grupo paramilitar; además, destinaba fuerza laboral proveniente de personas sancionadas disciplinariamente, fueran combatientes o civiles.
En cuanto a los materiales, particularmente el cemento, el ex jefe paramilitar precisó que era una “contribución obligada” de una planta que estaba en su jurisdicción y se hacía a través de las junta de acción comunal de las veredas bajo su influencia.
Como complemento a esas inversiones sociales, el Frente, por disposición de su jefe, dedicó parte de los recursos a eventos sociales, que no eran otra cosa que celebrar con las comunidades de su zona de influencia eventos como el día de la madre, del campesino, del niño y otros más, como una manera de “ganarse” a los pobladores.
Una de las preocupaciones de los fiscales de la Unidad de Justicia y Paz es la diferencia que existe entre los ingresos y los egresos registrados en las cuentas del Frente que comandó alias ‘McGuiver’. Se estima que esa diferencia es cercana a los 750 millones. Al respecto, el ex paramilitar se comprometió a explicar qué había pasado con ellos.
Según pudo constatar VerdadAbierta.com en una reciente visita a la zona, alias ‘McGuiver’ también pagó algunos maestros en una institución educativa del corregimiento La Danta, para suplir vacantes; dedicó algunos recursos al pago de “becas” de jóvenes del lugar que accedían a estudios técnicos y universitarios y no tenían conque financiarlos; y dotó una escuela con computadores.
Habla ‘McGuiver’
Ante magistrados de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, alias ‘McGuiver’ dio algunas explicaciones con respecto a las “contribuciones” de las comunidades en sus zonas de influencia.
“Nosotros teníamos el lema de que la seguridad era obligación de todos y que todos debían contribuir a la seguridad de la región”, indicó el ex jefe paramilitar. “Por eso nadie del comercio y de los finqueros quedó por fuera”. Y frente a las reuniones que citaban para hablar de estos temas, la asistencia era de carácter obligatorio: “El que no iba quedaba como el opositor o el enemigo de los que participaban”.
Alias ‘McGuiver’ aseveró que aquellos hombres destinados a realizar los cobros en las localidades urbanas se reunían con la gente y les “daban ejemplos” para justificar “las contribuciones”. Por ejemplo, decían que “en los barrios hay que pagar las escopetas, nosotros somos ilegales pero necesitamos para el sostenimiento y de alguna manera les brindamos seguridad”.
Uno de los argumentos expuestos por el ex jefe del Frente José Luis Zuluaga de las Acmm era la ausencia e ineficiencia del Estado en sus áreas de operaciones. “Había un Estado incapaz de brindarnos seguridad”, afirmó.
Con respecto a los peajes, sus explicaciones develan dos estrategias: una, la de solicitar contribuciones para el mantenimiento de carreteras secundarias y terciarias, aspecto que no solo beneficiaba a las comunidades sino a ellos mismos en su movilidad. Los dineros del peaje de La Danta “iban exclusivamente para el sostenimiento de la carretera, allá hay mucho mármol y tráfico de camiones”.
Centro de salud del corregimiento La Danda, de Sonsón, Oriente antioqueño. Foto VerdadAbierta. |
La otra estrategia tenía que ver con contrarrestar la propaganda que hacía la guerrilla del Eln en la autopista Medellín-Bogotá y como mecanismo de identificación y persecución a sus integrantes. En el paraje Los Colones instalaron un peaje “que copiamos del enemigo”, precisó alias ‘McGuiver’: “El Eln empezó a hacer esos peajes y a entregar tiquetes, nosotros también los entregamos haciendo un poco de proselitismo de la organización y al mismo tiempo explicando por qué (los transporadores) debían contribuir”.
Además, según este ex paramilitar, utilizaron el peaje para identificar subversivos: “Yo implementé una metodología con el fin de cobrar peajes para cazar hombres que andaban ocultos en buses o carros, y comenzó a acabarse un poco el terrorismo”.
Sobre la manera cómo se construyeron algunas de las obras civiles, alias ‘McGuiver’ indicó que algunas de ellas las hicieron hombres del grupo que tenían habilidades de construcción, pero en otras, como el centro de salud de La Data, se acudió a terceros con mayores conocimientos para tener estudios más rigurosos.
“El centro de salud de La Danta está construido con todos los requerimientos del Ministerio de Salud (sic)”, aseguró y se comprometió a aportar los datos de quiénes lo construyeron, pues según él, “todo fue a través de civiles”.
Ante la posibilidad de que en el desarrollo de esas “obras sociales” hubiese complicidad de mandatarios locales, alias ‘McGuiver’ fue claro al advertir que no hubo ningún tipo de vínculos: “Nosotros nos convertimos en autoridades de facto en esa región y por esa razón no hay vínculos. Mal haría yo en hacer obras para que otros tuvieran méritos”.