Las madres de niños que fueron secuestrados y desaparecidos por las autodefensas siguen esperando que alguien les aclare lo que pasó con sus hijos. La magistratura exigió investigar.
Este es relato de las madres de algunos niños que fueron desaparecidos por las autodefensas. Foto: Archivo Semana |
Entre 2005 y 2012 se registraron más de 1.600 casos de niños que fueron reclutados a la fuerza y que fueron obligados por los paramilitares a empuñar un arma bajo amenazas y presiones. A pesar de estas cifras, son pocas las investigaciones sobre desapariciones de algunos menores de los que no se volvió a saber nada desde que fueron raptados por los grupos de autodefensas.
La Fiscalía, la Procuraduría y la Sala de Justicia y Paz creen que muchas madres no han denunciado estos casos por miedo. Mientras tanto, las pocas madres que se presentaron ante la justicia, lo único que quieren es saber la verdad y saber por qué sus hijos inocentes tuvieron que pagar por los horrores de la guerra.
VerdadAbierta.com documentó el caso de dos madres que viven con el recuerdo de haber perdido a sus hijos y que aún, una década después de los hechos, piden que se haga justicia.
Una de ellas es Liseth Meneses* quien perdió a su hija de apenas tres años en el Sur de Bolívar. Este caso llamó la atención de la justicia por la corta edad de la menor que desapareció en 2002 cuando fue secuestrada por un jefe paramilitar. Liseth, a la que las autodefensas también le asesinaron al esposo y a su padrastro, aún teme por su vida al realizar las denuncias.
El otro caso es el de Marina Roldan*, oriunda de los Llanos Orientales, quien vio por última vez a su hijo Esteban en mayo de 2003. “Ese día los paramilitares se lo llevaron y nunca más lo volví a ver”, narró la mujer quien explicó que su hijo desapareció cuando tenía 14 años.
VerdadAbierta.com reconstruyó también la historia de Noralba Camargo, una niña de 13 años que desapareció en Quebradanegra, Cundinamarca en la navidad de 2000. Los restos de la niña que fue absurdamente señalada de auxiliar a la guerrilla, fueron entregados a sus padres una década después, en agosto de 2010. Esto se dio luego de que los paramilitares de la zona aceptaron la responsabilidad del crimen y revelaron el lugar en el que habían enterrado el cuerpo. (Leer la historia completa de Noralba Camargo)
Estos son solo tres casos de menores involucrados en el conflicto armado que fueron víctimas de desaparición forzada pero la justicia presume que pudieron ser muchos más, Por esta razón la magistratura de Justicia y Paz pidió unir esfuerzos con la Fiscalía, la Procuraduría y la Defensoría para identificar hechos similares que no han sidodenunciados por miedo.
Para los magistrados de Justicia y Paz, los casos de niños desaparecidos son prioridad y por eso llamaron a todas las entidades a no ahorrar esfuerzos para encontrar la verdad de lo que pasó y para reparar en lo posible el dolor de las familias de las víctimas inocentes.
* Los nombres de las víctimas han sido cambiados para proteger su identidad.
“Lo único que me queda es una foto de mi niña”
Liseth carga en su bolso uno de los pocos recuerdos que tiene de su hija, una fotografía en la que la niña de tres años aparece sonriendo. Esta misma foto fue la que la madre llevó a una audiencia en la que narró ante los magistrados de Justicia y Paz como los paramilitares acabaron con su familia.
Allí contó que el 18 de julio de 2002 paramilitares al mando de Jhon Francis Arrieta, alias ‘Gustavo Alarcón’, desaparecido jefe del Bloque Central Bolívar que comandaba las autodefensas en el Sur de este departamento, ordenó la muerte de su compañero sentimental y de su padrastro.
“En presencia de mis tres hijos los torturaron. Me decían que no llorara porque las lágrimas les producían asco”, contó la mujer quien en ese entonces tenía un niño de cinco años, una niña de tres y un bebé de once meses.
“Las consecuencias son terribles: mi hijo que tenía cinco años aún se acuerda”, dijo la madre a los magistrados de Justicia y Paz a lo que agregó que desconoce el lugar donde terminaron los restos de sus familiares que fueron asesinados.
Luego de estos hechos, ‘Gustavo Alarcón’ raptó a la niña de tres años con engaños. “Se la llevó y no la volví a ver jamás, nunca supe más de ella. Lo único que tengo es su partida de bautismo y unas fotos”, relató Liseth.
La madre aseguró que hay rumores que a la niña le cambiaron el nombre y que la llevaron a Venezuela a donde fue enviado ‘Gustavo Alarcón’ en 2003 para comandar un grupo paramilitar internacional. Sin embargo, Alarcón fue asesinado en enero de 2003 en ese país y se llevó a su tumba la verdad de lo que pasó con la niña. “Tenía miedo de denunciar hasta que me enteré que Alarcón estaba muerto”, contó Liseth.
Al conocer la denuncia de Liseth, los magistrados de Justicia y Paz le exigieron a Rodrigo Pérez Álzate, alias ‘Julián Bolívar’ quien fuera el máximo jefe del Bloque Central, que se reúna con los desmovilizados que participaron del hecho junto con ‘Gustavo Alarcón’ para reconstruir la verdad e intentar dar con el paradero de la niña que ahora tendría 13 años.
“No podemos ser indiferentes frente a esta situación. Es increíble que las madres tengan que seguir después de tantos años mendigando una respuesta de los paramilitares”, aseguró una magistrada de Justicia y Paz quien llamó a la Fiscalía, a la Procuraduría, a los defensores de víctimas y a los jefes paramilitares a participar en una búsqueda de lo que el tribunal consideró como un caso prioritario.
El tribunal pidió también identificar otros casos similares en otros grupos paramilitares para saber si esta es un crimen que no se había investigado.
El niño asesinado por querer escapar de la guerra
A mediados de mayo de 2003, Marina Roldán se encontraba celebrando su cumpleaños junto con su compañero sentimental y sus cuatro hijos. Cerca del medio día, Estaban de 14 años le pidió permiso para ir jugar futbol en una cancha cercana a su casa.
Esteban salió a jugar con sus amigos y nunca volvió. “Al ver que pasó la hora del almuerzo y él no llegaba yo me pregunté dónde estaba. Salí a buscarlo a la cancha y no estaba. Sus amigos me contestaban que no lo habían visto”, narró la madre deEsteban.
La búsqueda continuó hasta que de repente apareció un muchacho que llamó a Marina por su nombre y le dijo que no buscara más a su hijo porque se lo habían llevado las autodefensas de José Baldomero Linares alias ‘Guillermo torres’.
“Yo les pregunté que por qué mi a mi hijo si solo tenía 14 años y el joven me dijo que me quedara callada si quería seguir teniendo a mis otros hijos. Al ver yo esto no podía denunciar ni decir nada. Cuando me preguntaban por el niño yo les decía que se había ido con su padre. Tuve que contener mi llanto y mi dolor de saber que mi hijo ya no estaba conmigo”, relató Marina.
Tras dos años otro joven le avisó a esta mujer que las autodefensas habían asesinado a su hijo.
En septiembre de 2009, seis años después de la desaparición de Esteban, Marina decidió denunciar los hechos a la Fiscalía encargada de Justicia y Paz para que indagaran a los desmovilizados de las Autodefensas Campesinas de Meta y de Vichada si sabían algo de su hijo.
Los ex paras que participaron en el secuestro de Esteban aceptaron el hecho. Aseguraron que lo reclutaron a la fuerza y que tomaron la decisión de asesinarlo tras intentar escapar pues no quería hacer parte del grupo armado ilegal.
Esta madre no podrá recuperar los restos de su hijo, debido a que fue arrojado a un río.
El drama de estas madres refleja el viacrucis por el que deben pasar luego de perder a sus hijos en medio de una guerra ajena que destruyó sus familias.