Puerto Asís en la mira

      
Varios crímenes en los últimos meses indican que el terror ha vuelto a Puerto Asís. El más reciente fue un atentado contra la hija del Alcalde. Concejales y comerciantes están amenazados. Por Revista Semana
La relativa tranquilidad que tenía Puerto Asís se acabó desde
septiembre. El episodio violento más reciente es el atentado en la casa
de la hija del alcalde Mauro Toro, donde murió un nieto del mandatario
local.   / FOTO SEMANA

En Puerto Asís, Putumayo, las cosas nunca han sido fáciles. Sinembargo, una sucesión de delicados hechos en los últimos meses indica que la situación está retornando a las épocas en las que el día a día era crimen, terror y narcotráfico. El episodio más reciente parece sacado de una sangrienta película.

Se trata del atentado que soportó Sandra, la hija del alcalde Mauro Toro Peteví. A las nueve de la noche del pasado 13 de enero, cuando estaba en su casa con sus hijos menores, de pronto escucharon que la puerta era forzada y, al momento, una detonación estremeció la vivienda y retumbó por todo el pueblo. Un petardo voló la puerta e hirió fatalmente a un joven de 16 años, nieto del Alcalde. Luego de la explosión, unos ocho hombres acribillaron la vivienda con disparos de fusil y dos entraron a buscar afanosamente a Sandra, quien se salvó porque se ocultó en el baño con su bebé de 2 años.

El atentado, que causó gran revuelo, estaba anunciado. Desde diciembre, Sandra contaba con escolta para movilizarse luego de que el Ejército interceptó una comunicación de la guerrilla en la que se la declaraba objetivo militar. En los días previos al ataque, corría de boca en boca la noticia de que las Farc actuarían. Fue tan intenso y preocupante el rumor que las personas mejor informadas dieron aviso a funcionarios de primer nivel en Bogotá. SEMANA habló con esas fuentes y estas afirman que el frente 48 del Bloque Sur de las Farc tiene en la mira, además de la hija del Alcalde, a tres concejales mujeres de Puerto Asís.

Por las características del atentado, nadie dudó de que era obra de las Farc. Sin embargo, el Alcalde sorprendió a propios y extraños cuando salió a los medios a señalar como responsables, no a la guerrilla, sino a sus contradictores políticos, una apreciación que luego cambió.

Toro, del Partido Liberal, se hizo alcalde en octubre de 2007, tras una campaña en cuyo marco ocurrieron hechos terribles. En vísperas de las elecciones, la sede política de su contrincante, Jorge Coral, fue dinamitada y murió una hermana de este. Días después, Toro depositó su voto en medio de abucheos: “¡Asesino, asesino!”.

Una semana después de elegido Toro, un hijo suyo de 32 años, que lo había ayudado en la campaña, desapareció cuando viajaba hacia Llorente, Nariño. “Desde entonces, no he sabido nada de él”, asegura.

Después de las elecciones de octubre de 2007, hubo un periodo de relativa tranquilidad que se vio interrumpido en septiembre pasado. Elkin de Ángel Williams, un polémico locutor que acompañó a Toro durante la campaña y luego se convirtió en su contradictor, fue asesinado de cuatro balazos cerca de la estación de Policía, el 11 de septiembre. Desde entonces, se viene recrudeciendo una ola de violencia en este apartado municipio de 55.000 habitantes. El locutor había denunciado actos de corrupción en la administración local y había señalado ante la Fiscalía a 45 personas (algunos con nombres y otros con alias) por haber presuntamente inyectado dineros del narcotráfico a la campaña de Toro con su anuencia.

El primero de noviembre fue asesinado, al detonar una carga explosiva a su paso, el coronel Javier García Nieto, comandante del Batallón de Ingenieros del Ejército Nacional con sede en Puerto Asís. El hecho fue rechazado por el presidente Juan Manuel Santos, quien pidió a los altos mandos hacer lo necesario para capturar a los responsables. Pero la racha de violencia continuó.

Vino entonces el crimen de Henry Javier Torres, un destacado empresario que se ocupaba del transporte de hidrocarburos, que fue baleado en la cabeza, mientras su esposa resultó herida con un tiro en el cuello, aparentemente por negarse a pagar una extorsión. Luego, el 7 de diciembre, cuatro hombres armados secuestraron en su casa a Rosalba Cabezas, propietaria de un supermercado y una discoteca. Sus captores piden el pago de un millonario rescate. Los comerciantes del municipio sienten que la época de boleteo está de vuelta y muchos están buscando la forma de irse a Bogotá para estar a salvo. “Se dice que el grupo que asesinó al Gobernador del Caquetá se trasladó a Putumayo para extorsionar”, dice Fernando Ochoa, representante de este departamento, al referirse al secuestro y posterior asesinato del mandatario por parte de las Farc en diciembre de 2009.

Sin que las autoridades policiales y militares hayan hecho un diagnóstico público de qué está ocurriendo, la gente en Puerto Asís y sus líderes hablan de una alianza entre el frente 48 de las Farc y bandas narcotraficantes. Esta asociación estaría detrás de la ola de violencia. “Hay que fortalecer la inteligencia militar y garantizar que las autoridades judiciales tengan los recursos para cumplir sus tareas; es difícil, por ejemplo, que el CTI que actúa en nuestro departamento dependa de Nariño y no tenga los elementos mínimos”, dice Guillermo Rivera, representante por el Putumayo.

Al cierre de esta edición, por fin se conoció una buena noticia para Puerto Asís y Putumayo en general. En Mocoa, la capital del departamento, las autoridades reportaron la captura del supuesto explosivista de las Farc, Julián Andrés Jara, quien habría instalado y detonado la carga que asesinó al nieto del Alcalde. Ojalá la detención sea el comienzo del retorno de la tranquilidad a Puerto Asís.

Revista Semana