El Informe Final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV) llegó a una demoledora conclusión: 9 de cada 10 víctimas del conflicto armado son civiles y estaban por fuera de las hostilidades.
Tras revisar 112 bases de datos, consultar una vasta cantidad de informes y hacer múltiples entrevistas a protagonistas de la guerra, determinó que Colombia es una de las democracias más violentas del mundo.
“Este es un conflicto armado que durante décadas ha tenido como víctima principal a la población civil, porque se ha desarrollado en medio de ella y porque controlar a la población se convirtió en la manera de tener poder".
Las cifras consolidadas por la CEV son alarmantes: 450.666 muertos, 121.768 desaparecidos, 50.770 secuestrados, 16.238 niños, niñas y adolescentes reclutados, alrededor de 8 millones de desplazados y más de un millón de refugiados.
Como si fuera poco, la mayoría de las víctimas padecieron violencia estructural, "sobreviviendo en medio la pobreza y la miseria".
A la hora de definir responsables, la CEV señaló hacia todos los lados: al Estado, a grupos guerrilleros y paramilitares, así como a narcotraficantes, terceros civiles y empresas multinacionales.
En parte, al Estado le cuestiona su responsabilidad en el surgimiento y la expansión del paramilitarismo; a la par que su postura negacionista.
A las guerrillas les reprocha el haber tomado decisiones que derivaron en violencia contra la sociedad civil. También cuestionó a las Farc por secuestrar a integrantes de la Fuerza Pública y políticos para presionar canjes de presos.
Igualmente, critica a quienes no empuñaron las armas, pero se beneficiaron de la guerra: “Son las redes con intereses económicos, que han patrocinado a diferentes actores armados”.
Por último, señala que el narcotráfico no sólo alimentó el conflicto armado, sino que lo degradó y permeó diferentes sectores de la sociedad.
Haga clic en el enlace para consultar las conclusiones a las que llegó la CEV por siete graves infracciones al DIH y violaciones de DD.HH.