Resguardo Gonzaya busca frenar explotación minera

Hay registros del pueblo Siona desde el Siglo XVI, cuando indígenas ubicados en el piedemonte amazónico colombiano y ecuatoriano comenzaron a huir de expedicionarios, buscadores de oro, encomenderos y colonos. Desde entonces, los Siona se establecieron al interior de la selva del Putumayo para mantenerse lejos de las enfermedades y la esclavitud de los colonos.

En 1963, la compañía Texas Petroleum Company inició la perforación del primer pozo petrolífero productivo en Putumayo en territorio Siona, a orillas del río Orito Pungo. De inmediato, la incursión de la empresa impactó la vida de los pueblos indígenas: se incrementó el número de colonos en el territorio, se abrieron trochas petroleras que estimularon procesos de ocupación, de colonización y valorización de áreas en las nuevas trochas, lo que desterró a la población indígena Siona del río.

A finales de los años ochenta, el presidente Virgilio Barco entregó a las comunidades indígenas el "Predio Putumayo", ubicado entre los ríos Putumayo y Caquetá y con una extensión de más de cinco millones de hectáreas, con el objetivo de proteger a estas comunidades y el ecosistema de la región.

A pesar del respaldo del gobierno, la comunidad indígena Siona no ha sido ajena a otro tipo de afectaciones al territorio como las ligadas al conflicto armado. En las últimas décadas ha sido víctima de la actuación de grupos insurgentes, el fortalecimiento militar de las Fuerzas Armadas y la actuación de grupos de autodefensa, bandas criminales y narcotraficantes.

Además, la aspersión de cultivos ilícitos en el país, en especial en Putumayo, generó que la siembra de estos se desplazara hacia áreas recónditas de la selva, justo en asentamientos de los indígenas. Lo anterior ha puesto en peligro la supervivencia del pueblo Siona. De hecho, mediante el auto 004 de 2009 proferido por la Corte Constitucional, al pueblo Siona se le reconoce en riesgo de extinción física y cultural. El resguardo Gonzaya, también conocido como Buenavista, perteneciente al pueblo Siona, está a la espera de ampliar su resguardo en 11 mil hectáreas más, además de las 4.500 que ya tienen.