La ambiciosa intención se abre paso a medida que avanza el trabajo de la Unidad que se creó en abril de 2017 como uno de los resultados del Acuerdo de Paz pactado con la extinta guerrilla de las Farc. Para lograrlo, se requiere una fuerte articulación institucional y mucha voluntad política.

La cita con Luz Marina Monzón, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto (UBPD), se había acordado para las 8 de la mañana, pero llegó unos minutos más tarde. El motivo: estaba reunida con Emilio José Archila, consejero presidencial para la Estabilización y la Consolidación, diciéndole que el tema que ella maneja debe ser prioritario para la agenda de este gobierno.

“Él decía que este gobierno tiene todo el interés de mantener esta institución; que él comprende la necesidad de la búsqueda de los desaparecidos; y que hay la voluntad de fortalecer este mecanismo”, relata Monzón, quien se ha puesto como meta lograr que la UBPD sea la entidad que esté “a la cabeza de la búsqueda de los desaparecidos”.

Pero la tarea propuesta no es fácil, en parte porque la Fiscalía General de la Nación tiene esas labores y en parte porque semejante objetivo requiere dos soportes fundamentales: recursos y voluntad política de numerosas entidades que están en el camino de la búsqueda de los cientos de miles de personas desaparecidas en Colombia. Y por ahora no parece tener ni lo uno ni lo otro, pese al interés que dijo Archila tener este gobierno.

Sobre los recursos para operar, la UBPD es de las entidades de la nueva justicia transicional que más golpeada está por la asignación de recursos, tanto que casi que no recibe plata para empezar a operar, pese a que desde abril de 2017 se había creado.

Y sobre la voluntad política de algunas agencias estatales hay dudas. ¿Un indicio? La UBPD no fue incluida en la delegación del Estado colombiano que asistió el pasado 15 de febrero a una audiencia sobre desaparición forzada solicitada a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por 18 organizaciones de la sociedad civil en desarrollo de su 171 periodo de sesiones, realizada en La Paz, Bolivia. (Leer más en: Estado colombiano se quedó cortó en explicar qué hace por atender la desaparición forzada)

Esta conversación que sostuvo la directora de la UBPD con VerdadAbierta.com empieza justo por este tema, su no asistencia a esa audiencia, en la que los comisionados de la CIDH preguntaron de manera reiterada por la Unidad, sin que los voceros del Estado colombiano dieran respuestas claras al respecto.

¿Hay articulación?

Desaparición forzada
Las víctimas tendrán su papel en la búsqueda de sus desaparecidos. Foto: Juan Diego Restrepo E.

VerdadAbierta.com (VA): ¿Por qué no participaron en la reciente audiencia sobre desaparición forzada que convocó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por petición de las organizaciones de la sociedad civil?

Luz Marina Monzón (LMM): Tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como cualquier organismo internacional de los cuales hace parte el Estado colombiano, son organismos en donde la interlocución está principalmente en cabeza de la Cancillería. Y la Cancillería decide cómo conforma la Comisión que viaja.

Nos pidió información sobre cómo iba la implementación de la Unidad. Les preguntamos si íbamos a estar en la Comisión y nos dijeron que lo iban a evaluar. Eso es lo único que puedo decir.

VA: La ausencia de representantes de la UBPD inquietó mucho a los comisionados de la CIDH y las organizaciones de la sociedad civil pensaron que fue un mal mensaje del Estado porque evidenciaría cierta desarticulación institucional. ¿Eso es una lectura apropiada?

LMM: No sé si esa es la lectura apropiada. Estamos en conversaciones con la Fiscalía y avanzando en un compromiso de entrega de información; adicionalmente, hemos hecho trabajos muy concretos de relacionamiento con víctimas; y empezado un diálogo con la Unidad de Víctimas para mirar qué cosas que ellos han hecho pueden apoyar lo que vamos a hacer nosotros, o incluso, complementarnos.

Estamos abriendo un camino en algo que no se ha explorado en Colombia, metodológica, organizada y estratégicamente. Estamos en el diálogo para saber cómo se va a hacer esta búsqueda y de qué manera. No sé por qué se pueda tener una idea de que hay desarticulación. Lo que pasa es que, en un escenario como ese, en donde no están convocadas todas las entidades, puede mandar ese mensaje. Pero en la práctica, nos estamos articulando.

VA: ¿Esa articulación incluye al Instituto Nacional de Medicina Legal?

LMM: Es uno de los principales actores, porque nos remite al trabajo en conjunto para el tema de la identificación; pero, adicionalmente, porque esa institución desde el momento uno, tomó contacto con nosotros y, desde entonces, hemos mantenido una comunicación fluida, amplia, franca y con proyectos ya concretos

VA: ¿Como cuáles?

LMM: Como el impulso de la identificación de cuerpos. Y no solamente es eso, lo que está detrás de este relacionamiento es poder identificar dónde están los problemas de la identificación, porque cuando a la gente se le escucha decir que esos cuerpos no han sido identificados, les pasa lo mismo que cuando dicen ‘¿Y cuándo van a encontrar los desaparecidos?’.

Son dos imágenes equivocadas porque el proceso de identificación y el proceso de búsqueda son más complejos que eso. Esos cuerpos sin identificar necesariamente no están en el mismo punto de dificultad: puede ser que no se haya hecho el examen antropológico, puede ser que no se tenga la información para identificar a las personas.

Este proyecto busca que podamos determinar dónde están los procesos de la identificación para establecer estrategias que resuelvan esos problemas, de manera que en la medida que vayan llegando cuerpos, podamos tener organizado un plan de identificación: que nos aseguremos que la información pre mortem está, que la información sobre el cuerpo se dispone sobre el sistema, que la información genética de las familias esté disponible y actualizada.

VA: ¿Ese relacionamiento con Medicina Legal incluye el uso del Banco Genético?  

LMM: Claramente.

VA: ¿Cómo lo han contemplado?

LMM: El Banco Genético es una herramienta creada no hace mucho y está bajo la dirección de Fiscalía General de la Nación y la administración de Medicina Legal. Estamos mirando si el banco está actualizado o no. Vamos a empezar a mirar cuál es el universo de muestras recogidas que no se han hecho el perfil y no se han subido al Banco Genético.

La competencia es de ellos. ¿Qué haríamos nosotros? Ver qué necesitan: reactivos, personal. Entonces nosotros, con nuestros recursos, apoyamos eso. No es que nosotros vamos a financiar a Medicina Legal. Es cómo hacemos proyectos concretos que favorezcan la búsqueda de desaparecidos, porque esa información es clave para la identificación.

VA: ¿Cómo van hacer eso si no tienen recursos?

LMM: Por cooperación.

VA: A propósito del tema, ¿cómo están los recursos de la UBPD?

LMM: ¿Qué tenemos aprobado este año? 33 mil millones de pesos para funcionamiento. ¿Eso qué es? Plata para la planta de personal y gastos generales. Y de inversión tenemos aprobados 48 mil millones de pesos. ¿Cuál es la diferencia entre esos dos rubros del presupuesto? Que los de funcionamiento son los gastos frecuentes y los otros no.

Esos 33 mil no nos alcanzan para el 50 por ciento de la planta, que fue a lo que se comprometió el gobierno. Entonces, una de dos: o miramos cómo con inversión atendemos algunas de las necesidades que no se pueden cubrir con el presupuesto ordinario, o tenemos que gestionar cooperación internacional.

VA: Entonces, con recursos de inversión atendrían el tema del Banco Genético. 

LMM: Sí, y el del impulso a la identificación. Acá toca mirar cómo hacemos que los recursos de inversión, en concurso con cooperación internacional, puedan ayudarnos a sacar en concreto ese proyecto.

VA: ¿Con esos presupuestos de inversión también se articularían con las organizaciones de víctimas en el territorio?

LMM: También, lo estamos planificando así.

Fuentes de información

Búsqueda de desaparecidos
Una de las articulaciones más importantes de la UBPD será con las distintas organizaciones de víctimas. Ellas son claves en este proceso. Foto: Juan Diego Restrepo E.

VA: En ese sentido, ¿cuál es la planificación en relación con las organizaciones de víctimas?

LMM: La búsqueda de los desaparecidos implica por lo menos tres o cuatro etapas. Una es la investigación, que es la recolección de toda la información relevante, no solamente la información de los familiares sino la de todas las fuentes que sean relevantes. Esa es una tarea importante para hacer por parte de esta entidad: no se tienen identificadas cuáles son las fuentes relevantes para encontrar a los desaparecidos.

La etapa de investigación me tiene que dar dos hipótesis para desarrollar: una hipótesis de identificación y una hipótesis del paradero de la persona desaparecida. Esto es sumamente importante.

¿Hasta ahora qué hemos hecho en Colombia? ‘Dígame, fuente, qué quiere confesar para recibir beneficios; dígame dónde hay fosas, no personas desaparecidas, fosas’. Entonces me voy detrás de la fosa, llegó allá y me sorprendo de todo: que no hay fosa, que existe la fosa, que no hay una sino mil o lo que sea, y así sucesivamente. ¿Entonces qué pasa? Sí, recuperas cuerpos, pero no tienes ninguna hipótesis y se empiezan a sumar cuerpos.

En la segunda etapa este plan me puede llevar a uno de dos lugares: a una fosa o a localización de una persona que está viva. Si la persona está muerta, la recuperación del cuerpo pasa a un equipo forense, que verifican el lugar, determinan las dificultades, qué se necesitaría. Eso es lo que se llama prospección.

No nos vamos, como ha pasado, que hay una fosa y arranquemos misión por tres días, y llegas y el sitio es escabroso, en donde en tres días apenas saludas y te vas porque no fuiste preparado. La idea es prepararnos para no hacer este tipo de cosas. Ese equipo forense hace la prospección y luego la recuperación, si todo se planifica.

Luego, recuperado el cuerpo, pasa a identificación. La identificación es el momento de articulación principal con el Instituto de Medicina Legal. Acá vamos a hacerle un proceso de seguimiento y estamos pendientes de qué pasó, dónde está la dificultad y qué es lo que necesita. Además, vamos a verificar los resultados para garantizar la no repetición.

VA: Dentro de esas fuentes relevantes para la búsqueda, ¿qué papel están jugando las organizaciones y los familiares de las víctimas en los procesos de la UBPD? 

(LMM): La idea es que esté acompañado y cuente con la participación de las víctimas, individuales o con sus procesos organizativos. ¿Qué esperamos que sea el rol de las víctimas y de las organizaciones? Uno, la recolección de esta información, pero también la evaluación de la información. Ese diálogo nos va ayudar a decantar esto, a mirar cosas que ya han sido probadas.

VA: ¿Cómo va a ser ese procedimiento? 

LMM: Hemos venido haciendo un trabajo con algunas víctimas y con algunas organizaciones: escucharles cuál es la expectativa que tienen de participación y qué es lo que quieren decir. Ya nos entregaron información también. Nosotros queremos que participen en todo el proceso.

La Unidad por más que tenga recursos y personal, quizás no va a poder cubrir el asesoramiento de todas las víctimas. Si esas víctimas están asociadas a procesos, nosotros vamos a apoyarlos para que se haga ese asesoramiento.

VA: ¿Qué peso van a tener el valor del testimonio de los familiares y del contexto en el que se produjo la desaparición? ¿Qué peso van en el trabajo que hagan sobre todo en terreno? 

LMM: Les hemos dicho que va a tener peso. ¿Único peso? No, porque tenemos que cruzar esa información con otras fuentes, y poderlo poner en diálogo con ellos. ¿Por qué? Porque no nos interesa solamente hacer la tarea de que lo encontramos y se lo entregamos, sino que la gente vaya comprendiendo lo que está pasando en el proceso.

Asumimos que esto es un proceso reparador. Va a tener todo el peso y la idea no es hablar de testimonio ni repetir. Si ellos ya dieron esa información, y está en Medicina Legal, en la Fiscalía o en algún lado, eso es lo que vamos a tomar.

VA: ¿Entonces no van hacer entrevistas a familiares de desaparecidos?

LMM: Sí, reuniones de trabajo.

VA: Ustedes dicen que no van a buscar que la gente repita lo que ya ha dicho, pero si quieren repetir su testimonio…

LMM: Lo escucharemos, pero lo que no le vamos a poner es el peso. No, si ellos quieren hablar por supuesto que los vamos a escuchar, pero no les vamos a decir: “yo sé que usted ya declaró, pero le toca que nos vuelva a contar otra vez”. Eso no.

VA: Las desapariciones se dieron en algún contexto político, económico y social. En ese sentido, ¿cuál será el peso de los contextos en el trabajo de la Unidad?

LMM: También va a ser muy importante, para poder construir esas hipótesis de paradero. ¿Cómo los vamos a construir? Quizás en la misma lógica: de distintas fuentes. Las organizaciones pueden tener el contexto, nos lo entregan, nosotros lo cruzamos con fuentes, lo vamos solidificando, lo vamos decantando. ¿Y la idea cuál es? Que nosotros tratemos de minimizar los riesgos de la equivocación.

Me explico: cuando uno planifica una búsqueda, uno dice, me voy a tal lado y las víctimas se enteran. Entonces, la expectativa de las víctimas se abre y empieza a soñar con eso, a revivir ese dolor, a tener angustia de saber que de pronto va a constatar que (su pariente) está muerto. Porque la víctima, así diga que está muerto, espera hasta el último instante que aparezca vivo. Tenemos la obligación de tratar de reducir ese error para no generar esa angustia fallida.

VA: ¿Cómo traerán la información que dieron los paramilitares y guerrilleros postulados al proceso de Justicia y Paz?

LMM: La traemos de los convenios con Fiscalía y con el Tribunal de Justicia y Paz.

VA: ¿También van a entrevistar o tener reuniones de trabajo con excombatientes?

LMM: Ya las estamos haciendo. Vamos a algunas cárceles.

VA: Cuando usted habla de fuentes relevantes, ¿desde la Unidad se va a crear una política de protección de archivos de organismos de seguridad del Estado que tengan alguna relación con la desaparición de personas?

LMM: Lo hemos contemplado; sin embargo, eso lo estamos trabajando más articulados con la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz). La JEP ordenó unas medidas cautelares sobre los archivos del DAS que están en el Archivo General de la Nación. Ahí estamos trabajando para ver cuáles van a ser las políticas o las acciones que deberían desarrollare para su preservación.

En relación con Fuerza Pública, estamos en las conversaciones, mucho más precarias, para mirar cómo va a ser el acuerdo de acceso a registros. Una de las cosas es que tú desarrollas una acción de protección en la medida de que conoces qué es lo que hay, pero si no sabes qué hay, pues sobre qué vas a hacer la protección.

VA: ¿Eso lo viene conversando con el Ministerio de Defensa?

LMM: La próxima semana tenemos una reunión con ellos. En la medida que avance esa conversación, miraremos cuál va a ser la estrategia. Eso es lo que puede estar en carpeta, casetes, discos o lo que sea. Pero hay una información, que sobre eso sí estamos trabajando y vamos a tener una consultoría,

Planes de búsqueda

Búsqueda de desaparecidos
Grandes expectativas tienen las victimas de la desaparición forzada en razón del conflicto en la tarea de la UBPD. Foto: Juan Diego Restrepo E.

VA: Testimonios, contexto, informes de organizaciones y mapas conducen a la construcción de planes de búsqueda. ¿Cuántos han elaborado hasta ahora en la Unidad? ¿Tienen zonas priorizadas? 

LMM: No tenemos planes de búsqueda todavía. Estamos construyendo con la sociedad civil el documento del Plan Nacional de Búsqueda, que será la ruta metodológica. Ese Plan me indica cuáles deberían ser las prioridades. Entonces, lo que hay que hacer es centralizar la información, actualizarla y completarla. Eso significa que vamos a necesitar una estrategia de articulación con las instituciones que tienen información para complementarla.

Y vamos a tener una herramienta de sistemas que nos permita centralizarla y organizarla de tal manera, que podamos hacerla útil para el análisis y la formulación de planes.

VA: ¿Cuándo tendrían los listos los primeros planes? 

LMM: Esperamos tener hacia el mes de agosto el Plan Nacional. Es un documento que deberá actualizarse periódicamente, no es un documento fijo. Pero sí es la hoja de ruta que nos va a definir una ruta estratégica de la búsqueda, y parte de ella son los lugares donde desarrollaremos cierto tipo de acciones para recuperar a los desaparecidos.

VA: Otra inquietud que se planteó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos era saber quién está a la cabeza de la búsqueda de personas desaparecidas. En ese sentido, ¿quién tiene el direccionamiento estratégico en Colombia?

LMM: Creo que quien debe tener ese direccionamiento es la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas.

VA: Pero no lo tiene. 

LMM: Estamos creándonos. ¿Y por qué estoy convencida de que el direccionamiento de la búsqueda de desparecidos en Colombia es de la Unidad? Porque hasta ahora no ha existido un mecanismo de búsqueda, es la primera vez que se queda.

VA: ¿Y qué se necesita para que la Unidad sea la cabeza?

LMM: El fortalecimiento del mecanismo, que significa hacer todas esas articulaciones y las afinemos de manera que fluyan, y no que estemos caso a caso hablando de información. Que realmente estructuremos entre todos. 

VA: ¿Pero usted cree que el actual gobierno tendría la receptividad política de considera la Unidad como la cabeza de esa gestión, cuando surgió de un acuerdo de paz del cual no tiene una percepción positiva?

LMM: Voy a responder en distintos niveles. No es el gobierno el que va a establecer que esta entidad es la cabeza de la búsqueda de desaparecidos. Es esta entidad la que deberá hacer todos los esfuerzos por ser la cabeza de esta estrategia de búsqueda de desaparecidos.

Claro, necesita el concurso, el apoyo, la comprensión y la colaboración de todas las instituciones del Estado, incluido el gobierno, para que disponga los recursos que son necesarios.

La razón por la que llegué tarde a esta reunión es porque estaba reunida con el doctor Archila y le estaba hablando de esto; le estaba diciendo que es importante que esto sea prioritario dentro de la agenda del gobierno porque, no lo ha sido nunca. Ni en este gobierno ni en ninguno.

Eso para mí es lo más importante lograr. Si yo en cinco años me voy con que esto sea agenda de los periodistas, de la sociedad, del gobierno y de las instituciones, me voy feliz, porque sé que van a encontrar los desaparecidos.

Él decía que este gobierno tiene todo el interés de mantener esta institución. Que él comprende la necesidad de la búsqueda de los desaparecidos y que hay la voluntad de fortalecer este mecanismo. 

Las cifras

Búsqueda de desaparecidos
Una de las preocupaciones de las víctimas de desaparición forzada es la conservación de lugares como cementerios y zonas de posibles fosas, como medida de protección para lograr más efectividad en la búsqueda. Foto: Juan Diego Restrepo E.

VA: ¿Cuántas personas hay desaparecidas en Colombia en razón del conflicto armado? El Centro Nacional de Memoria Histórica habla de 83 mil víctimas; pero la organización forense Equitas advierte de un posible subregistro, por lo que la cifra puede ser el doble. Sin embargo, el Sistema de Información Red de Desaparecidos y Cadáveres (Sirdec) y la Unidad de Víctimas, refieren 47 mil y 27 mil, respectivamente… ¿La Unidad tiene claro ese universo?

LMM: No. El tema de investigación es eso: determinar de qué estamos hablando. ¿De 10 mil, 100 mil o 200 mil personas? No lo sabemos.

VA: ¿Cuándo el país podría tener claro el universo de víctimas desaparecidas en razón del conflicto?

LMM: Creo que esa es una de las tareas principales de la Unidad y por eso el tema de investigación, recolección de información y de fuentes es clave. Porque ahí es donde vas a poder consolidar información.

Creo que el ejercicio más serio que se ha hecho, no estoy diciendo que perfecto, es el del Centro Nacional de Memoria Histórica. ¿Por qué? Porque ellos lo hicieron desde esa lógica de la memoria, mientras que las otras instituciones, cada una recoge la información que le es propia para su tarea. En cambio, el Centro de Memoria fue mucho más allá en su perspectiva.

VA: ¿Cómo están impulsado medidas de protección de cementerios y zonas con presuntas fosas?

LMM: Nos reunimos con el Ministerio del Interior, ellos nos mostraron sus avances. De lo que nos mostraron, han hecho un trabajo impresionante, han mapeado más de 400 cementerios, tienen cifras de NN y los han georreferenciado. ¿Cuál es el lío? Que esa información no es accesible.

VA: ¿Y por qué no es accesible si trata de dos entidades del Estado?

LMM: Porque necesitan convenidos de confidencialidad y estamos en ese proceso. No es tan rápido como se quisiera. Estamos viendo cómo nos articulamos a lo que ha hecho el Ministerio y cómo desde ahí se desarrolla lo que tenga que hacerse.

VA: En cementerios hay un actor adicional que administra esos lugares: la Iglesia Católica. ¿Se están acercando a ella?

LMM: La gran sorpresa es que los cementerios básicamente están en cabeza de las iglesias. Entonces tienes que hablar con cada iglesia. Con ellos hemos tenido acercamiento y nos dijeron es que toca con cada uno. Es una tarea impresionante, pero estamos pensando en una estrategia.

Creo que algunos cementerios, en las condiciones en que están, no son lugares de disposición ni de preservación de los cuerpos. Tenemos que, en el marco de construcción de memoria, de verdad y de dignificación, crear espacios específicos para la disposición de los cuerpos. De esa manera se dignifican porque posiblemente son desaparecidos y estamos reconociendo que hay desaparecidos y que ahí están.

Entonces son un símbolo, no un cementerio donde hay desaparecidos y no desaparecidos, sino que hay un lugar de dignificación y reconocimiento social, pero que además los tiene organizados, protegidos y cualquier procedimiento que tengas que hacer sobre ellos no es como tener que buscarlos de nuevo.

VA: ¿Cuál es la estrategia de comunicación, publicidad y pedagogía para que se entienda la labor de la Unidad como humanitaria en las zonas críticas donde harán trabajo de campo?

LMM: ¿Cuál es el tema? Construir la definición de humanitario ha sido todo un reto. ¿Qué es lo humanitario? La pregunta es muy interesante: ¿qué va a hacer que los actores armados nos vean a nosotros como humanitarios?: ¿Una bandera? ¿Un chaleco? No. Es una forma de acción, una forma de comunicación. Nosotros no sólo somos humanitarios, sino que tenemos que parecer humanitarios.

Estamos en implementación de una estrategia de comunicación que ayude a la sociedad a conocer qué es lo que la Unidad va a hacer, cómo lo va a hacer y con quién lo va a hacer. Además, estamos construyendo un concepto muy potente para reforzar la imagen de lo humanitario, pero también, para transformar la experiencia de los familiares en su proceso de búsqueda, que es el de la solidaridad.

A todos nos importa encontrar los desaparecidos y todos podemos contribuir a encontrarlos. No necesito saber dónde está el desaparecido, yo puedo tener un periódico del 80, y ellos necesitan información de cómo era el lugar en los 80. Es decir, que todo el mundo sienta que eso es importante, que vale la pena y puedo contribuir. Ese sentido de solidaridad es el que puede ayudarnos a reforzar esa imagen de humanitario.

VA: ¿Quién los va a acompañar en su trabajo de campo?

LMM: O bien con procesos organizativos locales, o bien con comunidad internacional.

VA: ¿Irían con Fuerza Pública?

LMM: No necesariamente. Será la última opción, porque somos humanitarios.

VA: ¿Los exguerrilleros de las Farc están articulados a la búsqueda de los desaparecidos? ¿Ellos vienen a la Unidad y dicen dónde hay fosas?

LMM: Sí, y hemos ido

VA: ¿Dónde?

LMM: No te voy a decir. Ese es el trabajo que estamos haciendo

VA: Hay unos escenarios de desaparición que tiene que ver con las Farc. ¿La Unidad va a buscar aquellos hijos de guerrilleras que fueron desprendidos de sus madres y entregados a campesinos? ¿Ustedes tienen en la mira ese escenario de búsqueda?

LMM: Sí. Sin embargo, el escenario no es tan simple. Ya hemos estado trabajando con ellas también. Uno de los primeros ejercicios para decantar el mandato de esta Unidad era definir quiénes son las personas dadas por desaparecidas. Llegamos a la conclusión de que la persona dada por desaparecida es aquella que su familia desconoce su paradero y no sabe qué paso.

Cuando empezamos a trabajar con ellas, nos empezaron a mostrar distintos niveles de no estar con su hijo. “Yo le entregué a mi hijo a una señora que conocía, lo tiene y no me lo quiere devolver”, esa no es una persona dada por desaparecida. “Yo le entregué mi hijo a cierta persona o me lo quitaron y no volví a saber de él”, esa sí es una persona dada por desaparecida.

VA: ¿La Fuerza Pública ha contribuido con información de sus integrantes dados por desaparecidos?

LMM: Hasta ahora no. Nos han dicho que tienen una cifra de alrededor de 200. Hemos hablado con los familiares y hay un desafío gigantesco. Espero que avancemos en esa conversación colaborativa y solidaria.

Las personas de la Fuerza Pública que desaparecen porque fueron a un combate y no se volvió a saber de ellas, al cabo de dos años son dadas por muertas (se dictamina su muerte presunta). Entonces ellos no tienen registros de desaparecidos.

VA: ¿Pero tienen registros de a cuántas personas le han declarado muerte presunta?

LMM: Eso es lo que hay que hacer. Ellos tienen toda su documentación, pero no la han decantado. Eso es lo que tenemos que hacer nosotros.

VA: Ustedes tienen un mandato de 20 años, la Comisión de la Verdad tres. ¿Trasladarán información contextual que vaya al informe de la Comisión?

LMM: Sí, estamos definiendo la manera de cómo lo vamos hacer.

VA: Usted dice que la Unidad debe estar a la cabeza de la búsqueda, pero tienen una restricción porque sólo buscarán a personas desaparecidas desde el 1 de diciembre de 2016 hacia atrás. Pero Medicina Legal reportó cerca de 6.700 desaparecidos tan sólo el año pasado. ¿Qué va a pasar con el periodo posterior al que les asignó la Ley?

LMM: Es el mecanismo ordinario de búsqueda, que es la Fiscalía. No nos vamos a meter en esas búsquedas, lo que no significa que no podamos articularnos para compartir aprendizajes y buenas prácticas. Nosotros no vamos a buscar personas después de 2016, pero sí esperamos que nuestra practica le ayude a la Fiscalía a buscar los desaparecidos.