Desde 1993, los integrantes de la familia González se dedicaron a trabajar como jornaleros en fincas ganaderas del municipio de Chigorodó, en el Urabá antioqueño. Un año después, el entonces Instituto Colombiano para la Reforma Agraria (Incora) les adjudicó el predio Parcela número 2, en la vereda Sadem de ese municipio, como parte del programa Subsidio Integral para la Reforma Agraria.