La masacre de enero de 2001 en la que paramilitares asesinaron a golpes de mazo a 27 pobladores del otrora pueblo alegre de Bolívar pudo haber sido evitada por la fuerza pública pero no solo no lo fue, sino que las fiscales del caso, una, Yolanda Paternina, abandonada por sus propios jefes, fue acribillada, y la otra Mónica Gaitán, amenazada, tuvo que exiliarse. Reportaje especial de la periodista irlandesa Ana Carrigan.*
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