Tras varias incursiones y masacres cometidas en el centro poblado del corregimiento, denominado La Mesa, los paramilitares arribaron a las parcelaciones de El Rosario. El 10 de noviembre de 2001, les comunicaron a los parceleros que tenían un plazo de 24 horas para desocupar el área y que podían entregar a sus hijos para que hicieran parte del grupo armado a cambio de obtener permiso para permanecer en las tierras.